Santiago Cafiero
El jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, concedió una entrevista a Democracia.
ENTREVISTA CON DEMOCRACIA

Santiago Cafiero: “No son recursos de la coparticipación de la Ciudad”

El jefe de Gabinete de la Nación afirmó que la reasignación de fondos a la provincia de Buenos Aires es “constitucional, legítima y justa” y recordó que “Macri le sacó recursos al Estado nacional para dárselos a la ciudad más rica de la Argentina”. También habló del conflicto policial y la gestión de la pandemia.

¿Es constitucional la quita de recursos a CABA?
-No es una quita, porque eran recursos que estaban mal asignados y se distribuyen de otro modo. La medida es constitucional, es legítima y justa, porque son recursos nacionales que se van a distribuir de otro modo. No son recursos de la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires. Son recursos nacionales que, en su momento, en 2016, el expresidente Mauricio Macri le dio a la Ciudad para solventar el traspaso de la policía. Esos fondos siempre fueron discutidos, incluso en ese momento. De hecho, el jefe de Gobierno de la Ciudad de aquel entonces, que es el mismo que ahora, dijo que no eran recursos coparticipables. En aquel entonces el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, declaró –hay un video que está circulando- que efectivamente fueron desmedidos los recursos que se le dieron a la Ciudad y que se iban a enmendar con un decreto, que nunca ocurrió. Estos son recursos que se le dieron de forma unilateral, por decreto, del Estado nacional a la Ciudad de Buenos Aires. Esos recursos tenían un objetivo, que era solventar el traspaso de la policía. Vamos a seguir solventando ese traspaso de la policía, pero todo el excedente que se le dio no corresponde, tiene que volver al Tesoro Nacional, para distribuirlo de un modo distinto. Por eso estamos creando el Fondo de Fortalecimiento Fiscal para la provincia de Buenos Aires a partir de esos recursos, porque la provincia tiene un déficit de recursos muy agudo, que es consecuencia del desmanejo de los cuatro años anteriores, de la gobernadora Vidal. Evidentemente lo que hizo fue absorber una gran cantidad de deuda y cuando se le terminó la deuda no tuvo más posibilidades de seguir financiando el gasto corriente. El conflicto con la Policía Bonaerense también es parte de un atraso salarial de muchos años. 

-¿Cree que haberle dado ese excedente de recursos a la Capital Federal obedeció a una estrategia política?
-Es difícil poder medir eso, porque esos recursos tampoco se destinaron para que las zonas más pobres de la ciudad tengan mejores bienes y servicios, eso no sucedió. También es cierto que si bien ese exceso de recursos estuvo, y no fue a solventar el traspaso de la policía, evidentemente hay que ver a dónde fueron esos recursos. Y esos recursos no fueron a los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, que todavía siguen sin tener agua. 

-¿Qué ocurriría si la Corte fallara en contra de la medida del Gobierno? ¿Cómo se solventaría el aumento a la Policía Bonaerense?
-Nosotros pensamos que eso no va a suceder, no por una creencia, sino porque estamos muy seguros de que es constitucional lo que estamos haciendo y también porque se está utilizando el mismo instrumento con el cual Macri le sacó recursos al Estado nacional para dárselos a la ciudad más rica de la Argentina. Nosotros estamos utilizando el mismo recurso para distribuirlo de otro modo y dárselo a las mayorías. 

-O sea, si es inconstitucional ahora, fue inconstitucional antes. 
-Situación que traería aparejado un problema mucho más grave, y habría que revisar todos los recursos que se le dieron a la Ciudad de Buenos Aires. 

-¿Cree que el conflicto policial responde a un reclamo puramente salarial o pudo estar impulsado políticamente?
-Creo que eso se inicia como algo estrictamente salarial y que después siempre encuentra, como estamos acostumbrados nosotros, algún cauce para que alguien hable de más. A priori –también es cierto que es muy reciente- yo no podría asegurar que eso haya tenido otro condimento. Acá no estuvo en crisis la institucionalidad del país. Sí nos pusimos muy firmes, y el Presidente, con mucha determinación, solicitó que esos patrulleros que estaban protestando vuelvan a cuidar a la gente. El lugar no era estar protestando, sino cuidando a los vecinos y vecinas. Si hay un atraso en los ingresos, eso se va a ir resolviendo. El Presidente demostró su sensibilidad ante el reclamo, pero su firmeza a la hora de poner las cosas en su lugar. 

-La seguridad siempre es para el campo progresista un tema que se aborda con cierto resquemor. El politólogo Luiz Eduardo Soares sostiene que “si no decimos qué policía queremos otros lo dirán”. Todavía falta mucho en la Argentina para construir una policía democrática, profesional.  
-Siempre es el desafío, pero no de una tendencia ideológica o política: es el desafío de todos. Los argentinos y argentinas nos merecemos tener fuerzas de seguridad profesionales, con los elementos adecuados, con los salarios adecuados, para que puedan hacer su trabajo correctamente. Eso es algo que todos nos merecemos, no es ni de izquierda ni derecha. Nosotros lo que necesitamos es que los patrulleros estén, que los equipos estén, que la tecnología aplicada a la seguridad esté disponible para nuestra fuerza de seguridad. Tenemos que ser claros, hay muchos policías que desarrollan su tarea con mucha honestidad, arriesgando su vida, poniendo en riesgo su salud -con la pandemia-, la de sus familias, y sin embargo están ahí en la calle. En ese sentido tenemos que tener una distinción. Ahora no tenemos que permitir que estos reclamos le quiten a los ciudadanos la seguridad de tener al patrullero circulando por su ciudad. 

-¿Y qué ocurre con el salario de los médicos, de los docentes? ¿porque en el país hay un atraso general en materia de salario?
-No es menos cierto que este atraso de salarios viene golpeando en otros aspectos, también al sector privado. Es decir, hay toda una puja, pero esto no tiene que ver con quién grita más fuerte o quién se hace más fuerte, sino con encontrar herramientas de diálogo, de negociación, que se pongan todas las cartas arriba de la mesa para que se puedan distribuir los recursos de un modo más justo. De eso se trata, eso es lo que hace el Presidente diariamente y es la instrucción que tenemos los ministros. Así es como debe funcionar una sociedad que busca reducir las desigualdades de manera democrática.

-La curva sigue en aumento, ¿cree que hay que apretar el “botón rojo” y reducir la circulación para frenar los contagios?
-Lo principal es entender cómo se está moviendo la pandemia. Si esta nota me la hacías hace veinte días, yo hubiese dicho que el 90 por ciento de los casos está emplazado en la zona del AMBA. Hoy eso representa el 60 por ciento de los casos y quiere decir que ya el 40 por ciento de los casos está en el interior. Esta pandemia es dinámica, se propaga. Durante mucho tiempo la pudimos contener, preparando el sistema de salud, fortaleciendo los recursos humanos y, principalmente, lo que fuimos logrando es ralentizar la velocidad de los contagios para que no se sature el sistema de salud. Claramente no hay que cantar victoria sobre esto, pero es lo que nos hemos propuesto. Lo que ha sucedido en otros países del mundo es que, cuando el sistema de salud colapsa, la tasa de letalidad comienza a crecer de forma acelerada. En la Argentina eso no pasa. En el país lo que pasa es que la tasa de letalidad sigue siendo una de las más bajas. Y eso no es solo producto de una política de gobierno, sino principalmente de la tarea diaria que realizan las trabajadores y trabajadores de la salud. En este sentido, tenemos que estar orgullosos de cómo el país está trabajando en las políticas de cuidado. También tenemos que entender que si los casos se llegaran a disparar, habrá que tomar medidas tendientes a restringir aún más la circulación, porque es el único modo de parar la velocidad del virus. Esto sigue siendo heterogéneo, se especula con un botón rojo para toda la Argentina, pero nosotros no vinimos a especular, vinimos a tomar las medidas necesarias para cuidar la vida. Si los casos se disparan en todo el país, de manera homogénea, en ese hipotético caso tomaremos las medidas que tengamos que tomar, sin especular políticamente. Ahora, hoy por hoy, de acuerdo a cómo está la situación, más focalizada, más heterogénea, con zonas que evidentemente tuvieron que ir para atrás con actividades que estaban desarrollando, como Rosario, Mendoza, Jujuy, Salta, provincias enteras que tuvieron que ir para atrás con aperturas que habían hecho porque se les había empezado a disparar la cantidad de contagios, eso es lo que está sucediendo hoy en el país. La zona del AMBA hoy está con muchos casos acumulados, pero está estabilizada, por ahora. Pero insisto con esto, tenemos que aprender también del mundo, países con economías muy desarrolladas, que declararon que habían vencido el coronavirus, tuvieron que volver para atrás. Israel es un caso, muchos portales lo mostraban como un ejemplo exitoso y sin embargo Israel ahora vuelve a Fase 1. Y lo mismo pasa con Francia, donde el expresidente estuvo allá, habló de las libertades, y Francia ahora tiene diez mil casos diarios y vuelve con medidas restrictivas. Este es un virus que tiene al mundo de rodillas. La Argentina no está exenta de eso y lo que venimos haciendo es un trabajo muy profesional, aprovechando la capacidad técnica que tenemos de los trabajadores y trabajadoras de la salud, que es motivo de orgullo. 

-¿La vacuna de Oxford sigue siendo una luz de esperanza?
-Sí, claro. Es el horizonte más próximo que tenemos y es importante. Nos informaron que son cuestiones de rutina, que suelen suceder con las vacunas. Igualmente hoy (por ayer) nos comunicaron que continúan con la fase 3 de prueba, porque lo que se había manifestado en el paciente no tenía que ver con la vacuna, sino con otra causa. Eso no lo determina la empresa, sino un consejo independiente, así que volvemos el lunes a estar en la misma situación en la que estábamos, con muchas ganas, esperanza y expectativas de poder producir la vacuna. Me parece que también es importante resaltar esto: tantas veces nos dicen cómo los argentinos fracasamos, nos dijeron sobre todo, que habíamos fracasado en un país maravilloso y que era inentendible cómo estábamos. Sin embargo, me parece que es mucho más valioso contar las veces que nos levantamos de todas estas situaciones. Tenemos un país maravilloso y lo vamos a poder poner de pie. Hoy hay solo quince países con la posibilidad de producir la vacuna contra el coronavirus y la Argentina es uno de ellos.

-Faltan once meses para las elecciones, ¿cree que esto aviva los cruces entre el oficialismo y la oposición?
-Nosotros vamos a seguir trabajando de manera coordinada con la Ciudad de Buenos Aires y con todos los gobernadores y gobernadoras, sin preguntarles su trayectoria política ni por quién se inclinan. Nosotros no hacemos política con la pandemia; hay un sector de la oposición que hace política con la pandemia, pero no somos nosotros. 

-Hay quienes creen que podrían suspenderse las próximas elecciones, ¿es así?
-No, no. Hoy no está eso ni en la agenda ni en estudio ni mucho menos. El cronograma electoral sigue siendo el mismo que estaba previsto. Nosotros no tenemos que hacer cálculos ni políticos ni electorales con respecto al manejo de la pandemia. Gestionar la pandemia es salvar vidas y esa fue la ética y el cuidado que el Presidente nos instruyó. Ya va a haber tiempo de hacer campaña, pero este no es el momento.

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