None
En las hectáreas de soja, el rinde viene promediando los 31,5 quintales.
EN JUNÍN Y LA ZONA

Con buenos rindes, el campo toma cautela ante la incertidumbre global

Con respecto al valor de las commodities agrícolas, y focalizando en los precios de las últimas semanas, se observa una tendencia negativa y preocupante en maíz, un recorrido ascendente en trigo y una situación relativamente más estable en soja.

La cosecha de los principales cultivos de verano del ciclo agrícola actual avanza a distintas velocidades según zonas y granos. En Junín y la zona la recolección de soja de primera ya finalizó, mientras que aún queda “algo” de maíz por levantar.
Con respecto al valor de las commodities agrícolas, y focalizando en los precios de las últimas semanas, se observa una tendencia negativa y preocupante en maíz, un recorrido ascendente en trigo y una situación relativamente más estable en soja.
Como puede deducirse, la continuidad o reversión de estas tendencias no está para nada asegurada en el contexto económico global actual, cargado de incertidumbres y de interrogantes respecto de los efectos finales que tendrá la pandemia sobre la economía de los distintos países y los flujos de comercio.
“En nuestra actividad se vende la producción al dólar oficial, menos las retenciones, por lo que queda en unos 40 pesos por dólar”, explicó a Democracia, el presidente de la Sociedad Rural de Junín, Gustavo Frederking.
“Los rindes de maíces estuvieron muy firmes y los de soja variables. En campos buenos hablamos de rendimiento de 4.100 kilos por hectárea. Por ejemplo en soja de segunda van de los 3 mil a los 1600 kilos”, afirmó. 
“Ante un panorama así, el productor tiene cautela y  va vendiendo para cubrir los costos de fertilizantes, o alquileres", sostuvo.
“Para la próxima campaña se está hablando de que va a haber un aumento en la superficie sembrada de trigo y soja porque es lo más rentable, junto al maíz", concluyó.  

“Hay que afrontar muchos gastos”
Por su parte, el productor Rodrigo Esponda indicó: “La comercialización de la soja viene normal, ya que la necesidad económica no permite la retención de ningún tipo de cultivo porque hay que afrontar muchos gastos (impuestos e insumos) y sobre todo en esta época”.
“Entiendo que hay una bajada de línea de industrias que quieren comprar más para asegurarse ellos el producto por si sube el dólar, cosa que el productor no está haciendo ya que tiene que afrontar gastos como los insumos para encarar la campaña del trigo”, apuntó.
“Me parece que no hay retención de cultivos. Más allá de eso, ante la falta de un plan económico, no me parece raro que la gente espere para vender si tiene la capacidad para poder esperar”, señaló. 
“No me parece un pecado que se espere para vender. Esto principalmente tiene que ver con la falta de un plan económico que permita que el peso se valore, porque el dólar no es que sube, sino que nuestra moneda cada vez vale menos”, cerró.
Por su parte, Rosana Franco, titular de la Federación Agraria local, afirmó: “El pequeño y mediano productor entrega al acopio para pagar deudas, impuestos provinciales y nacionales. Los que especulan son los cerealistas, grandes inversionistas agropecuarios”.

A nivel país 
De acuerdo con el relevamiento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se llevaba recolectada casi el 70% del área total implantada (y aprovechable) con soja hacia fines de abril. Respecto de los matices regionales, en la zona núcleo (sudeste de Córdoba, sur de Santa Fe, Norte de Buenos Aires) el avance superaba el 80%, mientras que en el NOA no llegaba al 40%.
Con respecto al maíz, la cosecha alcanzaba al 37% del área, con diferencias regionales incluso más marcadas, mientras que las labores estaban prácticamente terminadas en zona núcleo, éstas no habían arrancado aún ni en el NOA ni en el NEA.
En las hectáreas de soja ya cosechadas el rinde viene promediando los 31,5 quintales, mientras que en las de maíz los 92,2 quintales.
En soja las Bolsas de Cereales y el Ministerio de Agricultura de la Nación prevén una producción de entre 49,5 y 50,5 millones de toneladas, un ajuste de entre 5 y 6 millones de toneladas respecto del año previo.
En maíz se esperan también entre 50 y 51 millones de toneladas, una cifra que se acerca mucho a la del año pasado (51 – 52 millones).
Considerando todos los granos más relevantes y sus proyecciones de producción hasta la fecha, el ciclo 2019/2020 cerraría con 134 millones de toneladas, un 6% por debajo de la producción del ciclo previo (143 millones).
Se trata de un muy buen volumen, considerando que el ciclo previo fue excepcional en condiciones climáticas, permitiendo un récord de rindes en casi todas las zonas productivas del país.

COMENTARIOS