comercios cerrados junin
El centro con sus comercios cerrados fue una de las postales de la pandemia.
CIERRE DE UN CICLO COMPLEJO

Balance de 2020: el año en el que la pandemia nos obligó a reconvertirnos

Referentes de diversos sectores analizan los cambios económicos y sociales que deja este período dominado por la cuarentena, después de nueve meses con incertidumbre, caída en las ventas, baja en la producción, rubros sin actividad y ajuste a nuevos protocolos. Además, qué pasó con el sistema sanitario, que se puso a prueba y requirió un gran esfuerzo de los efectores de salud. La vacuna para la Covid-19 abre expectativas positivas para 2021.

Está claro que este 2020 fue un año atípico. La pandemia marcó el pulso de la economía, la política, la salud y el comportamiento social y, a cuatro días del cierre, el balance está completamente influenciado por lo que fue la vida en cuarentena.
Convocados por Democracia, referentes de distintos sectores y actividades analizan lo que dejó este ciclo tan complejo, en el que transcurrieron nueve de sus doce meses con incertidumbre, caída en las ventas, baja en la producción, rubros sin actividad y ajuste a nuevos protocolos.
En cuanto al sistema sanitario, el Covid-19 lo puso a prueba fuertemente y esto requirió de un gran esfuerzo por parte de los efectores de salud.

“Hay que aggiornarse”
El presidente de la Sociedad Comercio e Industria de Junín, Juan Manuel dos Reis, hace una evaluación en dos planos: por un lado, desde el punto de vista del comercio, la industria y los servicios “fue un año muy complejo”, porque se profundizó el escenario que ya se arrastraba de 2019, con números negativos. “Los contagios, la incertidumbre y los problemas fueron significativos porque los que hacemos esto somos de proyectar, algo que no se pudo hacer ni a corto plazo. Eso generó mucha angustia”. Aunque, por el otro lado, esta situación generó “un año muy bueno en lo institucional”, porque fue un centro de referencia para el sector y eso se tradujo en que hubo un aumento del 40% en su masa societaria.
La cuarentena trajo aparejados cambios importantes en la comercialización, lo que obligó a una reconversión que “genera un desafío muy grande de cara al futuro”, según lo que explica Dos Reis: “La pandemia aceleró los tiempos con lo virtual y hay que trabajar mucho con el compre local y el comercio de cercanía. Hay que entender que no solamente está Mercado Libre, y que atrás de cada comercio hay familias, y la realidad es que, si uno consume a nivel local, la ciudad crece”.
Es por ello que el presidente de Comercio e Industria cree que “es necesario aggiornarse” en estos aspectos. “Hay que capacitarse uno como empresario y también a sus empleados, hay que invertir en eso y es el momento de dar ese salto porque la tecnología avanza. Y para el futuro veo el crecimiento, porque el comercio ya venía muy golpeado y este año llegamos a un punto muy bajo”.

“Un año inimaginable”
Para el empresario Gustavo Lombardi, titular de la firma Naldo, este “fue un año diferente, inimaginable, impredecible desde todo punto de vista, hubo que agudizar el ingenio desde el primer día como para que esta situación nos afecte lo menos posible”. Y enfatiza: “Creo que va a ser un año que va a dejar muchas secuelas para el futuro, con mucha gente muy afectada en un país al que le va a costar recuperarse de esta crisis”.
Lombardi señala que “fue complejo” el proceso de adaptación a los protocolos “porque uno no está preparado para estas cosas”, lo que exigió trabajar a prueba y error. “Nosotros nos fuimos adaptando de acuerdo con lo que se iba estableciendo. Cuidamos mucho a los empleados y a los clientes y hubo que hacer docencia para que entiendan que se tenían que preservar. No obstante, tuvimos contagios, sucursales con menos personal, así que hubo que reacomodarse a todo eso”.
Aun cuando se vivió “una situación muy estresante”, tiene una mirada positiva de cara al futuro: “Cualquier cosa que venga por delante va a ser mejor que lo que vivimos. Lo pasamos tan mal este año que es muy difícil que empeoremos, así que uno es optimista”.

“Se resintió el salario”
Federico Melo, secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio, considera que lo sucedido este año “sirve de experiencia para tomar el 2021 de otra manera, para que las autoridades puedan tomar decisiones entendiendo cuáles fueron las pruebas y errores que se hicieron en 2020”.
Según su análisis, “así como se resintió el comercio también lo hizo el ingreso de los trabajadores, algo que es clave para la economía local: si el trabajador no tiene un salario acorde para volcarlo al consumo, la rueda no gira”.
En cuanto a las cosas positivas, Melo observa que la pandemia “dejó en claro que las instituciones junto con los gobiernos locales, provinciales y nacionales deben estar en diálogo permanente porque esto afecta a todo el sistema”. Y también resalta que hubo un buen ida y vuelta entre propietarios y empleados: “Fue una necesidad la de tener empatía recíproca entre empleados y empleadores. Cuando hubo un cierre total, el comercio la pasó muy mal y el trabajador, con sus temores porque estábamos ante algo incierto, puso su colaboración para trabajar desde su casa o vía online, para seguir adelante”.
Finalmente, sus expectativas para 2021 son de un moderado optimismo: “A partir de todo lo que vivimos con la pandemia y con la llegada de la vacuna, esperamos que se pueda realizar la vacunación rápidamente para los grupos de riesgo más el personal de salud y seguridad, porque hace falta un año comercialmente bueno: lo necesitan los propietarios y los trabajadores”.

“En marzo vino la hecatombe”
El sector gastronómico y -principalmente- el hotelero fueron de los que más sufrieron este año de pandemia.
“Después de la crisis que veníamos viviendo en 2019, habíamos arrancado un año con esperanzas y con posibilidades de salir a flote. Enero y febrero fueron meses bastante buenos para la actividad y en marzo vino la hecatombe de esta pandemia. Al estar tanto tiempo cerrados, el balance termina siendo totalmente negativo. Sobre todo, porque la pandemia no terminó, se habla de rebrotes y hay temores de volver para atrás”, analiza Juan Víctor Casella, presidente de la Cámara de Hoteleros y Gastronómicos
El dirigente remarca que fue necesario reinventarse, “fundamentalmente en la gastronomía, rubro en el que el delivery y el take-away fueron herramientas que permitieron vender y seguir con los negocios”.
Después de un mes de diciembre “relativamente bueno”, observa el futuro con expectativas: “Somos optimistas, esperamos que no hay a una segunda ola que nos obligue a retroceder, y esto depende mucho del cuidado y la responsabilidad de cada persona, además de la vacuna. Hay esperanzas de que en 2021 superemos esto, es difícil que sea peor de lo que vivimos este año, así que pensamos en positivo”.

“Fue complicado”
En el rubro de la construcción, después de los primeros meses de cuarentena, que “fueron complicados”, en estos últimos “hubo muchas ventas, pero con faltante de mercadería”, lo que sirvió para “compensar un poco lo que sucedió al principio de todo esto, con lo cual, termina cerrando un año casi normal en cuanto al promedio de ventas”, señala el empresario Claudio Perkusic. Aunque aclara que para ello fue necesario liquidar todo el stock disponible.
Otro aspecto que evalúa Perkusic fue la implementación de los nuevos protocolos sanitarios: “Fue complicado el uso del tapaboca y del alcohol en gel, entrenar al personal para que se cumpla con todo, se hicieron reformas en los mostradores poniendo acrílicos para separar a los empleados de los clientes, y cuando aparecieron los casos tuvimos gente aislada, así que se resintió el plantel también”.
En referencia al año 2021, cree que podría ser “un año mejor”, que el actual: “Aunque no sabemos qué va a pasar con la pandemia, con la vacuna, cosas que tienen que ver con lo sanitario pero que puede repercutir en lo económico. También hay que tener en cuenta que va a ser un año eleccionario, que normalmente son un poco mejores, así que el Gobierno va a hacer lo imposible desde lo económico para llegar bien parado a la votación”.

“Tuvimos rindes muy buenos”
Si bien el balance del sector agropecuario es distinto de acuerdo al sector geográfico que se analice, en esta, que es zona núcleo, el panorama fue bastante aceptable. “Tuvimos rindes muy buenos”, explica el presidente de la Sociedad Rural de Junín, Gustavo Frederking, para luego ampliar: “Tenemos la suerte de que, a pesar de la suba de retenciones y el incremento de la presión impositiva a un nivel altísimo, también hubo un marcado aumento de los precios internacionales, por eso, en esta zona, se está bien”.
El hecho de que la actividad agropecuaria esté relacionada con los alimentos y sea un rubro de bajo riesgo de contagio, les permitió trabajar con normalidad durante toda la pandemia. “Pero uno también mira para el costado y sabe que otros la pasaron muy mal, por eso desde la entidad se hicieron campañas de donaciones y ayuda, hubo solidaridad”, agrega Frederking.
En cuanto a lo institucional, el presidente de la Sociedad Rural remarca que este año “hubo que instrumentar el trabajo remoto y poner en marcha toda una organización que llevó mucho tiempo”.
Inclusive, también “fue negativo” el hecho de no haber podido hacer la ExpoJunín: “La muestra nos vincula, nos une, ahí se muestra el potencial de la Región y siempre nos sentimos en la obligación de organizar algo que trasciende al campo, así que fue algo que nos dolió mucho no poder hacer”.

“Se viene un trabajo arduo”
En el ámbito inmobiliario también fue “un año con excepcionalidades”, de acuerdo a la definición del presidente del Colegio de Martilleros de Junín, Daniel Di Palma.
Según su mirada, se llega a fin de año “sin que esté resuelto lo sanitario”, lo que “va a seguir trayendo un condicionamiento a la economía, en general”.
Al analizar su rubro, Di Palma menciona que “a medida que se fue autorizando, hubo gente que decidió utilizar sus dólares atesorados porque ha habido una baja de valorización de los activos en moneda extranjera y se realizaron algunas operaciones; y también hubo una movilidad en las locaciones a medida que se fueron generando aperturas de distintos sectores”.
Lo que se advirtió en este 2020 fue “un aumento importante en la oferta para la compraventa de inmuebles, no así para la locación, en lo que se vio un aumento de la demanda, producto de la falta de infraestructura y las pocas políticas implementadas a través de los años en cubrir el déficit habitacional que se genera anualmente”.
Para Di Palma, “la dinámica que deja esta pandemia descubre las problemáticas ciertas que ya teníamos y que se generaron a través de los errores en políticas públicas en los últimos años, así que el trabajo que viene es arduo y requiere de una alta ingeniería en las políticas públicas, pero soy optimista y creo que podemos desandar la pospandemia después de casi diez años de economía sin crecimiento”.

“El año nos puso a prueba”
El año tuvo a la salud como un eje central. “Aun cuando ya habíamos vivido una pandemia, la de la Influenza N1H1, aquella fue de otras características, y este año nos puso realmente a prueba y se desnudaron muchas falencias, no solamente del sistema de salud en el país, sino la realidad de que estructuralmente nos falta muchísimo para llegar a poder dar respuestas desde todo punto de vista: sanitario, social, económico y demás”, resume el presidente del Colegio de Médicos de Junín, Jorge Lusardi.
Ante este escenario, “la respuesta de nuestros colegas fue formidable”, sentencia Lusardi: “Hicieron todo lo que tenían que hacer, más no se les puede pedir, se han expuesto a muchas cosas lo que repercutió en sus familias, y la respuesta desde el punto de vista remunerativa no fue buena, entiendo que debería haber sido mucho mejor”.
Y sobre el futuro, se muestra optimista: “Las ganas de que el año sea mucho mejor están. Le ponemos el hombro a todo lo que haya que hacer para poder salir a flote y lo que nos interesa, fundamentalmente, es poder darles respuesta a nuestros colegiados y, si hacemos eso, terminamos beneficiando a la sociedad toda”.

“Un desgaste importante”
El titular de ATSA Junín, Héctor Azil, considera que este “fue un año mucho más intenso que un año normal”, en el que hubo que lamentar alrededor de 250 efectores de la salud contagiados de Covid-19 y el fallecimiento de una enfermera por coronavirus. “Esto trajo un desgaste importante -agrega-, los compañeros que están en la primera línea están haciendo una tarea heroica, con los riesgos de contagios, el cuidado de su familia, sentir esa culpa a veces de ser los que pueden llevar el virus a su entorno, a veces con sobrecarga en las tareas porque el sistema sanitario de Junín un par de veces estuvo colapsado”.
Por eso, se llega a este momento “con un agotamiento enorme”, en un año en el que los trabajadores de la salud fueron puestos a prueba. “El reconocimiento a la tarea de los compañeros está -dice Azil-, más allá de que en un momento se los aplaudía y en otro se les ponían carteles y se los quería echar de sus lugares. Me parece que se visualizó el trabajo humanitario que se hace en la salud y también se mostró las miserias de una sociedad”.
Por último, respecto al 2021, Azil advierte: “El personal de salud sabe que esto no terminó y que se viene, como mínimo, un primer semestre difícil. Sobre todo porque se ve que gran parte de la sociedad se relajó y que el virus no perdona. Habría que enfatizar muchísimo en las medidas de prevención que debemos seguir teniendo presentes”.

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