RECONOCIDO DEPORTISTA

Jorge Borruto: “El golf siempre fue para mí un estilo de vida”

Es uno de los golfistas “históricos” de nuestra ciudad y un referente de la actividad. Como jugador profesional se destacó en torneos importantes. También fue instructor y formó a varias generaciones que pasaron por sus clases.

Cada vez que hace referencia al Junín Golf Club, Jorge Borruto dice “mi club”. Es una constante que da cuenta del sentido de pertenencia con la institución de la que forma parte desde hace más de cincuenta años.
Representó a la entidad como jugador, pero también fue dirigente, empleado, instructor y un permanente colaborador.
Se destacó como profesional y, luego de una extensa trayectoria, siguió ligado al deporte nuevamente como aficionado. “La verdad es que disfruto mucho del golf, que siempre ha sido para mí un estilo de vida”, afirma hoy.

“El golf me dio muchísimo, es un deporte que te conecta”.

Distintas actividades
Borruto nació en Junín y se crio en el barrio El Picaflor. Tenía ocho años cuando falleció su madre y ahí empezó “a deambular” por algunos colegios pupilos, como el de Castellanos, Nueve de Julio y demás.
Cuando se recibió estudió dos años Abogacía en La Plata, pero tuvo que hacer el servicio militar y la carrera quedó trunca. “Me llamaron para el conflicto del Beagle, así que estuve cuatro meses más de los que me correspondía”, señala.
Luego, trabajó en el campo familiar, fue comerciante y pasó por varios rubros. “En mi vida he hecho un montón de actividades y actualmente me dedico a la construcción”, resume.
Una de esas tareas que practicó durante muchos años fue la de instructor en el Junín Golf Club, un lugar que es su “segunda casa”.

Golfista
El vínculo de Borruto con el golf viene de su infancia. Su padre practicaba ese deporte y con apenas doce años él ya lo acompañaba. Así empezó jugando. “Hace poco hablábamos con Anselmo ‘Beto’ García de que somos los deportistas más antiguos que tiene el club”, explica sonriente.
Al tiempo ya estaba compitiendo a nivel local y regional. Sus avances le permitieron transformarse en primer scratch, es decir, el primer jugador en llegar a hándicap cero en el club. Un mérito que, con el tiempo, lo alcanzaron varios jugadores, pero en aquel momento fue un acontecimiento.
“Participé mucho en la zona -comenta- y después se hizo la Federación del Noroeste de la Provincia, donde salí campeón varias veces”.
Más adelante, pasó al profesionalismo y en ese ámbito tuvo sus galardones: “Gané un torneo en Lincoln, después salí dos veces segundo en mi club, acá, en Junín. Y ahora, de más grande, en el tour senior, terminé segundo en Chaco y tercero en otro certamen en Salta”.
Según dice, en su carrera no disputó tantos torneos “porque no había muchos”. Y puntualiza: “Argentina es un país que nunca despegó golfísticamente porque, básicamente, somos un país pobre. En otros lugares se invierte y acá no logramos que pase algo similar. En la época del uno a uno hubo algunos torneos interesantes, pero duró muy poco”.
Cuando terminó con el profesionalismo dejó la práctica deportiva por un tiempo, hasta que su hijo lo invitó a seguir haciéndolo junto con él, como aficionado. “La verdad que me salvó porque la estoy pasando muy bien -afirma-, por suerte, dentro de esta desgracia de la pandemia que tenemos, este deporte que es individual y al aire libre se puede practicar”.

“Tengo que estar agradecido a Dios que me dio esta posibilidad”.

El deporte
Su formación como golfista vino de la mano del maestro Deraldo Andriuolo. Más adelante, cuando ya estaba con bajo hándicap y quiso perfeccionarse, tomó clases en Buenos Aires con Cacho Ruiz, “un hombre que me ayudó mucho porque era muy adelantado en sus conocimientos”.
Fueron ellos y todos los que compartieron canchas con él los que le hicieron ver la importancia del deporte. “El golf es un estilo de vida -insiste- de la forma en que uno se comporte en la cancha, después va a hacerlo en el resto de sus cosas”.
Justamente, respecto del vínculo entre el deporte y la vida, Borruto observa -con su mirada de instructor y docente también- cómo impacta esto en los más jóvenes: “Es muy bueno ver tantos chicos en el club que están aprendiendo a jugar, porque en una sociedad en la que no se respetan las normas, el golf tiene reglas y ahí sí las cumplen. Entonces, uno ve que el chico está vestido de golfista, que le cede el turno al otro porque le corresponde o que piden permiso, cosas que pueden parecer una zoncera pero que son muy importantes y no se ven en la vida cotidiana. Eso es lo que enseña este deporte”.

“El físico todavía me permite seguir haciendo esta actividad, así que lo disfruto y me divierte mucho jugar con los chicos y con mi hijo”.

Repaso
Después de tantos años, la actividad cotidiana de Jorge es ir al club. Lo hace todos los días, si el clima lo permite. “El físico todavía me permite seguir haciendo esta actividad así que lo disfruto mucho y me divierte mucho jugar con los chicos y con mi hijo”, señala.
Lo que le gusta del golf es que “es un deporte individual pero que se hace en compañía de otros, entonces también tiene una vida social, porque al terminar se toma un refrigerio y se comparte cuatro o cinco horas en una tarde”.
Y al momento de hacer un repaso de lo vivido, concluye: “Tengo poco de qué arrepentirme. El golf me dio muchísimo, porque me ayudó a progresar, me permitió educar a mis hijos, así que le tengo que estar agradecido a Dios que me dio la posibilidad de hacer un deporte que me vinculó con infinidad de personas. Es un deporte que te conecta, solo tengo gratitud para con este juego”.

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