DESDE EL SÁBADO PASADO SE PUEDEN HACER VISITAS

El Molino: La reapertura del cementerio restablece cierta normalidad

Esta decisión tomada el fin de semana último, sumada a la habilitación de los comercios que se dispuso antes, hizo que se incremente, de a poco, el movimiento en el sector. Desde la sociedad de fomento solicitan la recolección de ramas y montículos y el recambio de algunas luminarias.

Más allá de ser uno de los lugares emblemáticos del barrio El Molino, el Cementerio Central genera una parte importante de la circulación de este tradicional sector de la ciudad, movimiento que está vinculado a las visitas que se hacen a quienes ya no están.
El cierre del cementerio, producto de la cuarentena, sumado a la restricción de otras actividades, hizo que este sector viera disminuido notablemente el movimiento en esta zona. Y aun cuando este siempre fue un barrio “tranquilo” –como lo definen sus residentes–, el panorama había cambiado mucho.
Con todo, la habilitación de comercios primero y la reapertura del cementerio en el último fin de semana. hicieron que, de a poco, se fuera restableciendo cierta normalidad en El Molino.

Más movimiento
Mario Quintana, responsable de la florería Larghi, recuerda que los primeros quince días de cuarentena “fueron complicados”, porque no hubo movimiento comercial. Posteriormente, se empezó a cumplir con algunos pedidos que les hacían por teléfono, “cumpliendo con los protocolos respectivos” para el reparto.
“Finalmente –agrega– el sábado nos encontramos con que se abrió el cementerio y eso generó más movimiento. Obviamente que fue de a poco, en la medida en que la gente se fue enterando, y esperamos que siga creciendo progresivamente”.

Ahora el movimiento es casi normal, empezaron a abrir algunos comercios que antes no podían hacerlo, así que se ve más circulación. José Correa. Vecino. Fomentista.

Según su análisis, “el barrio había cambiado mucho, sobre todo porque estaban cerrados los pasos a nivel de Alberdi y de Almirante Brown”. Por eso casi que no había gente circulando. “En esta cuadra no tenemos vecinos, prácticamente, así que era una tristeza muy grande el poco movimiento. Pero hay que amoldarse a la situación, no queda otra”, comenta. Para luego agregar: “Ahora se ve gente, pero va de a poco. Supongo que algunos tendrán miedo de salir, y eso es lógico, y hay otros que pasan por acá, vienen y preguntan”.
Aunque aclara que todavía falta: “En el cementerio se ve poco movimiento todavía. Pero también hay que decir que es una costumbre que se está perdiendo, los jóvenes vienen muy poco, y los más grandes tienen temores o, directamente, no pueden salir”.

Pedidos
Un histórico vecino de El Molino, José Correa, coincide en que hay otro escenario. “Ahora el movimiento es casi normal, empezaron a abrir algunos comercios que antes no podían hacerlo, así que se ve más circulación”, señala.
Correa fue presidente de la sociedad de fomento y hoy sigue participando en la comisión directiva. En ese marco, sostiene que hay algunos temas sobre los que están solicitando respuestas.
El más importante tiene que ver con la limpieza y el mantenimiento del lugar: “Al tener un poco más de tiempo, la gente empezó a podar y se han juntado muchas ramas. Estuve hablando por ese tema con la gente de los talleres municipales, que me dijeron que es posible que esta semana vengan a levantar los montículos”.
El otro asunto sobre el que hace hincapié Correa es al alumbrado público. “También tenemos inconvenientes con algunas luminarias y por eso se hizo el reclamo pertinente”, asevera.

El comercio
En referencia al comercio, Viviana Genovessi, quien está a cargo de Zabeth, un tradicional negocio de ropa en el sector, observa que hace un tiempo “empezó a moverse bastante”. Y puntualiza: “Se trabajó mucho por redes, principalmente Facebook e Instagram, y con la entrega a través de delivery. Y a partir de que pudimos abrir, los jóvenes ya están empezando a venir, mientras que la gente grande nos pide que les llevemos la mercadería a sus casas”.
Según su experiencia, “no se vio tan afectada la actividad, por supuesto que no es como en épocas normales, pero la gente nos sigue eligiendo”.
Otro punto sobre el que enfatiza Genovessi es que se cumplen las medidas de prevención: “Pasa poca gente, todos con barbijo, si hay dos personas se espera afuera, no usamos el probador y todo lo que indica el protocolo. Y a partir de las cinco de la tarde no anda nadie”.
En el mismo sentido, Correa ratifica: “La gente respeta las normas. Desde que empezó la pandemia se están haciendo las cosas bien”.

COMENTARIOS