Sin dudas, son muchas las actividades que la pandemia alteró en nuestras vidas sin importar en la etapa en la que nos encontremos.
Mucho se habla del cambio en la rutina laboral de los adultos, el encierro de los más chicos, los temores de los mayores, vacaciones sí o no, la vuelta de las clases, pero hay un grupo etario, el de los adolescentes, que desde hace meses vio su rutina totalmente alterada y poco puede hoy disfrutar de muchas de las experiencias propias de su edad, especialmente quienes están en la última etapa del secundario.
Es por ello que en la Escuela Secundaria San Jorge, docentes y directivos decidieron organizar una caravana para hacerles sentir la cercanía, a pesar de los tiempos difíciles, y recorrieron en auto las casas de los chicos para dejarles un regalo y un mensaje.
Silvia Ponce, directora del nivel del establecimiento, contó a TeleJunín: “Quisimos de alguna manera participar y promover algo distinto para ellos. Quisimos intensificar sus sensaciones, sus alegrías, sacarlos un poco de la rutina diaria, y lo logramos. Encontramos la forma de hacerlo”.
“Fue maravilloso, mágico”
La escuela, amada y odiada en igual medida –dependiendo del horario de ingreso del lunes, el examen del miércoles o cuánto cueste terminar el Quijote- se volvió en estos meses de cuarentena y clases por videollamada en el nexo más importante con esa vida adolescente, con los amigos, los compañeros, los docentes.
La carga emocional que genera en todos los ámbitos la pandemia le agrega a la vida de los jóvenes un aditivo: la incertidumbre ante la finalización de sus estudios secundarios, una etapa clave.
A través de la “Caravana Promo 2020, me llevo tu sonrisa”, la escuela San Jorge celebró la semana del Estudiante pero, especialmente, decidió compartir la experiencia con los alumnos.
“La pandemia y el aislamiento social y obligatorio han cambiado el transitar de todos los estudiantes de una manera muy profunda y el de los estudiantes próximos a egresar”, destacó la directora.
“Es una característica de los alumnos de sexto año, que han construido la identidad de su promoción durante todo el recorrido por el nivel secundario y el punto cúlmine es en el último año, y esta situación ha puesto en suspenso todo lo que ellos han deseado vivir con tanta emoción: los ritos celebratorios, los viajes, las fiestas, todo lo que ellos esperaban y todo esto dificulta justamente la construcción de esa identidad”, indicó.
En esa línea y sobre la idea de la caravana, explicó: “Nosotros conocemos de sus angustias, su incertidumbre, conocemos cómo pasan sus días y somos pretenciosos. Quisimos de alguna manera participar y promover algo distinto para ellos”.
La caravana “es el punto culminante de una semana del estudiante que fue maravillosa. Se hicieron un montón de cosas, muchísimas actividades, gran cantidad, pero nos faltaba algo: nos faltaba verlos”, explicó Ponce.
Así surgió la idea de recorrer la ciudad en autos, con un mapa trazado de los domicilios de los 37 alumnos para darles una sorpresa que incluía carteles, globos, presentes, un pergamino y una plantita para cada alumno. Y que tomó alrededor de cuatro horas.
“Llegamos a todos y fue maravilloso, fue mágico poder llevarnos la sonrisa y las lágrimas de ellos, las nuestras. Fue una sensación y una conjunción de emociones inexplicables y había que vivirlo en directo todo esto. Fue maravilloso. Sin bajarse del auto, ellos se acercaron a recibir los presentes”, aclaró.
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