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Los testimonios indican que los bancos ponen algunas trabas para el acceso al crédito a pymes y comerciantes.
ECONOMÍA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Ya se está empezando a resentir la cadena de pagos por el aislamiento

En diferentes rubros se acumulan los cheques rechazados y en algunos casos alcanzan el 30% del total de los valores. Las pymes y los comercios encuentran dificultades para acceder a los créditos bancarios que les permitan mejorar sus finanzas. Además, hoy la prioridad es el pago de salarios y, atendiendo a eso, se advierte que hay casos de retrasos en el cumplimiento de los impuestos.

Los efectos económicos del aislamiento social obligatorio y las restricciones para industrias y comercios ya se están empezando a visualizar en la economía local. Y la principal consecuencia es que ya se está resintiendo la cadena de pagos. Dependiendo del rubro, hay quienes dicen que ya se cortó o, en el mejor de los casos, terminará pasando en los próximos días si no hay cambios.
Industrias, pymes y comercios empiezan a acumular cheques rechazados que, en algunos casos, superan al 30% del total de la cartera de valores que tienen a disposición.
Como si esto fuera poco, el acceso a los créditos bancarios tan promocionado por el Gobierno nacional no está exento de trabas, lo que hace más dificultoso un tránsito ya, de por sí, extremadamente delicado.
Hoy la prioridad es el pago de salarios y a proveedores, por lo que ya se advierte una mora en el pago de algunos tributos. Y respecto de los obreros, en algunos sectores en los que se está trabajando, se redujeron turnos o cantidad de horas, lo que redunda en una baja de sueldos.
Democracia consultó a referentes de diferentes rubros para entender el complejo panorama económico actual.

Sin crédito
Más allá de las restricciones por su edad, que no le permiten salir a la calle, Alfredo Martínez ve con preocupación lo que sucede en su fábrica y el futuro de sus 52 empleados.
“Nosotros estamos trabajando a menos del 50 por ciento”, cuenta el titular de Industrias Plásticas Martínez, y es que hay muchos negocios cerrados que ya no le compran bolsas.
Otro tema que inquieta a Martínez es la falta de créditos. “Los bancos me han dejado con la cara larga –grafica–, nos ofrecieron préstamos en los públicos y los privados con los que trabajamos, y en ninguno nos dieron ni cinco centavos, más allá de tener toda la documentación en orden, la carpeta al día y de que jamás tuvimos un cheque de vuelta”.
En un escenario en el que hay que pagar a proveedores y sueldos, que les exigió restringir horarios y turnos, también peligra la cadena de pagos: “Tengo cheques con los que me han pagado y el comerciante pide que no lo deposite, que lo aguante, que lo paga ni bien abra, y esa es plata que uno ya tenía contada”.
El otro tema, para Martínez, es el pago de impuestos: “Uno escucha que hay comercios y pymes que están pensando en ver si pueden pagar o no, la prioridad es cumplir con sus empleados y proveedores, y el resto se verá”.

Hubo que endeudarse
Oscar Bringeri, dueño de la cadena de venta de electrodomésticos que lleva su apellido, se sintió aliviado esta semana cuando le permitieron abrir de 10 a 16 para hacer cobranzas, “porque si no, la situación iba a ser muy complicada”.
Es que, en la actualidad, con la venta online, el comercio de sus productos bajó a un 30% de lo que vendían en tiempos anteriores a la pandemia.
“A pesar de que no pudimos cobrar durante un tiempo, tuvimos que hacer frente a los valores que se iban venciendo. Eso nos trajo un problema que nos obligó a endeudarnos en los bancos y pudimos cumplir con todos”, asevera.
Según dice, están pagando sueldos e impuestos al día. “Pero no sé qué va a pasar si esto se extiende en el tiempo, seguramente vamos a tener problemas porque es una empresa con 300 empleados”, agrega.
Para Bringeri también es un problema central el de la cadena de pagos: “Se va a resentir. Sé que hay muchas empresas que no han podido hacer frente a los cheques, ya nos informaron que varios de los valores que hemos depositado se han caído, eso es algo que nos va a traer consecuencias. Esperemos que sea un retraso nada más y que no sea una quiebra generalizada”.

Descapitalizados
El empresario Claudio Perkusic cuenta que está vendiendo un 50 por ciento en productos de ferretería, un 25% en materiales de corralón, y otro 50% en la metalúrgica (son los tres rubros que abarca la firma), en este último caso, gracias a la demanda del campo, ya que fabrican elementos agrícolas. “Sumando todas las actividades, estamos en un 30%”, resume.
Esto se traduce en “complicaciones diarias” para cumplir con los salarios. “Estamos pagando los sueldos en base a vender mercadería y no reponerla, entonces nos vamos descapitalizando”, afirma. Y al definir esta estrategia, no recurrieron a los bancos.
Perkusic también ve dificultades en la cadena de pagos: “Viene complicado el tema de los cheques, aproximadamente un 30% de los que recibimos terminan rechazados. Ese es un tema muy importante porque uno pierde más plata de la que perderías si no trabajaras, porque nosotros no le ganamos el 30% a la mercadería que vendemos. Hay que ver lo que va a tardar en recuperarse ese volumen de cheques, no es algo inmediato, porque no son de clientes nuestros, sino que vienen de otro anterior, y a lo mejor, cuando lo recuperaste, pasaron dos meses”.
Asimismo, advierte por un atrase de un 40% en las cuentas corrientes, cuando la mora regular no supera el 10%.
“La mayoría tiene paciencia y nosotros la tenemos porque es una situación atípica –afirma Perkusic– Habrá alguno que lo hace para aprovecharse de la situación, pero son pocos. Hay mucha gente que se le ha complicado y sabemos que, cuando esto se normalice, la mayoría va a pagar”.

“Privilegiados”
Rodrigo Esponda, productor agropecuario y ex presidente de la Sociedad Rural de Junín, enfatiza que “el sector agropecuario es beneficiario de poder seguir trabajando”. Es que, en plena campaña de cosecha gruesa, el decreto del Poder Ejecutivo Nacional dejó eximido de la cuarentena al sector. “Es una tranquilidad que las cosechas se puedan llevar adelante y que en el campo pueda seguir tanto la agricultura como la ganadería, la lechería, los cerdos y demás, por supuesto que con los recaudos que implican los protocolos”, agrega.
Esponda marca que los problemas para esta actividad tuvieron que ver “con el tema bancario, porque hubo una semana sin clearing, otros diez días con los bancos cerrados y eso generó dificultades porque la comercialización se hace por ese medio y la cadena de pagos está muy ligada al sistema bancario”.
No obstante, insiste en que son “privilegiados” en el campo: “Quiero dejar bien en claro que sabemos que hay otras actividades que están mucho más perjudicadas, poder seguir trabajando y produciendo fue un gran beneficio para nosotros, lo cual es mucho cuando uno ve cómo la están pasando los comercios o pymes que tuvieron que cerrar obligadamente”.
Aclarado el punto, observa que el financiamiento es una traba para la actividad. Y ejemplifica: “Había productores y proveedores de servicios que tenían sus cheques en cajas de seguridad y no podían acceder al banco y se les vencían. Muchas situaciones puntuales que se generaban con la cadena de pagos y con la financiación. Y eso no afecta solamente al campo, porque la cadena de pagos incluye los insumos, los servicios y demás. Creo que eso va a tender a normalizarse con la apertura de los bancos”.

Un año muy malo
Andrés Cogorno, gerente financiero del Grupo Opencars, concesionaria oficial de Chevrolet (Fortecar), Peugeot (Granville) y Volkswagen (Automotores Pampeanos), asevera que el sector automotriz ya acumulaba en el primer trimestre del año una caída interanual de más del 30% respecto del mismo periodo de 2019. Sumado a esto la crisis del coronavirus, “se puede hablar de un año muy malo para la industria”.
Respecto de la situación local, y más allá de cada firma, el Grupo Opencars se adaptó al contexto reforzando todos los canales de ventas alternativos, los que le permiten al cliente concretar una compra 100% online. “La demanda desde el inicio de la cuarentena se mantiene en niveles muy bajos, estimando cerrar el mes de abril con el cumplimiento del 30% de los objetivos de venta proyectados”, explica Cogorno.
Y más allá de haber pagado los sueldos en tiempo y forma, “el escenario puede complicarse, ya que no vender significa no generar caja para cumplir con los compromisos tomados y los costos asociados a la operación”.
Asimismo, Cogorno sostiene que, si bien las concesionarias oficiales recibieron “un apoyo importante por parte de las terminales automotrices en materia financiera, sumado a las medidas tomadas por el gobierno nacional y el Banco Central, la cadena de pagos está deteriorada y castigada, complicándose la situación día a día”.
A pesar de esto, remarca que hay conciencia de que “la cuarentena es la herramienta más eficaz contra la pandemia y es necesaria para cuidar la vida de todos”.

Momento muy difícil
El empresario Hugo Cieri, presidente de la Cámara de Corralones Unidos y Afines del Noroeste de Provincia de Buenos Aires (Cuanoba), analiza este momento como “muy difícil”, porque “los documentos y los cheques siguen entrando, uno tiene que responder, y se puso el viento muy en contra”.
Por el momento están pudiendo vender para arreglos pequeños y emergencia, no para obras grandes. “Entendimos el mensaje y eso estamos haciendo”, remarca Cieri.
Con todo, advierte que “van a haber dificultades” con la cadena de pagos: “Vamos a tener valores de terceros que van a venir de vuelta, se va a poner bastante complicado. Pero es lógico que eso suceda en una situación como esta, en la que hay negocios que llevan quince días parados y otros rubros más aún; esto muchas veces no es por mala fe de las personas, sino que se complica”.

Cadena cortada
El titular de la Cámara Pyme del Noroeste de Buenos Aires (Capynoba), Guillermo Vega, sostiene que “la situación más compleja es que, a nivel económico, ya se está empezando a cortar la cadena de pagos y están viniendo muchos cheques de vuelta, y eso va a empezar a sentirse con más fuerza en las próximas semanas, entonces se hace más difícil pagar los sueldos, los servicios y demás”.
En su análisis, Vega observa que “hay empresas que han suspendido gente o están pagando el sueldo en cuotas”, e inclusive, sabe de tres casos de comercios “que han decidido cerrar”.
No obstante, indica que hay tolerancia en distintos niveles económicos: “La gente entiende que es un caso de emergencia, que no queda otra que cumplir con las normas que se dispusieron, y yo veo que hay solidaridad y paciencia a nivel comercial. En otras crisis era distinto, hoy se ve que se entiende cuál es la situación y que es algo que nos excede a todos”.

Mora en alquileres
El presidente del Colegio de Martilleros de Junín, Daniel Di Palma, observa una gran dificultad para que el sector inmobiliario desarrolle su actividad. “Estamos haciendo los reclamos correspondientes y elevamos una serie de notas a la municipalidad para que, a su vez, solicite a las autoridades provinciales y nacionales la posibilidad de que seamos tenidos en cuenta ante una eventual ampliación de la cuarentena administrada”, comenta.
En lo referente a los alquileres, observa que no hay una gran mora en las viviendas particulares, aunque distinto es el caso del ámbito comercial: “Ahí se están viendo las dificultades. En galpones, depósitos, negocios, comercios de ropas, gimnasios, restaurantes, es otra cosa. Si no funciona el comercio, no se pueden pagar los alquileres, por eso a la fecha hay una alta incobrabilidad”.
En tal sentido, considera que, una vez que se normalice la situación, serán los martilleros los que deban “sentar a todas las partes para llegar a acuerdos, postergar pagos, hacer descuentos o lo que se pueda”.
En cuanto a las ventas, Di Palma sentencia que “el mercado inmobiliario viene de un año y medio muy duro y este fue el golpe final”. Y agrega: “No estamos ni pensando en la compra venta, con el correr de los meses eso se empezará a reactivar de una u otra forma, de menos a más, pero hoy nos ocupa lo que tiene que ver con la habitabilidad de las familias. Es complejo el panorama económico como también lo es el escenario sanitario. Los locadores están entendiendo cuál es la situación y hay un gran espíritu solidario y una alta conciencia de que prevalece la vida por sobre lo económico”.

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