terminal de junin
La terminal vacía, una postal que se repite todos los días. Afirman que “la gente necesita una mayor frecuencia de servicios, esa es una realidad”.
COMUNICACIÓN INTERURBANA

Con pocos servicios de transporte, se complica la conexión con la Región

En diciembre se recuperaron frecuencias, pero las nuevas restricciones obligaron a bajar algunas. Esperan poder sumar más a partir del mes próximo. En tanto, agencieros de la terminal están ideando un petitorio para darle más certezas a los eventuales viajeros y reactivar el sector. Afirman que los que tienen que viajar se organizan “por otros medios”. La escasez de visitantes suma otro impacto negativo para el comercio.

Sábado, 11 de la mañana, en la terminal de ómnibus de Junín. Una chica se acerca a una ventanilla, después de haber hecho una recorrida rápida por el lugar, y pregunta por la boletería de la empresa Sans. El agenciero señala una cabina que está oscura y con la cortina baja y dice: “Es ahí, pero está cerrada. Mirá que los fines de semana no tienen servicios, eh”. Extrañada, la joven remata: “No lo puedo creer, me quiero matar”.
La escena, ocurrida ayer, aparece como un síntoma de lo que sucede en la actualidad. La pandemia de Covid-19 trastocó el movimiento de la terminal de ómnibus y, por consiguiente, los cambios en las frecuencias y la baja de los servicios son moneda bastante corriente.
Se sabe que, con la primera ola y la imposición de la cuarentena estricta a partir de marzo del año pasado, el parate en los viajes fue total. A partir de diciembre, se fueron recuperando algunas frecuencias luego de la baja en los contagios y la llegada de la temporada estival. Sin embargo, el último rebrote en la circulación viral derivó en nuevas restricciones, lo que hizo que se volvieran a bajar servicios de transporte público de pasajeros.
Las consecuencias de este cúmulo de cosas son varias: obstáculos para las personas que tienen que viajar por trámites, por diligencias o para cumplir con un turno médico; localidades que, sin llegar a estar aisladas, tienen dificultades de conexión; y una actividad -la del transporte interurbano- que no puede empezar a recuperarse.

Menos servicios
De los seis servicios diarios a Buenos Aires que la empresa La Estrella tenía en diciembre, hoy solo quedaron tres. Lo mismo sucede con la oferta para el lado de General Villegas.
Ni hablar de los 16 que tenía todos los días antes de la pandemia: eso quedó demasiado lejos. A Venado Tuerto, en tanto, hoy hay solo uno, lo que impacta en la conexión con la zona de Ascensión, Arenales, Teodelina.
Lucio Giménez, boletero que expende pasajes de las empresas Pullman General Belgrano, Flecha, Chevallier y San Juan, cuenta que en su agencia en diciembre se pusieron dos frecuencias diarias a Buenos Aires (antes había ocho) y dos a Rosario (antes eran cinco). Pero cuando la ciudad bajó a Fase 2, quedó un solo servicio a Rosario y cuatro a Buenos Aires. “En julio se van a sumar más frecuencias, también para Villegas”, puntualiza.
Respecto a los servicios a la zona, Giménez comenta que siguen ofreciendo viajes a Lincoln, General Pinto, Florentino Ameghino y General Villegas. “Eso siempre se mantuvo, por ahí se cambió algún horario, pero nunca se dejó de ir”, afirma.
La empresa Sans, que cubre la zona que va hacia el lado de Los Toldos y 9 de Julio, tenía más de diez servicios hoy cuenta con tres.
En Laiolo quedó un solo horario a Arribeños, cuando solían ser tres. Y lo mismo sucedió con el servicio de esa empresa hacia a Lincoln.
Todo esto hace que sea dificultosa la comunicación de Junín con otras ciudades, principalmente de la Región.
“Hay zonas que tienen solamente un servicio a la 1:40 de la madrugada y el regreso podés hacerlo recién 24 horas después”, explica un boletero. Y enseguida da otro ejemplo: “Tengo un conocido que llegó de Villegas a las 3:50 de la madrugada, porque tenía que hacer un trámite en Anses, terminó a media mañana y hasta las 0:40 del otro día no tenía pasaje de regreso, entonces se fue a la ruta a hacer dedo. Ese mismo día yo tuve que ir a Lincoln por un tema personal y a las 16 lo vi haciendo dedo por allá, es decir que, en varias horas, recién había podido avanzar unos 50 kilómetros”.
Un pasajero chacabuquense le cuenta a Democracia que “actualmente no tenemos ningún servicio de Chacabuco a Junín por la mañana, cuando antes de la pandemia había a las 8, a las 10 y a las 12”.
En definitiva, así como en su momento decenas de micros pasaban por la terminal local, hoy estacionan en sus dársenas cinco o seis cada día, contando los de corta, media y larga distancia.
“La gente necesita una mayor frecuencia de servicios, esa es una realidad”, señala un empleado de años en la terminal. Y agrega: “De las localidades vecinas muchas veces deben hacer trámites en Junín. También están las personas que tienen alguna discapacidad que en la prepandemia tenían pasajes para viajar, pero esto, que ya tenía un cupo limitado, ahora se restringió aún más. Hay muchas realidades que se ven afectadas por la falta de servicios”.

Oferta, demanda y cambios
Una realidad que se entremezcla con lo explicado hasta ahora es la situación con la demanda. Sin clases presenciales, no hay estudiantes terciarios y universitarios que viajen a la Ciudad para cursar. Para ciertas empresas, esa población configura el 50 por ciento de sus consumidores. Por otra parte, la atención reducida en algunas dependencias hace que se cite a menos personas. Determinadas especialidades médicas que suspenden turnos y atención por la pandemia también generan una reducción en la cantidad de gente que debe venir a la Ciudad.
Es así como las compañías argumentan que se achicó el mercado por lo que deben reducir sus viajes. “Es entendible que la gente pida más servicios, pero hay que tener en cuenta que las empresas tienen que ver en qué horarios hay más demanda para concentrar a la mayor cantidad de pasajeros ahí, para que también les sirva a ellos”, indica Giménez.
Cristian Polarolo, titular de Expreso Morse, redujo sus viajes a los martes y jueves solamente “porque con la pandemia no viaja nadie”. Se bien espera poder sumar alguna frecuencia semanal “a ver si la gente se entusiasma un poco más”, lo cierto es que en su combi tiene una capacidad máxima de once pasajeros y, normalmente, no la cubre.
“En la terminal, hay muy poco movimiento y la gente se amolda a los pocos horarios que hay”, agrega Marité Ilvento, que es la responsable de la Terminal de Ómnibus por parte del municipio.
Otro agenciero es tajante: “Un micro no puede salir con cuatro personas, no es rentable. Hay gente que todavía tiene miedo de viajar”.
A partir de esta circunstancia, es que aparecen las suspensiones de servicios o las modificaciones en los horarios. “Lo que hacen las empresas cuando no hay tanta demanda es que salga menos cantidad de días”, comenta un histórico de la terminal.
“A veces se cancelan los servicios o se corren de horario, por todo esto es que la gente ya optó por organizarse por otros medios”, asevera un boletero. 
Para Giménez, es necesario remarcar que “a veces se producen cambios, porque también es importante coincidir para las combinaciones”. Y ejemplifica: “Nosotros teníamos un servicio a Rosario que salía a las 9 que se puede hacer combinación en Pergamino para Mina Clavero, o en Rosario para ir al Norte. Eso se tiene en cuenta”.

Un petitorio
En este contexto, algunos agencieros están ideando un petitorio para elevarlo al ente regulador o algún organismo provincial o nacional.
De acuerdo a lo que pudo recabar este diario, hubo una propuesta que surgió de una boletería, a la que se sumaron otros agencieros. “La idea es pedir, básicamente, que haya más certezas sobre los servicios, y si se define una determinada cantidad de viajes, que eso se cumpla y se mantenga constante. Si se logra, esto permitiría otra previsibilidad”, explican.
Es que, según el análisis que hacen los que están todos los días en el tema, “al no haber continuidad en los servicios, la gente opta por otras alternativas que son menos seguras, porque el micro tiene un chofer profesional, seguro, un ente regulador que lo controla y demás”.
Aun cuando desde alguna agencia aseguran que el municipio está al tanto de esta iniciativa, Ilvento es categórica: “No tengo ninguna novedad sobre ninguna nota ni ningún petitorio”.
Desde la sede regional de la CNRT, en tanto, observan que no es un tema que les corresponda. “Nosotros hacemos control de transporte entre jurisdicciones, es decir, entre provincias, no tenemos injerencia en el transporte regional”, afirmaron a Democracia.
Mientras tanto, los boleteros consideran que su propuesta podría generar un doble efecto: una confianza en el consumidor que se traduciría en más ventas, porque los viajantes se sentirían más cómodos, lo que podría reactivar un rubro que, a esta altura, está muy golpeado.
Porque algo que les sucede con la venta de pasajes es que, además de reducirse notablemente la demanda, muchos viajeros los compran desde su casa de manera online lo que, si bien puede ser una comodidad para el que lo hace, cuando llegan a la terminal ya no cuentan con la representación de la boletería, que no se puede hacer cargo de un ticket que fue expendido en otro lugar o por otros medios.
Con tantas dificultades, la mayoría de las agencias se mantienen, principalmente, con el envío y la recepción de encomiendas. “Están juntando el mango día a día. Si no fuera por las encomiendas, la situación sería insostenible. Es más, alguno se está apoyando casi exclusivamente en la paquetería y está desarrollando fuertemente ese segmento, porque la venta de pasajes es muy floja”, rematan en los pasillos de la terminal.

Impacto en el comercio
Este escenario está teniendo un impacto importante y directo (otro más) en el comercio. Aun cuando a los locales se les haya permitido la reapertura con los protocolos correspondientes, se siente la falta de circulación de gente de otras localidades lo que, en algunos rubros, y sobre todo en el centro comercial de la Ciudad, conformaban alrededor de un 50 por ciento de la facturación.
De esta manera, la falta de colectivos que depositen gente de los alrededores implica que ya no hay visitantes que, aunque sea, miren las vidrieras de los comercios cercanos a la terminal.

Otra unidad de traslado

La municipalidad de Junín adquirió este mes una nueva camioneta para que funcione como unidad de traslado de Agustín Roca. Actualmente, solo resta que se termine de equipar para que pueda empezar a cumplir su función de trasladar a los vecinos de la cercana localidad.

El intendente, Pablo Petrecca, destacó que esta unidad de traslado se suma a las que ya adquirió el municipio para Saforcada, Agustina y Fortín Tiburcio. Y agregó que “prontamente” se comprará una para Morse, con lo que habrá nuevas unidades en todos los pueblos.

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