Ya a los once años an Ivana Saccai le gustaba el mundo de la moda, aunque asegura que lo tomaba, más que nada, como un juego. “Veía esos grandes desfiles y admiraba a las modelos”, recuerda hoy.
Siguiendo con ese espíritu lúdico, empezó a asistir a la escuela de modelaje Bella y a los doce años empezó a participar en algunos desfiles. “Me divertía, pero siempre estuve muy enfocada en el colegio y en el estudio”, afirma.
Y fue su madre, Stella, quien vio que había algo más en Ivana, por eso mandó fotos de su hija a un concurso de la agencia Dotto Models, pero como era para chicas a partir de quince años y su hija tenía catorce, no pudo participar. Al tiempo salió otro certamen, para la agencia internacional Ford Models, en la que sí pudo formar parte, y juntas, madre e hija, viajaron a Buenos Aires para que Ivana hiciera el intento.
Las editoriales de revistas fue siempre lo que más me gustó. Ivana Saccani. Modelo
Lo más lindo que me dio esta carrera fue la oportunidad de viajar. Ivana Saccani. Modelo
Una semana estuvieron allí, pasaron por pruebas en el shopping Paseo Alcorta y en el Hotel Presidente. Finalmente, Ivana terminó segunda y fue elegida -por supuesto- como la mejor cara. Según dice, “fue una semana espectacular, una experiencia re linda”. Sin saberlo, estaba empezando un camino que la depositaría en la constelación de las modelos top de Argentina.
Modelo de Dotto
Contratada por la agencia Ford, Ivana se instaló en Buenos Aires junto con su madre. “Fue bastante sacrificado y lindo, me vine con mi mamá y en un departamentito de un ambiente estábamos con mi mamá, la otra chica que había ganado y su papá”, recuerda.
En aquellos días alternaba castings, algunos trabajos, con la asistencia a clases en el Colegio Sarmiento. Y los fines de semana regresaba a disfrutar del resto de su familia y de sus amigas.
Estuvo cuatro meses en Ford Models hasta que un día, después de haber participado en el Desfile de las Escalinatas, que era un clásico en ese tiempo, la llamó Pancho Dotto y la invitó a sumarse a su staff de modelos. A finales de los 90' Dotto era el agente de modelos más importante del país -junto con Ricardo Piñeiro- y para Saccani “era un sueño” que se hubiesen fijado en ella.
Enseguida se sumó al staff de Dotto Models, donde hizo toda su carrera. Ahí empezaron los desfiles, las campañas, las sesiones de fotos, llegaron las tapas de las revistas, los viajes, en una carrera que la llevó a un sitial preferencial del mundo de la moda.
“Yo hacía muchas campañas y editoriales de revistas, que fue siempre lo que más me gustó, y también desfiles -explica-, además hacía catálogos, viajaba mucho a Chile porque trabajaba para Ripley, que es la competencia de Falabella. Eso me permitió tener mi independencia y trazarme nuevos objetivos”.
Su madre la acompañó en la Capital hasta que terminó el colegio. Fue la época en la que conoció a quien hoy es su esposo, el reconocido actor Sebastián Estevanez.
Cuando se pusieron de novios, Estevanez ya era un personaje top de la farándula, sin embargo, ese nunca fue un peso para Ivana: “Seba es muy de perfil bajo y muy familiero, que es lo que uno busca cuando es del interior. Eso fue así desde el principio con él, y su familia me recibió con mucho cariño y eso fue muy importante para mí”.
Su carrera
En referencia a su carrera, asegura que se la tomó con mucha responsabilidad. “Siempre tuve las cosas claras, conocí un montón de gente en este ambiente que me permitieron trabajar bien y lo más lindo que me dio esta carrera fue la oportunidad de viajar mucho a diferentes lugares”, agrega.
Según dice, “no es fácil, porque hay que ir de un lado al otro, presentarse a castings, uno debe ir construyendo su carrera, las modelos eran muchas y había competencia”, y remarca que está “muy satisfecha” con lo que logró.
A pesar de su juventud, Ivana habla del modelaje en pasado. “Hasta hace dos o tres años alguna cosa seguía haciendo, pero los tiempos cambiaron un montón”, explica, para luego profundizar: “Hoy está Instagram, los ‘influencers’, es diferente, antes las modelos hacían campañas y las actrices actuaban, y hoy está todo más mezclado. Si hay algo que me interesa, lo hago: el año pasado una diseñadora convocó a un grupo de modelos de mi generación, porque nos conoce, y la verdad que lo hice y nos encantó. Y hoy disfruto a mi familia, que es mi vida”.
Balance
Al repasar su trayectoria, Saccani reconoce que el modelaje se le apareció como una posibilidad a la que ella se aferró. “La vida me fue llevando -afirma-, no era lo que yo soñaba, pero se me fueron presentando las oportunidades y me encontré en ese mundo que me encantó. Era muy lindo ver los frutos de las cosas que iba haciendo”.
Y al momento de hacer un balance, concluye: “Lo disfruté un montón, por eso siempre me esforcé mucho para ir creciendo. La primera tapa de revista fue espectacular y después cada tapa fue muy importante, la posibilidad de hacer campañas para marcas de enorme relevancia, viajar mucho, conocer otros países, otras culturas, así que la mía es una carrera que me dio muchas cosas lindas, por lo que estoy feliz y agradecida a mi mamá a que me haya impulsado a hacerla”.
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