CONSECUENCIAS DEL AISLAMIENTO

Mayor López: La cuarentena golpea al comercio

Aun cuando los negocios de venta de alimentos muestran cierta recuperación, otros rubros siguen con problemas. El movimiento en las calles bajó, aunque, de a poco, se va recobrando cierta normalidad. Los residentes reclaman que pase más seguido el camión regador y no solamente por la avenida La Plata.

Los residentes más antiguos del barrio Mayor López señalan que la de este sector fue la primera sociedad de fomento creada en Junín, en octubre de 1963. Y a partir de entonces, los vecinos trabajan para sumar más servicios.
Lo cierto es que, al día de hoy, este vecindario aún cuenta con los típicos problemas de las zonas periféricas: con apenas cinco cuadras de asfalto, uno de los reclamos pasa por el paso del regador.
Además, la cuarentena también provocó modificaciones en este barrio, con una baja sensible en el movimiento -aunque se está recuperando- con consecuencias para la economía de sus habitantes y sus comercios.

El barrio
Delimitado por las calles Matheu, Ricardo Rojas, Félix de Azara y la avenida República, el barrio Mayor López cuenta con un amplio sector cubierto por los servicios básicos: agua, cloacas y, en menor medida, gas natural.
Donde sí se advierte un déficit es en las calles, ya que solo hay pavimento en un puñado de cuadras, dentro de sus cuarenta hectáreas. Es cierto que esta zona fue una de las más beneficiadas por la obra del desagüe del norte, y había que esperar a que se terminara para pensar en asfaltar las calles. Pero los trabajos del ducto terminaron hace más de un año y la cantidad de cuadras asfaltadas sigue siendo la misma.

Está difícil la situación porque la mayoría de la gente es laburante y está costando. Veníamos mal de antes y ahora está demasiado tranquilo. Zaira Prioglio. Vecina. Comerciante.

En tal sentido, el paso del regador es un tema que acumula reclamos desde hace tiempo, como resume Andrés Amodeo, vecino del lugar y comerciante: “Siempre pasa por avenida La Plata, hasta varias veces en el día, pero no en las calles interiores del barrio. Yo he podido decirles si pueden ir por otras calles y me contestaron que tenían la orden de pasar solamente por La Plata. Aprovechamos para pedir que se haga algo con esto porque hay mucha tierra y los días de viento son terribles”.

El comercio
Como sucede en otros sectores de la ciudad, aquí también la cuarentena está teniendo efectos negativos en el comercio.
“Está difícil la situación porque la mayoría de la gente es laburante, trabaja en el día a día y está costando”, explica Zaira Prioglio, que vive en Mayor López desde hace años, donde también tiene su negocio de venta de ropa: “Ya veníamos mal de antes y ahora está todo demasiado tranquilo, porque hay muchos sin trabajo o que les mermó la actividad, los precios siguen aumentando y a la gente no le alcanza”.
En el mismo sentido, María Teresa Pérez, que reside aquí hace más de cuarenta años y también tiene su comercio, señala que “es significativo el parate que hay, se siente muchísimo”. Y agrega: “Yo achiqué el negocio y acá viene menos gente que en otros que venden, por ejemplo, alimentos, que trabajan un poco más. Pero es notable el cambio, a las cinco y media o seis ya no anda nadie”.
En efecto, el impacto es menor en el rubro alimenticio y así lo confirma Amodeo. “En los barrios se resintieron más las ventas que en el centro -explica- porque acá hay muchos albañiles, pintores, electricistas, que fueron los que primero dejaron de trabajar y los que más tardaron en volver. Al principio la gente estaba muy asustada, nosotros empezamos a atender a puertas cerradas y se frenaron mucho las ventas, pero con el paso del tiempo, la gente se fue acostumbrando”.

Respeto a las normas
En cuanto a las medidas de prevención, Pérez explica que atiende “desde la puerta” y que solamente ingresan los proveedores a su comercio porque tiene que pagarles. “Hay gente que sigue andando sin cuidarse, a veces pasa alguno sin tapabocas. Es como todo: uno trata de hacer las cosas bien y otros se arriesgan”, comenta.
Prioglio solamente deja ingresar de a uno a su negocio y brinda alcohol en gel a sus clientes. “Está el tema de medirse la ropa, que también genera problemas”, afirma.
Por su parte, Amodeo asevera que “costó mucho el uso del barbijo”. Y concluye: “Nosotros colaboramos pidiendo que siempre vengan con el tapabocas, que no se acumule mucha gente, brindamos el alcohol en gel y ahora se ve que todos se acostumbraron a estas medidas”.

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