La terminal de ómnibus vacía como símbolo de la ausencia de visitantes de otras ciudades a Junín, un escenario que perjudica a los comerciantes que venden gran parte a gente de la Región.
La terminal de ómnibus vacía como símbolo de la ausencia de visitantes de otras ciudades a Junín, un escenario que perjudica a los comerciantes que venden gran parte a gente de la Región.
EFECTOS DE LA CUARENTENA

La escasez de clientes de la Región complica el repunte del comercio local

Por las restricciones, viene poca gente de otras ciudades que, en algunos rubros, aportaban hasta el 50% de la facturación. Comercio e Industria va a solicitar que se permitan más ingresos, siempre con medidas de control sanitario. Afirman que la Fase 5 mejoró el ánimo, aunque eso aún no se traduce en más ventas. Además: varios tienen faltantes porque los proveedores no entregan mercadería.

Turnos para diferentes especialidades médicas, trámites bancarios, gestiones en los Tribunales o en Afip, diligencias en la Universidad, trabajos y servicios de los más variados son solo algunas de las razones por las cuales diariamente ingresaba a nuestra ciudad una gran cantidad de gente oriunda, principalmente, de la región. Una situación que se vio modificada a partir de las restricciones impuestas por la cuarentena por Covid-19. Es así como la terminal de ómnibus se encuentra prácticamente inactiva desde hace cuatro meses y los controles en los accesos hacen que no se pueda entrar a Junín sin un motivo que lo justifique.
Lo cierto es que esta circunstancia está teniendo un impacto directo en el comercio. A más de dos meses de la reapertura de los locales de casi todas las actividades, se siente la falta de circulación de gente de otras localidades lo que, en algunos rubros, y sobre todo en el centro comercial de la ciudad, conformaba alrededor de un 50 por ciento de la facturación.
Y aun cuando los comerciantes remarcan que el hecho de que Junín haya pasado a la Fase 5 de la cuarentena hizo que mejorara el ánimo general, eso todavía no se traduce en más ventas.
Es por ello que la Sociedad Comercio e Industria esta semana va a peticionar ante las autoridades la posibilidad de autorizar más ingresos provenientes de otras ciudades de la zona, siempre respetando las medidas de control sanitario correspondientes.

“Permitir más acceso”
El presidente de Comercio a Industria, Raúl Parejas, señala que la actividad comercial “está complicada” y confirma que uno de los factores que tiene un impacto importante en este escenario es la ausencia de personas de otras ciudades. “La gente de afuera no puede acceder a Junín, o no vienen porque tienen miedo por lo que está pasando o porque tienen temor de no poder entrar, y optan por quedarse en sus ciudades, entonces eso complica un poco más lo que estamos viviendo”, explica.
Según el análisis de Parejas, “son varios los rubros con problemas en los que se nota más esto”, siendo la gastronomía y la indumentaria y el calzado los más afectados. “Y como consecuencia de eso -agrega- indirectamente estamos todos involucrados porque el que viene buscando determinado producto termina comprando otras cosas en su paseo, y tal vez, ya que está, puede pasar por otros negocios”.
El hecho de que esté la terminal cerrada implica que ya no está esa gente como para que, aunque sea, mire las vidrieras de los comercios cercanos.
“Yo insisto en que estamos de acuerdo en que lo primero es lo sanitario, pero la economía para las pymes va a terminar provocando un problema de salud. Cuando a un comerciante de años de trabajo le cierran la cuenta corriente o no le puede pagar a sus empleados también trae sus consecuencias en la salud. Hasta acá, el desempleo a nivel pymes no ha sido muy fuerte, pero en otros lugares sí lo fue, y si esto no cambia, seguiremos los mismos pasos”, indica Parejas.
Es por todo esto que les plantean los comerciantes que harán un pedido a las autoridades: “Esta semana tenemos una reunión con la secretaria de Gobierno y otra con el jefe comunal por diferentes temas y ahí vamos a plantear esta problemática. Entendemos que quieren cuidarnos, pero habrá que buscar la formas, con todos los controles necesarios, para permitir más acceso a Junín”.

“Un ánimo diferente”
Verónica Mingorance, propietaria del comercio de venta de indumentaria que lleva su apellido, destaca que desde que Junín pasó a Fase 5 “hay un ánimo diferente en la gente”. Y profundiza: “Están saliendo más, hay más confianza y se ven más personas en el centro. Se está recuperando cierta normalidad, aunque sea algo. Antes no había nadie, el centro estaba vacío, ahora es otra cosa, y creo que fue muy importante que trabajen los gastronómicos, que reabran las confiterías porque, aunque sea limitado, eso también trajo más movimiento”.
No obstante, este cambio en el ánimo no se ve reflejado en un mayor nivel de consumo. Más allá de que junio estuvo apuntalado por el Día del Padre -al menos en este rubro- lo cierto es que se está vendiendo menos que años anteriores.
Mingorance coincide en que está afectando negativamente el hecho de que no lleguen clientes de otras localidades. “Eso se nota un montón, el comercio de Junín necesita muchísimo que pueda venir la gente de la zona, porque consumen acá”, asevera, y calcula que es probable que la mitad de sus ventas fueran por ese canal antes de la pandemia: “Hoy en día, si viene una persona por algún turno al médico o al banco, por ejemplo, pasan a comprar, aun en estas circunstancias. Sería muy importante que en algún momento se pueda ir manejando de determinada manera, siempre teniendo como prioridad la salud. Sería clave”.
En referencia a su actividad, comenta que está teniendo dificultades en la reposición de ciertos artículos. A esta altura del año ya debería tener comprada una parte importante de la ropa de verano y, sin embargo, los fabricantes ni siquiera los convocaron para mostrarles y ofrecerles las colecciones. Y concluye: “Hoy me estoy manejando con muchísima precaución, el AMBA tuvo cerrados sus establecimientos y la mayoría de nuestros proveedores son de allá, hay que ver qué pasa con la mercadería. Tenemos mucha incertidumbre. Uno siempre es optimista y yo pienso que esto va a pasar y, de alguna manera, las cosas se van a normalizar. Tengo esperanzas de que esto mejore en algún momento”.

“Acostumbrados a remar”
La gastronomía es uno de los rubros que está tratando de hacer pie. Daniel Rivolta, propietario de “El Boliche de los Pobres” y “VoVó”, comenta que la posibilidad de abrir en el Día del Amigo fue importante, pero luego se volvió a esta nueva normalidad, todavía con pocos clientes en esta actividad.
“Me parece que hasta la ciudad tiene otro ritmo, se nota una energía distinta, se ve otro clima, otro color, y más allá del frío, se ve más movimiento”, dice respecto de la Fase 5, aunque aclara que “la noche todavía está triste, no va a ser fácil que la gente vuelva a salir, los negocios cierran temprano así que se está haciendo difícil y va a costar mucho”.
A excepción de los que trabajan con un público más joven, como las cervecerías, los gastronómicos “van a ir de menor a mayor a medida que vaya mejorando el tiempo también”.
Aquí también es importante el impacto por la ausencia de gente que venga de la Región. “Salvo alguna persona que venga por un tema particular, todavía no hay un gran movimiento de afuera -cuenta Rivolta-, hasta la terminal sigue sin funcionar, entonces ese flujo de gente que había antes ya no está, así que estamos trabajando con la clientela local. Eso en la semana me impacta muchísimo, al menos un 50% yo lo trabajaba con gente de afuera, porque acá venían muchos viajantes. Sin eso, sin el flujo que da la Universidad, y con el sistema de salud y los organismos públicos con atención reducida, es mucha la gente que ya no viene”.
Lo cierto es que la reapertura de los tribunales es un aliciente para su confitería VoVó: “Ya la mañana empezó a tener otro ritmo y, además, con el cierre de dos confiterías de los alrededores, como Glamour y Copahue, el movimiento se siente un poco más, lamentablemente por la desgracia de otros colegas que tuvieron que cerrar. Eso tampoco es saludable. Pero los tribunales abiertos también mueven gente que viene de afuera. Para nosotros eso es fundamental, como también lo es que trabaje a pleno AFIP”.
Lo que se viene, de acuerdo a su análisis, es un proceso “lento y difícil”, porque “se va a empezar a sentir la falta de plata” en la gente: “Nosotros, en Argentina, estamos acostumbrados a remarla, por momentos te lleva el viento y hay que usar los dos remos y los brazos también, es así. Tal vez en Junín el impacto sea negativo, pero no tanto como en otros lugares, porque tenemos una ciudad con muchos empleados públicos. A lo mejor eso ayuda a que el golpe se sienta un poquito menos que en otros lugares”.

“Se fue acomodando”
Fueron 44 los días que Center Deportes estuvo cerrado. Luego trabajó de manera online, hasta que pudo reabrir el comercio, con todos los protocolos correspondientes. “Hoy no tenemos un presente brillante pero, más o menos, se fue acomodando”, afirma su propietario, Oscar Previte.
De acuerdo a lo que observa en su negocio, la afluencia es muy cambiante. “Tenemos días muy buenos y otros en los que no pasa nada”, ejemplifica. Y añade que el horario corrido es otro tema que influye: “Nunca trabajamos así, entre las 2 y las 4 de la tarde no viene nadie, y cuando estamos por cerrar empiezan a llegar otra vez”.
Con todo, insiste en que de a poco se va normalizando la situación. “No estoy desconforme -señala-, no tiramos manteca al techo pero estamos más o menos bien”.
Para Previte, irse “acomodando” significó, entre otras cosas, cubrir los cheques que había entregado para comprar la mercadería. “El banco nos acompañó, con un pequeño descubierto que lo saldamos rápido, nos acomodamos”, señala. Es que uno de los temas que deben sortear los comercios es el financiero, cuando cobran a sesenta días y deben pagar al contado a sus proveedores.
Por otra parte, al no tener un comercio en el centro, a Previte no le afecta tanto la falta de afluencia de la Región. “Eso uno lo ve en el comercio, en general. Yo tengo pocos clientes de afuera, más bien trabajo con la gente de acá, del barrio y de la ciudad”, afirma.
Su inquietud está más centrada en lo que pueda pasar en el futuro: “Es lo que más me preocupa. Nosotros tenemos los precios puestos de cuando el dólar estaba a $65, pero cuando se normalice, es probable que pegue un salto importante. Además, estamos reponiendo poco porque muchas fábricas están cerradas. Así que habrá que ponerle el pecho a las balas”.

“La caída en las ventas va a ser inexorable”
Oscar Bringeri cuenta que en su casa de venta de electrodomésticos esta semana bajaron las ventas. “No sabemos si es porque tenemos poca mercadería, porque los proveedores no están entregando, o porque la gente ha bajado un poco sus pretensiones, pero unas semanas atrás se estaba vendiendo bastante bien y ahora disminuyó un 20%”, explica.
Según dice, su negocio tiene menos mercadería porque los proveedores no le están entregando, ya que las fábricas están trabajando con mucho menos personal y no se consiguen algunos repuestos que son necesarios para armar las unidades en tiempo y forma, y por eso hay faltante. Entre los artículos que más escasean, se destacan cocinas, heladeras, lavarropas, entre otros productos de línea blanca, y también celulares.
En relación al nuevo status de la ciudad, considera que la Fase 5 no cambió demasiado el movimiento comercial, al menos en su rubro, ya que en la etapa anterior también estuvieron abiertos. Tampoco se ve muy afectado por la escasez de público de la Región, ya que Bringeri cuenta con sucursales en numerosas localidades de la zona.
Es por ello que su preocupación está centrada en provisión de productos y la situación económica en el futuro: “Por más que podamos reponer la mercadería, la caída en las ventas va a ser inexorable. Lo que la gente consumía mucho por estar encerrada y los chicos con clases virtuales ya lo adquirió”.

“Somos positivos”
Jaquelina Peovich, propietaria de la librería y juguetería Babilonia, evalúa como positivo el pase a Fase 5. “Siempre es bueno tener el negocio abierto, nosotros estuvimos cerrados por cincuenta días, lo que hicimos fue trabajar por delivery y eso nos permitió mantener los gastos. En ese caso nuestro público respondió y a nosotros nos hizo trabajar 24x7, porque la forma de vender era a través de las redes sociales y había que estar todo el tiempo”, relata.
No obstante, el hecho de usar tanto las redes tuvo un costado positivo porque hizo que más gente aún conociera el comercio, a partir de la amplia difusión que se hacía todo el día. “La gente estaba mucho en las redes por el encierro, y hoy los tenemos dentro del negocio”, sintetiza. Y advierte que esa etapa “fue angustiante”, y que “el impacto económico se siente, pero también se puede rescatar eso”.
Por ello, una vez reabierto el negocio, continuaron con un fuerte trabajo de comercialización y promoción online. Peovich comenta que “eso es más trabajo porque hay que estar ahí, pero tiene mucho de practicidad”. Aun con la necesidad de dedicarle más tiempo, la necesidad le generó un nuevo canal de ventas.
Sobre la afluencia de la Región a la ciudad, analiza: “Nosotros estamos a tres cuadras del centro y, aunque es muy poca distancia, es distinto el negocio. Trabajamos mucho con gente de los alrededores, pero lo hacemos a través de redes. Por eso no nos tocó tan de cerca”.
En referencia a las perspectivas hacia adelante, señala que “hay incertidumbre, pero está basada en lo que está sucediendo”. Y profundiza: “En la juguetería estamos ante un evento como el Día del Niño, para el que faltan días, y a esta altura otros años teníamos en nuestro negocio todo lo que queríamos o podíamos, y hoy esa mercadería está en tránsito, porque todos dependemos mucho de AMBA, ellos tuvieron que cerrar y recién ahora están retomando su actividad. Así que eso genera preocupación”.
Por lo demás, Peovich sabe que el futuro “va a ser difícil”, pero no se desanima: “Tenemos incorporado que se va a gastar menos, pero también se ve que nuestro público sigue viniendo, aunque se consume menos por la situación económica general. Somos positivos, estamos contentos de poder estar abiertos, y con optimismo porque estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance”.

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