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La docente Mariana Blanco, durante una de sus clases virtuales.
EN TIEMPOS DE PANDEMIA

La escuela “virtual” y el desafío de reinventar estrategias para continuar el aprendizaje

El impacto de la cuarentena en la enseñanza obligó a buscar formas de repensar las clases para que los chicos no pierdan contenidos ni el contacto con sus docentes. Aseguran que el rol docente no se puede reemplazar.

Sin dudas la escuela como institución atraviesa hoy un desafío impensado para el cual día a día trata de reinventarse, para sostener el aprendizaje de cada niño y adolescente durante el tiempo que dure el aislamiento al que obliga la pandemia por coronavirus.
Democracia dialogó con la docente de primaria Mariana Blando y la psicopedadoga Marisa Larroca, quienes destacaron la experiencia que se vive hoy en el plano educativo en el país.
Además, la psicóloga Raquel Petraglia reflexionó sobre la nueva rutina que plantea la situación en los niños y los padres.

“Nos reinventamos día a día”
Mariana Blando es profesora de Educación Primaria y da clases a niños de 5to y  4to año en la escuela N°24.
Como a todos los docentes, la declaración de aislamiento y suspensión de clases presenciales la obligó no solo a utilizar nuevos medios para enseñar, sino a repensar estrategias para que los chicos aprendan. 
Más allá de los pros y contras que plantea la enseñanza virtual, Blando considera: “En este momento los docentes estamos en una situación en la que, como siempre, porque es cotidiano, nos estamos reinventando día a día”.
La diferencia, según la docente, tiene que ver con que en otras circunstancias el tiempo juega más a favor que hoy: “Podemos planificar, con compañeros, podemos plantear cuestiones al equipo de orientación o el equipo directivo, podemos compartir estos objetivos, revisar, ir y volver. En esta situación en que las familias están en sus casas, nosotros los docentes también y en ese contexto es donde más tenemos que hacer hincapié, en cuáles son esas cuestiones básicas que necesitamos que los chicos revisen o aprendan de una manera, como para que cuando volvamos a encontrarnos de manera presencial podamos tomarlo como punto de partida”.


Por su parte, Marisa Larroca remarca que todo se da en el marco de “una situación compleja que ha movilizado todos los modos que teníamos previstos y proyectados para este ciclo lectivo. Ha puesto de relieve cómo llevar adelante un plan de estudio, la continuidad pedagógica en medio de la contingencia”.
Asimismo, destacó que “estudiar de forma virtual de ninguna manera reemplaza a lo que sería la presencial y la manera personalizada, la manera del encuentro que es la propuesta educativa, escolar. La virtualidad y la tecnología no reemplazan a la didáctica. No reemplazan la presencia del docente sino que más bien son en este momento una estrategia, una herramienta, que permite adecuar de algún modo las didácticas, los lazos, el vínculo del docente con los estudiantes”.
Blando destacó también que si bien los chicos “aprenden un montón”, al encontrarse con las nuevas tecnologías, “lo que sucede ahí es que se está perdiendo algo fundamental que es el rol del docente como parte del aprendizaje en un intercambio grupal. Eso es lo que a veces como docente me planteo y soy una convencida de que el rol docente es fundamental en este intercambio”.
Larroca destacó en ese sentido que “la tecnología no  reemplaza la función educativa integral, lo que significa ir a la escuela. Porque la escuela es el lugar de encuentro, del aprendizaje en grupo, colectivo. La diversidad se hace enriquecedora porque se comparte con otros, mediado por los docentes en el marco institucional”.
En una visión más amplia, no solo desde lo educativo, la psicóloga Raquel Petraglia indica: “La escuela, para los chicos, no es solo la transmisión de contenidos, es un lugar donde se establecen lazos sociales, es un lugar donde ellos se encuentran con sus pares, maestros, donde aprenden en esos intercambios. La situación  actual  los ha confinado en sus casas y se perdió  ese contacto. Esto se suma a que existe un afuera amenazante, y además temen por su salud, la de sus padres y abuelos”

Otra realidad, otras condiciones
Tanto Blando como Larroca hacen referencia a las diferencias que se visibilizaron claramente en esta etapa respecto de las condiciones de aprendizaje de los chicos.
“No son las mismas condiciones”, asegura Blando, “la realidad es que hay muchas escuelas en Junín que no cuentan con las herramientas tecnológicas necesarias como para implementar este tipo de enseñanza, entonces, en esos casos se hace aún más difícil la situación”.
Y la pregunta surge: “Qué pasa con el vínculo, con esos niños y niñas que no pueden acceder a un teléfono o a una computadora para poder encontrarse con sus compañeros y su seño. Más allá de que en todas las escuelas y, me consta, se busca que todos los niños tengan su material, no es lo mismo un cuadernillo preestablecido por el ministerio de Educación, estandarizado, para todos igual, que pensar en las condiciones que cada uno tenga. El trabajo de la diversidad llama a pensar estrategias, para cada niño y niña”, explica Blando.


No obstante las dificultades, destacan el acompañamiento de las familias, que en muchos casos está más que presente, algo que no resulta fácil, como describe la psicóloga Petraglia: “Los chicos han tenido que adaptarse a una nueva forma, a través  de las redes virtuales, se sienten exigidos ellos y sus padres, quienes no están  preparados para ese rol. Les cuesta concentrarse, armar rutinas, se sienten en algunos momentos irritables, angustiados, aburridos, cansados. Y también los padres están  preocupados, de mal humor, en algunos casos, sobrepasados por las tareas escolares y sus propios trabajos, a veces, teletrabajo”.

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