Los cortes de carne vacuna no bajan de los 810 pesos el kilo.
Los cortes de carne vacuna no bajan de los 810 pesos el kilo.
CANASTA ALIMENTARIA

El precio de la carne, un producto casi de “lujo” para las familias juninenses

Democracia realizó un relevamiento por las carnicerías de nuestra ciudad y recabó tanto el malestar de los consumidores como la baja en el consumo que afecta a los comercios del rubro. La opinión de economistas y especialistas sobre los constantes incrementos.

“Quédeselo, no lo llevo”. Cortante, la respuesta del abuelo juninense llegó luego de que el carnicero le dijese que el kilo de colita de cuadril costaba 1200 pesos. Este caso es solo uno de muchos otros que se suceden a diario en los mostradores. 
Es que los precios de la carne de novillo están tan elevados que para una familia o para el consumidor en general -ya de por sí castigado por los contantes aumentos de la canasta alimenticia- muchas veces se dificulta acceder al producto, que si bien es un clásico de la mesa de los argentinos hoy se ha convertido prácticamente en un bien de lujo. 
Economistas y especialistas en consumo consideran que el aumento en el precio de la carne, que se ubicó casi 20 puntos porcentuales por encima de la inflación anual calculada en abril, se debió al aumento de costos, la presión exportadora, una expectativa devaluatoria y la remarcación de precios.
La carne vacuna fue uno de los productos alimenticios de consumo masivo que registró un fuerte aumento en su precio, que según mediciones del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva) escaló 65,3% interanual en abril.
No obstante, si se toma en cuenta la medición del índice general de precios por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el promedio de los cortes vacunos se posicionó 19 puntos por encima de ese nivel.
Debido a esto, el Gobierno nacional decidió cerrar las exportaciones por 30 días, no solo por la suba de los precios internos, sino también por ciertas irregularidades en el mercado exportador que presionaban los precios al alza, argumentó el Poder Ejecutivo.
Por su parte, el sector cárnico rechazó la medida argumentando que el grueso de la clase de carne que se exporta (casi un 30% de la producción total) no se consume en el país, mientras que el sector primario, convocado por la Mesa de Enlace, decidió realizar un cese de comercialización que durará hasta el próximo viernes.
A nivel mundial también se produjo un incremento en los precios de los alimentos, con 11 meses consecutivos al alza, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), y los aumentos en las carnes fueron del 5,1% respecto de abril del año pasado.
El ingreso de China como demandante de proteínas es un dato fundamental en esta situación, una demanda que comenzó con la carne de cerdo y ahora se extiende a los bovinos, con su consecuente impacto en los precios. 
Para entender por qué subió tanto la carne en las carnicerías y los supermercados de nuestra ciudad, Democracia hizo un revelamiento y dialogó con los encargados de los negocios, quienes reciben las quejas de los clientes por esta escalada de precios. 
Melina Silva es carnicera desde hace más de doce años, con una vasta experiencia en venta de cortes de carne. Actualmente tiene su carnicería en uno de los supermercados de origen asiático, a pocas cuadras del microcentro de Junín, en un local muy concurrido. Al ser consultada por Democracia sobre el precio de la carne y el consumo afirmó: “En la ciudad vemos que la gente está cada vez más pobre y casi no puede comprar carne. Es decir, los sueldos están muy bajos y no alcanza la plata. No sé el porqué de tantos aumentos”.
“Y los carniceros – continuó diciendo Melina- es como que ya estamos acostumbrados. El otro día decían que iba a aumentar la carne porque había paro, pero lo cierto es que siempre aumenta. Los cortes de carne vacuna no bajan de 810 pesos el kilo. Están entre 850 y 890 el kilo. Los más baratos, como a veces no salen mucho en nuestra carnicería, los ponemos en oferta a alrededor de 500 pesos. El corte más bajo en precio es el roast beef, que está alrededor de 700 pesos”. 

Caída en las ventas
En cuanto a la venta, la entrevistada dijo que todo depende del lugar donde está ubicada la carnicería. “En nuestro caso, la gente compra mucho lomo, peceto, chorizos, y no tanto cerdo: de cerdo suele llevar bondiola, matambre y solomillo. Si bien este barrio es diferente a lo que se da en los sectores más alejados del centro, las ventas igualmente bajaron. Hace dos años atrás yo vendía dieciséis media res por semana y hoy apenas llego a seis y a veces ocho”, indicó.
Sabido es que en cuanto a consumo, la gente elige el pollo o el cerdo, para reemplazar la carne vacuna. En estos casos, según lo manifestado por Melina, los precios del pollo se han mantenido bastante en los últimos meses, pero los cortes de cerdo subieron un 6 por ciento hace un mes aproximadamente, durante el último aumento.
Al ser consultado por este diario, Gerardo Piegari, dueño desde hace décadas de una las carnicerías más tradicionales que hay en nuestra ciudad, opinó: “Todo está caro, también la carne”.
Hizo referencia a la razón por la que se da la gran diferencia de precios entre el ganado en pie y la carne que llega al mostrador para vender al público, luego de un proceso en el que quedan en el camino muchos desperdicios, ya sea en la faena como en la carnicería en sí, para presentar los cortes ante los clientes. “Los precios de la carne cuando llega al cliente son mucho más caros que cuando sale la vaca viva del Mercado de Liniers y es así porque en el proceso de faenado obviamente se pierden varios kilos al igual que en la carnicería, con los desperdicios, para ponerla en el mostrador. La carne puede estar, por ejemplo, 230 pesos el kilo en Liniers y 800 pesos en el mostrador de la carnicería, porque también se suman los costos que tiene la carnicería”, explicó Piegari.

Precios “por las nubes”
Consultado sobre por qué aumenta la carne, tras aclarar que él no es experto en el tema, pero que como carnicero desde hace muchos años observa que el mercado de hacienda lo rige la oferta y la demanda, el entrevistado dijo que cuando hay poca hacienda gorda los precios tienden a aumentar.
“Cuando no hay animales gordos, la hacienda vale mucho y eso es lo que está pasando en estos momentos. Además, sigue un proceso inflacionario en el que no solo la carne está cara, sino todos los comestibles, la nafta, la electricidad, los impuestos, la vestimenta. Me parece que el problema principal es que hoy en día el sueldo tendría que ser de 150 mil pesos para poder comprar las cosas y no es así. Pienso que no se soluciona el problema con tarjetas o ayudas sociales del Gobierno, sino con más fuentes de trabajo”, manifestó.
“Por lo que sé, actualmente la hacienda no come pasto, sino que engordan en feedlot, comen cereal, alimento balanceado, sustitutos. Los campos están todos sembrados porque el valor del cereal es muy alto y a los productores, a los chicos principalmente, no les conviene criar hacienda, que lleva su tiempo y recursos”, señaló.
“Tendría que haber más stock ganadero para solucionar el problema. Pero hay un tema que no entiendo, que es por qué la invernada está tan cara en relación con el animal gordo, que es para el consumo interno. La invernada es el animal chiquito, que se lleva a engorde. Ese animal chico ha llegado a costar entre 240 a 250 pesos el kilo y la hacienda gorda 220 a 230, pero ha estado mucho más barata que la invernada, entonces no dan los números si uno compra más caro que lo que vende. Eso desalienta la producción”, explicó.
Respecto a la suspensión de las exportaciones de carne, Piegari cree que desalienta la producción porque la mayoría de la carne que se exporta a China son vacas de manufactura, vacas de conserva, que generalmente en Argentina no se consumen y es de menor valor que los novillos.
“El kilo de vaca de manufactura puede estar a 150 pesos, por ejemplo, pero el de novillo a 220 o 230, entonces si se exporta la vaca de conserva es un ingreso importante para el productor”, dijo.

Suba de costos, exportación y remarcación
Especialistas consultados marcaron los principales puntos que, a su diferente entender, explican la suba del precio de dicho producto. Para el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, "las razones sobre la presión inflacionaria están relacionadas con diversos factores", entre los que contabiliza la exportación, la suba de los precios del ternero y el maíz, pero también a la remarcación de precios.
"Por un lado, están las exportaciones de carne a China (consume el 75% de las exportaciones totales de carne argentina) en un contexto en que se incrementan año tras año, pero no hay un incremento de la producción a la par, por lo cual tensiona sobre la producción existente y, además, con una característica: China, desde hace un tiempo para acá, compra distintos cortes", indicó Letcher.
Según Letcher, "no es solo vaca para hamburguesas" lo que se envía, sino cortes como nalga, bola de lomo, asado y cuadrada, cortes que se consumen en Argentina y que en conjunto significaron US$ 450 millones en despachos.
También mencionó el aumento en los precios del maíz, aunque indicó que en el precio final del producto significa un 8% o 10% y la suba del precio del ternero (animal liviano que se vende a feedlots para su engorde), pero consideró como el factor más importante la remarcación de los precios.
"La cuarta razón y la más importante de todas es la avivada, la remarcación. Cuando hacés sumatoria de las razones, vas por el lado de los costos y se pretende explicar el aumento de la carne, no se puede hacer. Eso significa que hay otra razón y es que encuentran margen para remarcar. Estamos hablando de pocos frigoríficos y una cadena bastante opaca, que van al mercado de hacienda y se fija el precio que se les da la gana", explicó.
"O sea, en parte las exportaciones influyen, el precio del maíz influye, pero terminan siendo excusas de un aumento mucho más significativo y ese aumento es, sencillamente, una mejora del margen de rentabilidad", concluyó.
Según la visión del economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, el aumento de la carne vacuna radica en "tres factores base", entre los cuales se cuentan el aumento del precio del ternero para "refugio de valor" y el del maíz, que derivaron en una menor oferta de los feedlots por las pérdidas ocasionadas.
"Esto redujo la reposición de animales y la oferta. Por ejemplo, durante mayo liberaron 200.000 cabezas contra 300.000 de un año atrás. Eso hizo que haya una menor oferta de hacienda liviana y presionó los precios", indicó Miazzo.
En cuanto a la suba del valor del ternero, el especialista marcó que "tuvo que ver con la expectativa de devaluación e inflación relacionadas con la brecha cambiaria".
"Durante el segundo trimestre del año pasado se vio que empezó a subir el precio de la cría y el ternero, sin que suba el gordo que va a faena. Eso es raro, porque, normalmente, lo primero que sube es la hacienda en Liniers y eso después se va para atrás. Es una actitud defensiva que ante expectativas devaluatorias y de inflacion invertía en ganado", indicó.
Respecto de la exportación, Miazzo consideró que lo que se exporta "es un producto que no es elegido en Argentina" para el consumo, ni que tampoco fue exponencial el crecimiento en la participación de la exportación en la producción en los últimos años, aunque explicó que "sí la exportación le da un sostén a los precios" y que es "sumamente importante" para la cadena el sector externo, sobre todo cuando el mercado local se encuentra "en crisis".

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