daniel arroyo
El ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo.
EL PAÍS Y LA PANDEMIA

Daniel Arroyo: “El Estado amortiguó la caída”

El ministro de Desarrollo Social de la Nación afirmó en una entrevista con Democracia que la pandemia hizo retroceder “cinco escalones” al país en materia social. Aseguró que la etapa que comienza es de “reconstrucción” y expresó su preocupación por el precio de los alimentos.

El ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, afirmó en una entrevista con Democracia que el impacto de la pandemia hizo retroceder al país “cinco escalones” en materia social, pero destacó el rol del Estado para “amortiguar” la caída de la economía y las redes de contención social. 
Aseguró que la etapa que comienza es de “reconstrucción” de la economía, el trabajo y el tejido social, pero aclaró que, si hay un rebrote del coronavirus, volverá la ayuda y las medidas extraordinarias. Expresó su preocupación por el elevado precio de los alimentos, porque- de este modo -“no hay plata que alcance”. 

-¿La pandemia obligó a cambiar los planes?
-La pandemia nos obligó a tomar medidas excepcionales, sobre todo en materia alimentaria. Pasamos de 8 a 11 millones de personas que recibieron asistencia alimentaria. Tuvimos un momento muy crítico en el segundo trimestre del año pasado, donde la economía cayó 19 puntos y llegamos a un 47% de pobreza. Tomamos medidas en lo alimentario, en el trabajo, en el apoyo de las poblaciones más vulnerables. El Estado, con su política social, amortiguó la caída, en conjunto con las iglesias, las organizaciones sociales y las escuelas. El dato que demuestra eso es el informe de la UCA, que plantea que tenemos 10,1% de indigencia (extrema pobreza) y que si no hubiese estado la tarjeta Alimentar, el IFE, el conjunto de los programas sociales, la indigencia hubiese escalado al 27,9%. En una situación muy crítica, hemos estado a la altura para contener y atender la situación y hoy lo que hay que hacer es reconstruir el país a partir del trabajo. 

-El empleo es una necesidad apremiante. 
-Comienza a haber más changas, sobre todo de construcción y textil, y viene bajando la cantidad de gente en los comedores. Primero se recupera la economía informal, las changas, los arreglos barriales, y después eso impacta sobre la industria. Después hay un problema con el precio de los alimentos, la plata no siempre rinde porque hay un problema serio con el costo de los alimentos. El otro tema es el sobreendeudamiento de las familias, como la plata no alcanza, la gente se endeuda y los más pobres terminan tomando créditos en la financiera de la esquina al 200% de interés anual. 

-Seguramente tuvo que hacer cambios sobre la marcha. 
-Ni bien asumimos el Gobierno pusimos en marcha la tarjeta alimentaria, fuimos recorriendo todo el país, la terminaba en marzo y ahí venía la etapa del trabajo y otro conjunto de políticas; esa fue mi ida original. En marzo terminando la tarjeta alimentaria viene la pandemia, retrocedimos cinco pasos y tuvimos que reordenar toda la política, sobre todo en la asistencia alimentaria. Arranqué con un presupuesto en 2020 de 84 mil millones de pesos y terminamos con 240 mil millones de pesos. Tuvimos que girar fuertemente la política social sobre la asistencia alimentaria y hoy estamos yendo sobre la generación trabajo, la urbanización de villas, barrios y asentamientos y la creación de 800 jardines de infantes. Pero la pandemia nos hizo retroceder cinco escalones en política social y tuvimos que poner todo el acento en lo alimentario. 

-¿Puede volver la asistencia extraordinaria si hay un rebrote?
-Nosotros tenemos la premisa de sostener la asistencia alimentaria y tres objetivos: crear 300 mil puestos de trabajo, urbanizar 400 barrios y poner en marcha 800 jardines. Si hay un rebrote y la situación sanitaria y social se complica, vamos a tomar medidas excepcionales. 

-También hubo un importante sostén para las pymes y los comercios. 
-La tarea y el rol que ha planteado el Estado con el ATP fue sostener el trabajo y fue muy útil para sostener a muchas pymes y comerciantes, a quienes se les habían caído los ingresos. Hoy se trata de reconstruir y tener otros instrumentos. A mi modo de ver, hemos estado a la altura en el marco de la pandemia y ahora tenemos que demostrar estar a la altura para la reconstrucción. 

-En materia de viviendas populares hay un importante déficit. 
-Es imprescindible. Hay un área que nos traspasó el Presidente a nuestro ministerio, que es el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap). La Argentina tiene 4400 barrios, donde viven 4 millones de argentinos, que viven hacinados, sin agua, sin servicios básicos. La primera tarea es urbanizar, abrir calles, que haya espacios públicos, llevar servicios básicos. Lo segundo es mejorar la vivienda, los núcleos húmedos, la cocina y el baño, que resuelve el problema del hacinamiento, poner un tablero para evitar el problema de los incendios en las casas. Y lo tercero es lotes con servicios. 

-¿Los programas sociales tienen una contraprestación?
-Hay un montón de gente que está trabajando y le pone el cuerpo. Yo hice un cambio con los planes sociales: fusioné todo, hay un solo programa social que se llama Potenciar Trabajo, en el cual hay más de 800 mil personas que cobran la mitad del salario mínimo, que hoy son 10.300 pesos. Tienen que trabajar cuatro horas y si trabajan más tiempo, quien los contrata –el Estado o un privado- tiene que completarles el ingreso. De este modo, sigue cobrando esa base y no salen del programa.

COMENTARIOS