RECONOCIDA CANTANTE JUNINENSE

Mary “La Dulce”: “Nunca me sentí sola porque la gente es maravillosa”

Con más de cuarenta años de trayectoria, es una referente del género tropical. Grabó 33 discos y recorrió todo el país. Afirma que está en una etapa equilibrada, repartiéndose entre las presentaciones y el tiempo para ella y sus seres queridos.

Siendo una niña de doce años, Mary Cardoso se pasaba tardes enteras en el living de su casa cantando sobre pistas grabadas. Sus años en el coro del colegio en Huinca Renancó habían afinado su voz y tan bien lo hacía por entonces que, después de escucharla varias veces a través de la ventana, los integrantes del Grupo Rojo se animaron a tocar el timbre y hablar con su padre para sumarla a la banda.
Ese fue el inicio de una carrera que la llevó a convertirse, ya como Mary “La Dulce”, en una referente de la música tropical, salida de nuestra ciudad y proyectada a todo el país.
Fueron décadas de trabajo ininterrumpido y hoy, con el aprendizaje que dan los años y la experiencia de una innumerable cantidad de escenarios pisados, el presente la encuentra más aplomada y en otra etapa, en la que equilibra sus presentaciones con el tiempo para ella y sus seres queridos.

“Yo me dediqué a mi público por más de cuarenta años”.

Sus inicios
Mary nació en el pueblo cordobés de Hipólito Bouchard, a sus ocho años se mudó a Huinca Renancó y a sus once la familia se vino para Junín. Es que ella es hija de un empleado ferroviario y por aquel entonces eran comunes los traslados dentro del ferrocarril.
Pero su padre también era cantante de tangos. “Y muy bueno”, según lo califica Mary. De ahí que la música corra por sus venas.
Mary arrancó con el Grupo Rojo, algo que su padre primero rechazó, pero luego aceptó con la condición de que él pudiese acompañarla en las presentaciones. Con esa banda hacía canciones populares, las que sonaban en programas como Música en Libertad.
Después empezaron a interesarle otros estilos, principalmente la música tropical, guiada por los grandes de ese género, como Los Wawancó o el Cuarteto Imperial. Así surgió su carrera solista –luego de un paso por el Cuarteto de Plata– primero como Mary y su Cuarteto y luego con su nombre definitivo: Mary "La Dulce".

Referente
Primero fueron algunas presentaciones en Junín y la zona. Fue el recordado Eleuterio Pigliapoco el que le propuso grabar un disco, y pudo hacerlo nada menos que en Europhone, que por entonces era una de las más importantes.
Desde ahí, fue una carrera en permanente ascenso. Y uno de los lugares donde hizo pie fue en Rosario y sus alrededores. “Fue algo muy fuerte lo que pasó conmigo, porque no era común una mujer cantando cumbia”, recuerda.
Una vez afianzada, el paso siguiente fue Buenos Aires. En los 90 la cumbia fue un boom y Mary fue una de las pioneras en la gran ciudad.
“Buenos Aires fue una explosión –afirma–, aunque yo ya venía con mucha experiencia, tenía una trayectoria”, explica. Y su hit “Taqui-taqui” fue un exitazo y Mary tuvo grandes noches, en Monumental de Merlo, Tentación de San Martín, Tornado de José C. Paz, Elefante de Once, entre muchos otros.
“En esa época había una competencia por ver quién se vestía mejor, quién tenía el sonido más importante, o la banda más grande, había que hacer mucho para romperla”, explica. Por eso en su banda tenía cuatro vientos, teclados, percusión, locutor, y llegó a tener hasta doce músicos en escena.
Con ese espaldarazo, también recorrió todo el país. Y obtuvo un gran reconocimiento: tanto que estuvo ternada para los premios Ace, un lauro que todos daban por hecho que esa noche iba a ir a ella, pero “a último momento” terminó en manos de Gladys La Bomba Tucumana.
Y hay que decir, además, que Junín siempre siguió siendo un lugar especial para Mary: “Acá toqué en todos los clubes y todos los barrios. Una vez estuve dos años sin presentarme y, cuando volví, fue un furor: esa noche terminé llorando por la emoción. El público me quiere mucho. Por eso nunca me sentí sola. Porque la gente es maravillosa. No tengo más que palabras de agradecimiento”.

“No voy a dejar la música, que es lo que amo, pero sigo con otro ritmo”.

Actualidad
Con décadas sobre los escenarios, Mary afirma que está en un momento más calmo. “Equilibrado”, lo llama ella: “Cuando falleció mi esposo, ahí me di cuenta de que era una locura la vida que estaba haciendo. Cuando uno está trabajando a un nivel en el que nunca estás un fin de semana en tu casa, te perdés momentos familiares muy lindos, y supe que no podía seguir dejando de lado las cosas importantes y que tenía que disfrutar de otra manera. Yo me dediqué a mi público por más de cuarenta años, y estoy enormemente agradecida a la gente por eso, pero también tengo que mirar a mis seres queridos y darles tiempo a ellos, y también a mí misma”.
Por supuesto que no está retirada. “No voy a dejar la música, que es lo que amo, pero sigo con otro ritmo”, asevera.
Y al momento de hacer un balance, concluye: “Yo dediqué mi vida a la música. Confieso que por ella dejé muchas cosas, pero no estoy arrepentida porque mi familia siempre me apoyó. Ahora continúo trabajando, pero dedicándole más tiempo a mis seres queridos. Encontré el equilibrio y, con el paso de los años, pude tomarme la vida de otra manera: sigo cantando, pero más tranquila y dedicando tiempo para mí y los míos”.

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