Al cumplirse 45 años de la primera función de Papelito en la esquina de Aparicio y Vázquez Diez en nuestra ciudad, el largometraje que narra la vida del dueño del último circo criollo de la Argentina se proyectó online a través de una plataforma digital y tuvo 4900 reproducciones en apenas 24 horas.
El estreno en sala y con público se pospuso para el mes de noviembre de este año con motivo de la pandemia y, en esta ocasión, la transmisión se realizó por streaming en el marco del festival internacional Baja California International Film Festival, de México, donde el film participó en la selección oficial.
En diálogo con Democracia, el director del largometraje, Sebastián Giovenale, manifestó la satisfacción del equipo por la repercusión que tuvo el estreno y anticipó que, próximamente, publicarán nuevas fechas para quienes deseen mirar la película de manera online; por otro lado, Giovenale relató las mejores anécdotas que vivieron durante los dos años del rodaje, marcado por el sacrificio, el bajo presupuesto y las dificultades que presentan las producciones independientes.
Producción independiente
“Comenzamos a grabar la película en el mes de agosto de 2017 y terminamos en agosto de 2019, en total fueron 17 jornadas de rodaje, viajábamos los fines de semana porque teníamos que organizarnos con nuestros trabajos y teníamos poca disponibilidad”, contó Giovenale a este diario y agregó: “Teníamos un itinerario que respetábamos a rajatabla: nos juntábamos en mi casa a las seis de la mañana, salíamos en auto desde Capital Federal y teníamos unas tres horas de viaje, rodábamos todo el día y, alrededor de las 18, antes de emprender el regreso, parábamos en la YPF de Rojas, que está sobre la Ruta 188, y ahí descargábamos el material, lo visualizábamos y luego volvíamos”.
Giovenale apuntó que “el rodaje fue muy sacrificado, con bajo presupuesto, tuvimos inconvenientes técnicos, compramos una cámara, la mayoría de la película está grabada con una lente sola porque no teníamos plata para poder alquilar demasiado” y agregó: “Al momento de hacer la corrección de sonido, la etapa de posproducción de sonido, nos encontramos con que cada jornada en un estudio profesional nos costaba 800 dólares y nosotros necesitábamos tres o cuatro jornadas, realmente no teníamos esa plata, así que lo que hicimos fue bastante casero, son inconvenientes que se presentan por ser una película autofinanciada, todo lo pagamos con dinero de nuestro bolsillo, lo hicimos por amor al arte y por el interés de contar esta historia que nos pareció fascinante”.
Las mejores anécdotas
“El primer día que llegamos a Rafael Obligado, bajamos del auto a conocer a Papelito, sin las cámaras, para no resultar intrusivos, charlamos un rato con él, era casi la hora del almuerzo y nos dijo ‘comamos un asado’, así que nosotros fuimos a comprar la carne, él nos indicó el lugar, y cuando volvimos ya había prendido el fuego, estaba riquísimo”, contó Giovenale.
Entre otras de las anécdotas, relató la dificultad que se les presentó al enterarse de que el protagonista se mudaría de casa con media película ya grabada: “Me llamó Papelito y me dijo que se iba a mudar, ahí mismo en Rafael Obligado, se mudaba de casa, se llevaba la radio, así que tuvimos que acomodarnos en la edición con la nueva locación; eso fue muy complicado”. Por otro lado, recordó que “en varias ocasiones Papelito quiso vender el auto, le pedimos por favor que nos esperara, nos quedaban tres jornadas más de trabajo con el auto que, para nosotros, era un personaje más: son familias nómades, porque el circo los crió así, entonces tratamos de reflejar eso con los viajes de Papelito, ellos pasaron mucho tiempo en la ruta y queríamos contar eso, entonces si cambiaba el auto a mitad de rodaje era complicado para narrarlo y que se entienda bien”.
“Una noche íbamos a grabar su show en una peña de Pergamino y acordamos encontrarnos en una estación de servicio de la Ruta 188; nosotros viajábamos por un lado y con Papelito viajaban la esposa, la hija, el nieto y el camarógrafo; en ese trayecto de quince kilómetros –desde Rafael Obligado hasta la estación de servicio- se le rompieron las luces del auto cinco veces, tardaron muchísimo en llegar”, relató Sebastián.
Dos meses después del fin de las grabaciones el auto se terminó de romper del todo y Papelito lo vendió como chatarra.
El equipo
Dirección: Sebastián Giovenale; Dir. Fotografía: Lucas Bibel; Asist. dirección: Ariel Baigorri Theyler; Sonido: Pablo Sambataro; Edición: Javier Hornos; Cámara: Lucas Bibel; Asist. sonido: Javier Hornos; Foto fija: Ariel Baigorri Theyler; Producción: Sebastián Giovenale; Diseño Gráfico: Marina Sestelo; Música: Periplo. Protagonistas: Carlos Brighenti “Papelito” - Luis Brighenti “Tomatito” - Jesús Brighenti - Susana Gagliardi - Carla Gagliardi - Mario Holmer “Patagonia” - José Gómez “Josele” - Griselda Granda “Cacha” - Totito Ferrario.
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