El Día Púrpura (Purple Day), se instauró en 2008, por iniciativa de Cassidy Megan, una niña canadiense que llamó a sensibilizar acerca de la epilepsia.
Desde entonces, cada 26 de marzo se conoce como el Día Mundial de la Epilepsia con el objetivo primordial de informar a todos sobre la enfermedad.
En apoyo de la fecha y las actividades mundiales, la Asociación de Hemiparesia de Junín, a cargo de Fernanda Juan, se suma a la concientización.
“Como miembros de la Asociación de Hemiparesia de Junín, siempre colaboramos con otras agrupaciones o asociaciones cuando se registran fechas tan importantes como esta”, contó en diálogo con Democracia.
“Estamos en este momento colaborando para la Fund Hemi, una fundación de las hemisferectomias. Se trata de un evento de concientización a nivel mundial sobre las epilepsias, para disipar los mitos y los temores comunes a este trastorno neurológico”, explicó.
“Las estadísticas dicen que hay más de 50 millones de personas que viven con epilepsia y un tercio de ellas padecen epilepsia sin control y con medicación, es decir que luego de hacer el tratamiento farmacológico llegan a un punto en que ya no pueden darlo y se debe realizar la cirugía, que es la hemisferectomía y ayuda a disminuir estas crisis”.
Según Fernanda, “esta condición neurológica siempre está ligada a una hemiparesia y es desde donde acompañamos como institución. Pensando siempre en que los chicos puedan crecer de la mejor manera y ser niños y adultos independientes”.
“El color busca que se distinga en distintos lugares, instituciones, para que puedan estar iluminadas con ese color. En Junín estamos tratando de que el municipio pueda iluminar el Palacio, para hacernos eco y acompañar desde ese lugar”.
Epilepsia
La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que en la mayoría de los casos (75%) puede controlarse con medicación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta aproximadamente a 50 millones de personas en todo el mundo.
Si bien puede presentarse en cualquier etapa de la vida, suele ser más frecuente en la niñez y la vejez.
Se caracteriza por convulsiones recurrentes. Se trata de episodios breves de contracciones musculares que pueden afectar a una parte del cuerpo (convulsiones parciales) o a su totalidad (convulsiones generalizadas) y a veces se acompañan de pérdida de la consciencia y del control de los esfínteres.
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