Abel Miguel
Abel Miguel fue intendente por veinte años seguidos, el que más tiempo ocupó ese cargo en la historia de Junín.
EL EXINTENDENTE REPASA SU TRAYECTORIA

Abel Miguel: “Entregué lo mejor de mí y lo puse al servicio de la ciudad”

Con veinte años en el poder, fue la persona que estuvo más tiempo como jefe comunal de Junín. Cumplió 80 años hace poco y, en diálogo con Democracia, analiza su gestión y su vida política. “Traté de ser innovador y trabajé mucho”, afirma.

De las 46 personas que ejercieron el cargo de intendente en la historia de Junín, Abel Miguel fue el que lo hizo por más tiempo. En total, veinte años en cinco períodos consecutivos. Y no solo eso: en cada una de las elecciones fue sumando más votos que la anterior.
“Creo que eso se logró por la gestión, tuve un equipo de gobierno metedor, comprometido y honesto, y la gente veía que se estaba produciendo un cambio fundamental en sus vidas”, analiza hoy el “Vasco”, 17 años después de haber dejado el sillón de la calle Rivadavia.
Con 80 años recién cumplidos, Miguel repasa su gestión y su vida política.

La política
Aun cuando no venía de una familia con tradición política, Miguel se “arrimó” a la UCR en la constituyente de 1957, siendo todavía un estudiante secundario.
En 1966 se fue a estudiar Ingeniería Agronómica a La Plata y al año siguiente se formó Franja Morada, fundación de la que Miguel participó activamente. En 1968 y 1969 fue presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Agronomía.
Una vez recibido, se instaló en Rojas, donde trabajó en cooperativas para el ministerio de Asuntos Agrarios.
“Los 70 fueron tremendos, por la violencia política, la lucha armada”, cuenta. Sin embargo, siguió militando. La apertura democrática encontró a los partidos con dificultades para renovarse y así fue como Miguel, que tenía “alguna gimnasia” partidaria, fue elegido presidente del comité primero y candidato a intendente después.

Intendente
Miguel no era el favorito en las elecciones de 1983. “Yo era un ilustre desconocido, porque milité mucho en La Plata, trabajaba en Rojas, así que el espaldarazo nos lo dio Alfonsín”, señala.
Según dice, en la Municipalidad se encontró con “muchos problemas económicos”, principalmente por una deuda enorme con la empresa de electricidad y otra muy importante que había quedado del juicio contra el Automoto que perdió la administración de Roberto Sahaspé.
“En general, las municipalidades estaban muy venidas a menos, con servicios deficientes y maquinarias obsoletas. Los talleres parecían una tapera”, grafica.

Su gestión
El primer objetivo de su gestión fue la infraestructura: “Menos de la mitad de la población tenía agua y cloacas, así que eso fue lo primero que hicimos, y para eso el gobernador Armendáriz nos dio una gran mano. Después hicimos desagües, con una obra muy grande que llevó muchos años”.
Cuando el Gobierno nacional decidió descentralizar la empresa Gas del Estado, Junín fue la primera ciudad en hacer una empresa municipal para brindar el servicio. Así nació Gas Junín, hoy Grupo Junín.
Otro eje de su gestión fue la educación superior. Miguel estuvo muchos años gestionando, hasta que en pudo abrir el Centro Universitario Regional Junín (CURJ), con el dictado de carreras a través de convenios con las universidades de La Plata y de Buenos Aires.
“La Universidad es una fuente de progreso muy importante cualitativamente, teníamos una amplia región a la que le podíamos dar esa posibilidad: Junín era un lugar ideal para hacer eso”, comenta.
Así fue como se creó por decreto presidencial en 2002 y en 2003 se ratificó a través del Congreso de la Nación. En definitiva, fue simbólicamente fuerte que el cierre de su gestión como intendente coincidiera con la apertura de la Unnoba, que era su sueño.
Entre los momentos más comprometidos que debió afrontar, recuerda las grandes inundaciones de 1993 y de 2002. Y la crisis de 2001 en la que las manifestaciones llegaron hasta la puerta de su casa: “Se las agarraban con los intendentes que éramos los que estábamos a mano. Fue un momento muy difícil. Después se armó un comité de crisis con instituciones intermedias y algunos representantes de la CGT, que ayudaron en la contención. En ese tiempo tuvimos que dar 7500 bolsones de comida para la gente”.

El día después
Cuando dejó la jefatura comunal, Miguel debió enfrentar un juicio oral por malversación de fondos que resultó muy desgastante y del que resultó absuelto (ver recuadro).
En lo político, participó de la creación de la Coalición Cívica y fue electo diputado provincial. Es probable que hubiese merecido un reconocimiento mayor, tal vez como legislador nacional, luego de ganar cinco veces seguidas la intendencia, cada vez con mayor porcentaje, en tiempos en los que su partido no podía hacer pie en la Provincia ni en el país. 
Hoy, con 80 años, ya está en otra etapa. “Empujo, apoyo, peor no más que eso”, resume.
Y al momento de hacer un balance, concluye: “Siempre pienso en forma positiva y estoy satisfecho por todas las cosas que uno ha tenido la suerte de poder lograr. Fui un tipo honesto porque así me enseñaron mis padres y mis abuelos. Además, fui metedor, entregué lo mejor de mí y lo puse al servicio de la ciudad durante veinte años, para eso he dejado placeres y resté horas a la familia. Traté de ser innovador, trabajé mucho, me propuse cosas que, contra viento y marea, se lograron. Y para eso también tuve un buen equipo, más la comunidad que siempre me acompañó”.

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