La mitad de la Argentina es pobre y crece el desempleo, ¿cree que estas situaciones son caldo de cultivo para un recrudecimiento del delito?
-Sí, seguro, es caldo de cultivo para que se vayan encaminando en esa dirección. Siempre defendí que la pobreza no es lo mismo que la delincuencia. El pobre sale a cortar el pasto, a hacer cualquier changa para subsistir. Pero sí se amplía la plataforma sobre la cual ya está asentado el delito. A esto se suman además las liberaciones de presos. Y si aprietan en el conurbano, el delito se traslada al interior.
-¿La presencia de tres cárceles en Junín genera mayor inseguridad?
-Las visitas hay que controlarlas muy bien porque generan inseguridad. Hacemos prevención y estamos atentos para controlar quiénes son los que vienen. De miles de visitantes que vienen encontrás cinco o seis que son delincuentes, y es suficiente para que un fin de semana hagan un desastre en la ciudad. El resto es gente trabajadora, eso hay que destacarlo. Hay investigaciones que dan cuenta de colectivos que llegan a la ciudad y desparraman estupefacientes, nos guste o no, es la realidad.
-Se habla de una merma del 30% del delito en la ciudad.
-Ya veníamos en una baja importante desde que asumimos al frente del municipio, hasta la actualidad. Hoy tenemos una baja del 30%, según los datos oficiales de la Procuración.
Una gran parte de la seguridad la hace el vecino, con la información que aporta.
La pandemia nos ha permitido profundizar el trabajo en el territorio, como cerrar y controlar mejor la ciudad. Nosotros logramos la baja teniendo menos policías para la prevención del delito, porque estaban abocados al Covid. Por eso muchas veces hemos cerrado los pasos a nivel.
-Algo que le reconocen, tanto oficialistas como opositores, es su presencia en la calle.
-Lo que más me gusta es trabajar en el territorio. El problema de la inseguridad está en la calle, no dentro de una oficina. Y tener el contacto cara a cara con el vecino es fundamental. El que no entienda como funcionario que tiene que salir a la calle a trabajar, para mí, fracasó. En el área que sea tenés que estar en el territorio. Nosotros hacemos partícipe al vecino, que termina aportando parte de la solución. Una gran parte de la seguridad la hace el vecino, con la información que aporta. Y nosotros ponemos los recursos a disposición para encontrar soluciones en conjunto.
-¿Percibe un agravamiento de las condiciones sociales?
-Sí, y me preocupa mucho la llegada de fin de año. Por eso ya estamos pensando en la prevención, porque no les va a ser fácil a los gobiernos nacional y provincial, el índice de desocupación es alto y a esto se suma al hartazgo por la cuarentena. Esto va a crear una complicación en el corto plazo. Hay conflictos grandes en el conurbano que se están dando, como las usurpaciones en Guernica. Trasladado a Junín no nos tenemos que dormir, para controlar esas situaciones desde el diálogo y la contención, porque después es tarde. No es fácil tener casi un 50 por ciento de pobreza y poder controlar la seguridad, en la necesidad, de alguna forma hay que contenerla. Y esa pobreza la aprovecha el delincuente.
-¿Qué sintió con los cruces de declaraciones entre Macri y Alberto?
-No tenemos que seguir peleando, juntemos todo el esfuerzo y después la gente decide, la gente ve quién trabaja y quién no, quién es buen funcionario y quién no. Dejemos de discutir, yo no estoy de acuerdo con la pelea que no le suma a la gente. Dejemos de criticar al otro y, desde una posición distinta, veamos en qué podemos ayudar. Soy un peleador nato en la calle y me di cuenta de que las peleas entre las personas no sirven; sí la pelea para enriquecer y encontrar soluciones. Tenés que atacar el conflicto y resolverlo en favor de la gente.
-La grieta es destructiva.
-La grieta no sirve, tratemos de dejar algo en el territorio. Yo cuando voy a un barrio no pregunto de qué partido es cada uno, tengo que hacer seguridad para los 100 mil habitantes.
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