PANDEMIA Y ECONOMÍA

Marcha y bocinazo del comercio de Junín por la flexibilización de la Fase 2

“El mensaje fue clarísimo: queremos trabajar”, evaluó Marcelo Tapia, de Acipe, uno de los impulsores de la manifestación. Marcos Maroscia, presidente de la Sociedad Comercio e Industria, admitió la gravedad de la situación, pero planteó matices sobre la convocatoria.

Un sector del comercio juninense se manifestó ayer, desde las 14, con una marcha y un bocinazo frente al Palacio Municipal y en las calles céntricas, en reclamo de la flexibilización de la Fase 2 de la cuarentena por la pandemia de coronavirus. 
“Queremos que nos permitan trabajar con mayor libertad, porque nos estamos fundiendo”, afirmaron en un comunicado. “No somos foco de contagio, somos esenciales para nuestras familias, necesitamos trabajar y fase adaptada ya”, agregaron. 
Esto se da, luego de los nueve días de restricciones más duras decretados por el Gobierno nacional para intentar bajar la curva de contagios y un panorama que, más allá de las diferencias en cuanto a la realización de la protesta, las cámaras empresariales coinciden en describir como “desastroso”.   
En diálogo con Democracia, Marcelo Tapia, titular de Acipe, afirmó: “La marcha dio un mensaje claro. La gente está cansada de la pelea entre un sector y otro. Estamos todos unidos, todos queremos trabajar. El mensaje fue clarísimo: queremos trabajar. La política por ahí nos deja un poco avergonzados de lo que somos como ciudadanos. Está claro que lo único que pedimos es la dignidad de poder trabajar”. 

Y amplió: “Esperamos que cada uno ocupe su lugar. El lunes el mensaje es claro, volvemos a abrir todos y esperamos el mensaje del sector político, sobre cuál va a ser la postura que van a tomar. Cada uno, más allá del rol que tenga, va a tener que tomar una posición”.
Consultado sobre el ingreso de los clientes a muchos comercios, que ya viene ocurriendo en los hechos, Tapia afirmó: “Queremos que eso quede en los papeles. Junín, como tantos otros municipios del interior, merece tener una Fase 2 para Junín y que se permita el ingreso de los clientes a los comercios y un 30% de aforo en los gastronómicos”. 
Y añadió: “Estamos totalmente alejados del AMBA, tenemos una realidad diferente. Es de gusto seguir apretándoles el cuello a los comercios que trabajan, pero para eso hay que dejarlo en los papeles”. 
El gastronómico Andrés Gabrielli, del local Chic, manifestó que “ninguno de los dos sectores políticos se saca la careta y nos explica los pasos a seguir en esta situación tan difícil, ya que nosotros necesitamos trabajar por lo menos con un aforo del 30% en el interior de los locales. La ayuda que nos quieren dar es de 22 mil pesos, que hoy en día no nos alcanza para cubrir nada. Tenemos que pagar el alquiler, a los empleados, luz, gas y los impuestos municipales, porque hoy por hoy estamos exentos solo de las tasas”.  
Y agregó: “Nos siguen cobrando la iluminación, el agua, barrido y limpieza, la cartelería, si ponemos sillas afuera o una sombrilla. Yo digo que nos corresponde pagar todos los impuestos, pero no en una situación como esta en la que, encima, no podemos trabajar al 100% y estamos limitados con mesas afuera en un clima invernal”.

“La situación es crítica”
Marcos Maroscia, presidente de la Sociedad Comercio e Industria de Junín (SCIJ), afirmó a Democracia: “La situación del comercio es crítica y va de mal en peor, no solo por la pandemia, sino porque no hay dinero en el bolsillo. Uno de los sectores más afectado es el de indumentaria, porque al no salir a la calle, no tener una fiesta el fin de semana, no se vende ropa. La gente está muy asustada, después de las 18 no queda nadie en la calle y en los comercios no hay gente”. 
“Y los rubros esenciales también están muy mal, porque a la pandemia se suma lo económico. Y emocionalmente la gente también está mal, no sale a la calle”, señaló.
“No se ve un horizonte claro ni positivo. Ya no se aguanta, por más que pasemos a otra fase y permitan el ingreso de los clientes, no hay dinero en circulación. Se frenó la cadena de pagos de una manera drástica, hay trabajos informales que no se generan, los comercios si venden entre seis y ocho ventas por día es mucho, porque la gente no sale a la calle. Estamos muy preocupados, porque no hay tolerancia a nada y no vemos una salida, algún plan para fomentar el consumo”, dijo. 
“Se viene el invierno, que en general la gente sale menos. Creo que va a ser un invierno durísimo, el más duro de los últimos tiempos. Y no veo que podamos salir pronto de esto. El sector comercial está ingresando en una situación de la cual va a ser difícil salir. En poco tiempo, va a haber muchísimas persianas bajas. Y una persiana que baja, después es muy difícil  de reabrir. La gente está bajando los brazos, se juntó todo, lo mental, lo económico, la pandemia”, afirmó.

Matices
“La marcha se generó en los grupos de WhatsApp de los centros comerciales, sobre todo del área centro. Lo hablamos con la comisión directiva y, por decisión unánime, consideramos que no era el momento ni había un motivo claro para hacer una marcha o un bocinazo”, afirmó Maroscia, que sin embargo ayer se hizo presente en la marcha para saludar a los comerciantes. 
“Estuvo armada desde la bronca, porque los negocios, mal o bien, estamos abiertos. En el centro, se estaba haciendo la vista gorda como para que los clientes entren de a uno a los locales”, dijo. 
“Como Comercio e Industria no apoyamos la marcha, pero tampoco la frenamos. Nos pareció bien como un desahogo de la gente, pero no le encontramos un motivo por el cual avalarla o impulsarla desde la cámara. El diálogo con el municipio es permanente, cada consulta que les hacemos, la responden, son pro apertura. No había un motivo y no consideramos que sea el momento, porque el diálogo está y no se corta”, explicó. 
En la misma línea, Juan Casella, titular de la Cámara Hotelera Gastronómica de Junín, afirmó a Democracia: “La marcha fue organizada por algunos comerciantes, pero como institución entendimos que existe el diálogo con el oficialismo y la oposición, no nos dieron lo que pedíamos, que era el aforo del 30%, pero como institución tenemos las puertas abiertas. Una marcha sin un objetivo nos parece que es una marcha sin dirección”.

Bares y restaurantes, entre los más afectados
Con respecto a los locales gastronómicos, que son uno de los rubros más afectados por las restricciones, Juan Casella, titular de la cámara que nuclea a los hoteleros y gastronómicos de nuestra ciudad, afirmó: “Es muy poca la gente que se sienta afuera. No es nada. Necesitamos la apertura del salón. Tenemos una incertidumbre tremenda. Entiendo que estamos en Fase 2 y la situación es preocupante, pero en Junín no tenemos grandes establecimientos, por lo que no hay posibilidades de contagios masivos”.
Casella reconoció que el temor al cierre definitivo de bares y restaurantes existe. “Puede ser que muchos se desanimen, ya tuvimos tres cierres de hoteles y hay un cuarto, que es el Embajador, que va a volver a abrir, pero hoy está cerrado”, dijo.