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Francina Agosti, desde Canadá, dialogó con Democracia.
CORONAVIRUS

El relato de una juninense desde Canadá: “Acá las autoridades subestiman la situación”

Francina Agosti es científica, tiene 32 años y vive en Calgary, en la provincia de Alberta. Desde allí expresó su disconformidad ante las políticas implementadas por el gobierno canadiense y elogió el accionar del estado argentino. “La situación me asusta un poco", confesó.

Francina Agosti es de Junín, tiene 32 años y está radicada desde hace un año en la ciudad de Calgary, en la provincia de Alberta, Canadá. Es científica, egresada de la Universidad Nacional de La Plata y en la actualidad trabaja para un laboratorio de investigación.
Si bien reconoció que el tema del coronavirus no es su especialidad, en diálogo con Democracia la joven juninense expresó su disconformidad con las medidas implementadas por el gobierno canadiense y elogió las decisiones del estado argentino. 
“Acá las autoridades subestiman la situación”, destacó en una frase que sintetiza en gran parte su posición. Los cambios en sus hábitos de vida, la peligrosidad del virus, su estado de salud y el contacto permanente con sus familiares en Junín son los principales temas que integran la siguiente entrevista.

- ¿Cómo se produce tu llegada a Canadá?
- Anteriormente estaba trabajando en un laboratorio de Francia, se estaba terminando mi contrato y me contactó un investigador francés que tenía un laboratorio acá en Canadá y que tenía un posición disponible. Así que me vine y ya hace un año que estoy acá. 

- ¿Cómo estás viviendo el avance de la pandemia?
- Yo creo que acá se lo sigue subestimando. Acá en Canadá no se tomaron medidas tan estrictas como en Argentina. Cuando arrancó todo acá la universidad seguía abierta. Y en la universidad  recomendaban a los alumnos trabajar desde sus casas pero no había una orden. 

- ¿Cambió algo en tu trabajo?
- Sí, por ejemplo, ya no podemos hacer experimentos, hace tres semanas nos dijeron que necesitábamos una autorización especial, que teníamos que presentar una nota y que ese pedido tendría que ser evaluado, y si la investigación era considerada de importancia se aprobaba, si no no. Ya con esa restricción se nos complicó para trabajar, así que estamos haciendo tareas desde nuestras casas. 

- ¿Se respetan allí las recomendaciones sanitarias?
- No mucho. Acá hay muchos lugares que siguen abiertos, por ejemplo los restaurantes, hasta la semana pasada estaban abiertos. Limitaron la cantidad de gente y pusieron algunas condiciones, mesa de por medio no se podía sentar nadie, pero seguían abiertos.  Después, en los días lindos la gente sale a la calle y pasean por el río como si nada. Y recién esta semana pusieron restricciones en los supermercados, como líneas rojas para respetar las distancias, etc. Pero todo esto fue recién esta semana y acá ya tenemos más de mil casos en la ciudad. Por eso digo que las autoridades siguen subestimando la situación. 

- ¿Entonces se puede circular sin problemas?
- Acá las indicaciones no son muy claras. Todos los días, en cadena nacional, recomiendan que aquellos que pueden se quedan en sus casas. Aclaran siempre que se queden los que puedan pero no es obligatorio. Han aconsejado ir a caminar al parque, mantener la distancia, pero las autoridades lo recomiendan. Es increíble. Algunas medidas son confusas.  

- En Estados Unidos ya son casi 20 mil los muertos. 
- Sí, tengo tres científicos amigos que viven en Estados Unidos y ahí ahora las universidades están cerradas, cerraron mucho antes que acá. Pero la situación en las ciudades no está muy controlada. El transporte público sigue estando lleno y la gente sigue saliendo a la calle como si nada. Y estamos hablando de uno de los países más afectados y quizás eso sea porque no se tomaron las medidas correctas.

- ¿Cómo es un día tuyo hoy? ¿Qué cambios hubo?
- La verdad que mucho no cambió. Trabajo de 9 a 17, desde mi casa y además del trabajo siempre tengo cosas que hacer. Con mi jefe nos mantenemos en contacto a través de las redes, hacemos videollamadas, etc. Por lógica no estamos generando datos porque no podemos trabajar en la mesada, pero el resto sigue igual. Yo nunca había trabajado desde mi casa y la verdad es que hay que organizarse mucho mejor y principalmente no distraerse. Por suerte yo vivo en una casa grande, trabajo en la cocina y también tengo un patio pequeño donde aprovecho cuando hay sol para salir un poco.   

- ¿Qué opinás de lo que se vive en Argentina?
- Además de la información que uno lee, también estoy en contacto permanente con mi familia. Mis padres están en Junín (Mónica y Adrián) y la última vez que hablé se estaban poniendo barbijos para ir al supermercado, para poder salir. Mi papá también me contó que un par de veces lo frenaron en la calle para preguntarle dónde iba. Todo eso me parece muy bien. En el caso de mis padres ellos no salen si no es algo urgente. La verdad que me ponen contenta las decisiones que se tomaron en Argentina. Me parece muy bien la decisión de no salir de casa para poder controlar los casos.   

- ¿Hasta cuándo creés que se puede extender todo esto?
- Lamentablemente hasta que se encuentre una vacuna o un medicamento. Hay que tener en cuenta que el virus no se conoce. Hoy hay gente que se recupera, pero no se sabe si en esa gente quedan secuelas. Personalmente la situación me asusta un poco pero tenemos que seguir evitando el contagio. Tenemos que evitar que se propague y por eso nos tenemos que quedar en casa.

- ¿Qué podés contarnos sobre las características del virus?
- Me llama mucho la atención la capacidad que tiene el virus para contagiar. Es muchísimo más contagioso que otros virus y además me sorprendió el hecho de que pueda quedar vivo en superficies no vivas, por ejemplo, en metales o plásticos. En general eso no pasa con otros virus, porque una vez que el virus sale de su hábitat no puede seguir viviendo. Pero este virus sí y de hecho se comprobó que puede vivir durante días en superficies metálicas. Por eso es tan peligroso. 

- ¿Por qué creés que aún no se descubrió una vacuna?
- Porque cada virus actúa de manera diferente. Si bien el coronavirus pertenece a una familia de virus, donde hay algunos que ya se conocen, el problema es que el coronavirus tiene un comportamiento distinto y ataca el sistema inmunológico de una manera particular. Es ahí donde hay que mirar bien y fabricar una vacuna que desde el sistema inmunológico ataque al virus. Y estos son estudios que, lamentablemente, llevan su tiempo. De todas maneras, tengo entendido que se está avanzando con un montón de estudios en muchas partes del mundo. Inclusive algunos están avanzando de manera rápida y óptima.        

- ¿Qué creés que ocurrirá en lo inmediato?
- Yo creo que al virus no lo vamos a podes matar. Por eso es buena la idea de la cuarentena, del aislamiento, porque de esta manera no vamos a saturar los hospitales. Cuando se produzca el pico, los hospitales van a estar preparados y una vez que eso pase la cuarentena seguramente será un poco más flexible. En algunos lugares ya se están planificando distintos horarios para trabajar y para evitar que, por ejemplo, la gente no se acumule en los subtes. Creo que va a pasar eso, en algún momento vamos a tener que salir pero de a poco.

- ¿Sentís que todo esto nos puede dejar algún aprendizaje? 
- Espero que sí, el tema es que a los poderosos, a los que manejan el mundo quizás no les convenga que algunas cosas cambien. Pero me encantaría que aprendamos y que cambiemos. Por ejemplo, me encantaría que se hagan menos viajes en avión, para que se contamine menos; y que se reconsideren muchas cuestiones laborales también. Ojalá que eso pase. Esperemos que todo esto nos sirva para algo. 

- ¿Qué es lo que más extrañás de la vida habitual que llevabas?
- Ver a mis amigos, charlar con la gente. Me parece increíble estar viviendo esta situación. Estamos viviendo una película, a veces uno piensa que esto no puede estar pasando. Estamos encerrados en nuestras casas. Es extraño. 

- ¿Tuviste miedo?
- Sí, un poco, solamente la última semana que fui a trabajar. Como hacía mucho frío no pude usar la bicicleta y tuve que tomar un colectivo. En el lugar donde trabajo, cuando iba al baño no sabía cómo actuar, qué podía tocar y qué no, dudaba al momento para lavarme las manos,  todo. La verdad que en esas circunstancias sí estaba asustada, pero una vez que pude quedarme en mi casa fue distinto. Hoy me siento un poco más segura.

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