El consumo de combustible, actualmente, está en un 25% por debajo de lo que era en la época prepandemia. “Eso ya no se recupera”, afirman en las estaciones de servicio.
IMPACTO ECONÓMICO DE LA PANDEMIA

Cada vez hay más recortes de los gastos entre las familias de Junín

La inflación y la caída sostenida del poder adquisitivo son las variables que explican estos ajustes en el nivel de vida. Hay mora o baja de suscripciones en clubes, institutos de inglés, gimnasios, guarderías y hasta en algún colegio privado. También, como consecuencia de este escenario, se advierte un descenso en la recaudación de los tributos municipales. Otro ejemplo: el consumo de combustible se contrajo alrededor de un 25%.

De acuerdo a los números oficiales, hace más de tres años que los salarios pierden contra la inflación. Los relevamientos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec) revelan que el último registro en que el dinero en el bolsillo de los trabajadores tuvo un alza mayor que los precios fue en febrero de 2018. De allí en adelante, mes a mes, la paga por la mano de obra no fue suficiente para compensar los saltos en las góndolas.
El miércoles pasado el organismo estadístico nacional dio a conocer el índice de salarios de abril -el último monitoreado- que consignó un incremento del 3,2% respecto de marzo y del 36,3% en relación al año anterior. Estos números siguen estando por debajo de la inflación, que en el cuarto mes del año había sido del 3,3% y en la comparación con los doce meses anteriores había llegado al 46,3%.
En la comparación interanual, todos los asalariados perdieron contra ese 46% que subieron los precios, ya que las remuneraciones se ajustaron un 38% en el sector privado formal y en el informal, y un 33% en el empleo público.
Tal como sucede en el país, en Junín también la consecuencia directa de ese escenario -al que se le suman las restricciones para la circulación y el trabajo impuestas por la pandemia de Covid- es un recorte en los gastos familiares.
Esos ajustes se traducen en mora o baja de suscripciones en clubes, institutos de inglés, gimnasios, guarderías y hasta en algún colegio privado.

>Inflación vs. poder adquisitivo

Recortes
Las restricciones a la circulación y la pérdida del poder adquisitivo fueron un combo explosivo para determinados servicios. Rubros como los gimnasios o los jardines maternales, que estuvieron cerrados durante mucho tiempo y, en los momentos que abrieron, lo hicieron con protocolos de aforo reducido, fueron los primeros en sufrir las consecuencias.
“Ahora el municipio nos permitió abrir, pero hay varios chicos que ya no regresaron”, explica una docente de una guardería.
Las cuotas en las actividades deportivas de los chicos configuran otro de los ítems que sufrieron recortes en las economías de varias familias junineneses. “Hoy la entrada de los clubes es cero: lo único que se recibe es el subsidio municipal”, grafica Gastón Freda, presidente del Club Atlético Defensa Argentina. Sin posibilidad de competencia y con restricciones para las prácticas, hay quien decide no seguir abonando por un servicio que no se le puede ofrecer. “Hoy los que más lo están sufriendo son los entrenadores y los profes de los clubes y el problema es que estamos perdiendo identidad”, agrega Freda.
Por otra parte, las academias de inglés también son espacios en los que se resintió la suscripción. Analía Oregui, que tiene a su cargo Skyline, un instituto que trabaja en conjunto con el Saint Trinity, estima que allí la matrícula bajó alrededor de un 20 por ciento. Otros referentes del rubro hablan de que la caída podría ser aún mayor.
“Algunos piensan que la virtualidad no es lo mismo que lo presencial -explica Oregui-, a principios de este año, alguno volvió a inscribirse, pero dejaron de nuevo cuando se cerró otra vez”.
De los últimos que se habían ido, esta semana, que el municipio autorizó nuevamente la presencialidad, regresó una sola nena al Skyline. “Económicamente fue muy duro, porque tengo que sacar de mi bolsillo para pagarle a las profes que tengo dando clases y recaudo la mitad”, agrega la profesora de Inglés.
Este escenario no se da de la misma manera en el ámbito de los colegios privados de Junín. Es que, si bien la Asociación de Entidades Educativas Privadas Argentinas (Adeepra) informó que la caída de la matrícula fue del 10% en 2020 y 2021, en las instituciones locales no se registró ese descenso. “Nosotros esperábamos un 2020 con mucha mora y no la tuvimos. Y en 2021 esperábamos más pedidos de becas y disminuyeron a menos que en 2019. Y la mora no es significativa como efecto de la pandemia, tenemos la misma de siempre”, explican en un colegio privado de Junín.
Si bien hay quien observa que “este mes de junio la gente se demoró un poco”, también creen que “con el aguinaldo eso se va a recuperar”.
Ante el escenario pandémico hubo retrasos en los primeros meses, que después se fueron regularizando. Las estrategias que aplicaron las instituciones educativas de gestión privada juninenses fueron, básicamente, dos: algunas hicieron una reducción mínima de las cuotas para todos los inscriptos, y otras mantuvieron el valor mensual y, al mismo tiempo, otorgaron becas retroactivas a los que se les complicaba pagar.
Eso permitió generar tener buenas respuestas. Por lo menos en Junín. “Acá todavía las cuotas se pueden pagar. Yo comparto un grupo con miembros de colegios de Buenos Aires donde la cuota es de más de 20 mil pesos, y ahí sí hubo problemas para que todos sigan cumpliendo”, comenta el directivo de un colegio.
Específicamente en el ámbito local, habría solo un colegio que con un problema puntual de mora y de baja de matrícula, y el inconveniente radicaría en que es una entidad casi sin subvención.

>Cobro de tasas municipales

Menos recaudación
Otro de los rubros en los que se ven los recortes es en el pago de impuestos. Si bien hay servicios, como la electricidad o el gas natural, que no se dejan de pagar, porque podría ser cortado el suministro, hay otros tributos en los que su incumplimiento no trae aparejados conflictos, aunque sí, por supuesto, genera una deuda.
En este último rubro, están las tasas municipales y una lectura sobre la recaudación comunal da cuenta de que hay juninenses que, en este contexto, decidieron dejar de abonarlas.
Durante el año 2019 -esto es, prepandemia- la cobrabilidad de la tasa de Conservación de la Vía Pública (CVP) fue del 42%, un nivel que bajó al 40% en 2020 y al 36% en los primeros cinco meses de 2021. Un comportamiento similar al que se observa en la tasa de Servicios Sanitarios, cuyo cumplimiento fue del 43% antes de la pandemia, 41% el año pasado y 39% en lo que va de este. Por la tasa de Inspección, Seguridad e Higiene, en tanto, se recaudó un 80% de lo facturado en 2019, que luego descendió a 78% y 71%.
Si bien es cierto que en algunos casos hubo exenciones dispuestas por el municipio en el marco de la pandemia, desde el Ejecutivo admiten que “de todas formas, más allá de cómo cierre este año, la tendencia de 2019, 2020 y lo que va de 2021, es clara”.

Combustibles
Lo que pasa con la nafta y el gasoil es otro índice que da cuenta de los recortes en los gastos. El empresario Basilio Elisei señala que el año pasado, en el momento de la cuarentena más estricta, el consumo de combustible bajó entre un 35 y un 40 por ciento, luego subió un poco, pero en la actualidad se está un 25% por debajo de lo que era en la época prepandemia. “Eso ya no se recupera”, sentencia el estacionero.
Según su análisis, en esto confluyen varios factores: el achicamiento de los horarios para transitar, la menor cantidad de viajes, la ausencia de clases presenciales. “Pero, además, el poder adquisitivo es cada vez menor y la gente cuida la plata. Hoy los números están muy finitos en los negocios y también en la economía familiar”, concluye.