En la sociedad de fomento del barrio Belgrano observan que no hay cambios importantes en este sector que, si bien es tradicional, populoso y dotado de todos los servicios, todavía tiene algunos déficits sobre los que se vienen haciendo reclamos aún sin respuesta.
De esta manera, la prioridad sigue siendo la de buscar una solución a los ya históricos anegamientos de la plaza Sarmiento, una demanda que cada lluvia fuerte vuelve a poner de manifiesto. Asimismo, los lugareños piden por el arreglo del pavimento en algunos sectores, medidas para mejorar el alumbrado público y el regreso del barrido mecánico de las calles.
Desagüe
Hace años que los vecinos del barrio Belgrano solicitan alguna obra que permita escurrir el agua que, desde hace años, se anega en la plaza Sarmiento cuando hay lluvias intensas.
“Uno de los temas más preocupantes es el desagüe para la plaza, algo que se viene pidiendo desde hace mucho tiempo y a lo que no se le presta atención. En este momento en el que se podrían hacer obras, tranquilamente, no se hacen. Y el problema sigue existiendo”, explica el presidente de la sociedad de fomento, Ricardo Carballo.
Uno de los temas más preocupantes es el desagüe para la plaza, algo que se viene pidiendo desde hace mucho tiempo y a lo que no se le presta atención. Ricardo Carballo. Pte. de la sociedad de fomento.
En tal sentido, el dirigente barrial recuerda que el titular de ATE Junín, Julio Míguenz, advirtió días pasados “que la unidad sanitaria de este barrio se inundaba cada vez que llovía, y es porque es uno de los destinatarios del agua que se junta en la plaza”. Y puntualiza: “Ahí está también la Comisaría, la Escuela 18, son centros importantísimos, por lo que el tema debería merecer otra atención. Ahora hay una relativa sequía, pero cuando vuelva la época de lluvias, se volverá a acumular el agua en esa zona”.
Las calles
Carballo considera que otro de los temas centrales que atañen a este sector pasa por el mantenimiento de las calles, especialmente en algunos sectores de la calle Italia, en sus intersecciones con Rioja o República Libanesa. Se trata de un reclamo de larga data.
“Es algo que entorpece la circulación y, ahora que están apareciendo bicicletas y motos en cantidad, dificulta aún más el tema”, afirma.
Sobre este asunto, Carballo sostiene que, “a excepción de unas pocas obras que se hicieron en algunas esquinas de la calle Rivadavia, el resto del pavimento no se tocó, no se hizo ningún acondicionamiento, el agua sigue avanzando y filtrando, las plantas que son cada vez más grandes siguen levantando los bloques de cemento, y es algo que se debería tener en cuenta porque se corren riesgos de accidentes”.
Otros temas
En relación con el mantenimiento general del sector, Carballo asegura que “ha cambiado y para bien”. Según su análisis, “la recolección domiciliaria se realiza en tiempo y la de los montículos está pasando más asiduamente”. Aunque sí nota un déficit en el barrido mecánico, que fue suspendido, de acuerdo a su definición: “Suponemos que ha sido por cuestiones presupuestarias y ahora se ve cómo se junta tierra, barro y lo que sueltan algunas plantas, como los plátanos, así que es algo que nos haría falta”.
Asimismo, el fomentista se refirió al alumbrado público que, si bien es un servicio que se presta con normalidad, en determinados sectores, el follaje de las plantas tapa las luminarias. “En algunos lugares las columnas quedan tapadas por las ramas, lo que genera conos de sombra. No sé si sería conveniente podarlas ahora, porque no es la época para hacerlo, pero sí debería tenerse en cuenta una programación para que se pueda hacer cuando sea el momento indicado”, explica.
Seguridad
Finalmente, en torno a la inseguridad, Carballo sostiene que esta zona “no escapa a las generales de la ley”.
No obstante, advierte que hay mejoras: “Tenemos las visitas indeseadas ‘normales’ como sucede en otros barrios, con la diferencia de que tenemos la Comisaría Segunda y el tránsito de los patrulleros cuando salen de allí hace que se note una presencia importante. Además, el hecho de haber estado encerrados durante la cuarentena les dificultó las visitas a los ‘chicos malos, y eso aportó cierta tranquilidad”.
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