Con la primavera, también llegan las alergias y las molestias por los plátanos, un árbol que forma parte del paisaje de varios sectores juninenses y que viene generando controversias desde hace décadas, también por las complicaciones que se generan en veredas, casas y con el cableado aéreo.
Osvaldo Soto, presidente de la Sociedad de Fomento de Pueblo Nuevo, afirmó a este diario: “Es un mal que viene de años y no se resuelve. Provoca alergias y las raíces levantan las veredas. A una vecina le aparecieron las raíces hasta en el inodoro”. No obstante, el dirigente barrial destacó la sombra que dan en verano.
Marcelo Balestrasse, secretario de Obras Públicas del municipio, recordó que entre 2016 y 2017 se podaron 10 mil árboles, de un total de 60 mil. Germán Aguilar, de Espacios Públicos, agregó que por la pandemia este año contaron con menos personal, aunque afirmó que se realizaron podas correctivas durante el invierno. “Lo que más preocupa es la altura (algunos superan los 35 metros) y el estado. Es muy difícil controlar el arbolado, porque demanda muchos recursos y grúas especiales”, señaló.
La planificación, clave
Ana Clara Cobas, ingeniera forestal y doctora en Ciencias Forestales de la Unnoba, afirmó a Democracia que “el arbolado siempre está en conflicto, porque los árboles tienen que aprender a convivir con las personas y adaptarse al tejido urbano”.
Sobre la problemática de los plátanos llamó a no “demonizarlos” y aconsejó “ir haciendo un reemplazo -no solo de los plátanos-, pero con una planificación municipal, comenzando por los que están en peor estado”.
“No vas a arreglar el arbolado en un año, hay que hacerlo por sectores y hay que buscar otras especies, de acuerdo al ancho de cada vereda”, afirmó.
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