La Laguna de Gómez es el epicentro de un fenómeno natural. Por la falta de circulación de gente como consecuencia de la cuarentena que rige a nivel nacional por la pandemia de coronavirus, las aves y mamíferos que viven en el lugar se hacen más visibles.
Pero las postales también reflejan paradores, restaurantes, despensas y kioscos que sufren por el aislamiento obligatorio, por la ausencia de visitantes o turistas (principales consumidores), a diferencia del casco urbano, donde hay movimiento de habitantes.
Desde el parador La Loma, Mariano Sampaoli reconoció: “No queda otra, pero no me quejo. Trato de venir todo el tiempo porque este espacio es más de la naturaleza que mío, así que vengo a cortar el pasto, limpiar y poner un poco de presencia más que nada”.
“Estaremos presentando algún recurso para que nos tengan en cuenta ni bien se reactiven las oficinas comerciales municipales. Yo pago canon e impuestos por los 12 meses del año y por ahí para este 2020 trataremos de achicar un poco esa cuestión”, afirmó.
“La estamos llevando sin gastar ni ganar y ahí estamos. Para esta cuarentena había fechas de bandas ya pactadas que se tuvieron que suspender. Quedó mercadería que se vence, y tenemos que consumirla”, concluyó.
DESIERTA
La Laguna de Gómez respira en cuarentena
Además, por la ausencia de visitantes o turistas (principales consumidores) los locales gastronómicos sufren el aislamiento, a pesar de que se encuentran exceptuados en el DNU.
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