La terapia Intensiva es el área crítica en los centros de salud, y es el sector que alojará a los enfermos que necesiten asistencia respiratoria mecánica.
ANTE EL AVANCE DE LA PANDEMIA

Afirman que la respuesta al Covid 19 depende de que no haya un pico abrupto

Más allá del número de profesionales, el sistema de Salud podría colapsar si el volumen de infectados crece en forma abrupta. La cuarentena permitiría aplanar la curva de transmisión, para que los contagios sean paulatinos y evitar, así, la saturación. Hay 55 respiradores distribuidos en las cuatro clínicas y el hospital. La enfermería es un rubro en el que se debería reforzar el personal especializado.

Cinco centros sanitarios, 58 camas de terapia intensiva, 55 respiradores, 299 camas de internación general y otras 98 pediátricas es la infraestructura básica con la que la ciudad enfrenta la pandemia del Covid-19. A esto se podrán agregar otras 120 camas en la carpa de contingencia que se levantó en el Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Abraham Piñeyro” (HIGA), un centenar más a disponer entre el complejo Pioneer y en el Secundario de la Unnoba y, por supuesto, el trabajo en los Centros de Atención Primaria de la Salud.
Pero más allá de la infraestructura, la respuesta que se vaya a dar estará directamente relacionada con cómo se desarrolle la pandemia en nuestra ciudad y, sobre todo, de que no haya picos abruptos de contagios. “Todo dependerá de la cantidad de infectados que haya por día, el sistema se va a saturar si la cantidad de enfermos supera la cantidad de camas y médicos”, explica el doctor Gabriel Scatarello, presidente del Círculo Médico de Junín.
Es por eso que el profesional de nuestro medio considera central que se respete el aislamiento social obligatorio: “Si se aplana la famosa curva de contagio, la gente se va a ir enfermando paulatinamente y vamos a evitar la saturación, que es el verdadero problema. Porque ni si quiera la mortalidad del Covid-19 es alta, sí es muy contagioso porque no hay defensas, no hay vacunas y se transmite muy fácilmente, entonces, hay un porcentaje que va a requerir de asistencia respiratoria mecánica y ahí podríamos llegar a tener algún problema. Después, los enfermos leves o moderados se pueden ir manejando”.
A esto hay que sumarle el hecho de que, en nuestro país, a diferencia de otros, el ministerio de Salud obliga a internar a todos los casos sospechosos. “Y eso también satura”, insiste Scattarello: “Eso se hace porque hay lugares que, cuando se le dice a alguien infectado que tiene que quedarse aislado en su casa, no lo cumple o no puede. Es una cuestión más social que médica. Esto no es una crítica, todo tiene su porqué, pero es un tema a atender”.
Con todo, el titular del Círculo de Médicos opina que “se está trabajando bien” en Junín, y que “todos los centros están preparados”.

Recursos humanos
El de los recursos humanos y profesionales es otro tema central para la atención, si se diera un pico importante de infectados de coronavirus. Sobre todo, en Terapia Intensiva, que es el lugar en el que se requieren conocimientos específicos y donde hay un mayor déficit.
Los referentes sanitarios de Junín aseguran que el plantel de profesionales en las áreas críticas es aceptable para atender la demanda, siempre y cuando no se produzcan sobrecargas extremas en el sistema.
El HIGA podrá llegar a disponer de hasta 25 profesionales para sus quince respiradores (tal vez reciba alguno más), La Pequeña Familia cuenta con tres médicos terapistas y ocho residentes en la misma especialidad para sus diez respiradores de adultos y dos de Pediatría, el Sanatorio Junín podría aportar doce médicos para sus diez respiradores (aunque la Unidad Coronaria tiene otras cinco camas que podrían adaptarse), la Clínica Centro dispone de una decena de profesionales para sus doce camas con respiradores, e IMEC cuenta con siete terapistas para sus seis respiradores.
Como se ve, en todas las clínicas hay alrededor de un profesional por cama con respirador, y en el hospital esa relación es de 1,6. Teniendo en cuenta jornadas de trabajo de seis horas (sin franco), habrá un médico cada tres, cuatro o cinco respiradores en los centros privados, y uno cada dos camas críticas en el HIGA. Esto es bastante más que lo que recomienda la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva: un profesional cada siete pacientes.
Es cierto que varios de los médicos de nuestro medio trabajan en más de un centro sanitario. No obstante, los especialistas en la materia sostienen que, aun así, el número de profesionales está dentro de los estándares sugeridos por las autoridades sanitarias.

El HIGA
El director del hospital, Sebastián Meneses, también cree que “Junín cuenta con un amplio plantel de personal capacitado” para esta circunstancia, “pero hay que ver el volumen: si entran mil pacientes juntos, va a colapsar”.
En referencia a la institución que dirige, que recibió “un hospital diezmado por políticas sanitarias anteriores” que, de a poco, “va a contar con más recursos, no solamente para nombramientos, sino también para los insumos”.
Según dice, en su área crítica cuenta con siete médicos terapistas y otros cinco potenciales, que están en otro servicio, pero tienen una vasta experiencia en la Terapia Intensiva. También hay once anestesistas capacitados para tratar pacientes ventilados. “Es decir que, en el peor escenario posible, tenemos unos veinte profesionales disponibles solo para el área de adultos, porque además están los seis de la Terapia Pediátrica”, agrega.
Meneses comenta que, llegado el caso de que la situación sea crítica, “van a tener que estar todos abocados a la contingencia, motivo por el cual se están preparando y capacitando”.

La Pequeña Familia
El doctor Norberto Petraglia, presidente y director médico de la clínica La Pequeña Familia, explica que se está atravesando esta etapa “de una manera compleja y con interrogantes, porque uno ve lo que pasa en países del Primer Mundo y se pregunta por qué no nos va a pasar a nosotros”.
Por eso en La Pequeña Familia se fueron desactivando las cirugías programadas, capacitando al personal y acomodando los espacios.
“Tenemos una muy buena Terapia –afirma Petraglia– con un equipo que viene funcionando desde hace tiempo, con mucho profesionalismo. Es más, tenemos residencia en esa área así que, desde hace tiempo, se está formando gente en esa especialidad. No obstante, con esto no se sabe la magnitud de lo que vamos a enfrentar y esta incertidumbre hace que le tengamos mucho respeto”.
A los tres profesionales asignados a la Terapia, se le suman ocho residentes. Petraglia destaca que es un espacio que es auditado regularmente por el doctor Arnaldo Dubin, un terapista muy reconocido.
Y en relación a la preparación de la ciudad para la pandemia, puntualiza: “Hay reuniones, me parece que cada institución se está preparando de manera autónoma. En Lincoln, por ejemplo, acordaron que todos los pacientes con Covid-19 van a ir al hospital y las clínicas atenderán las otras patologías, pero acá es distinto, cada institución recibirá todas las patologías. Veo que se busca coordinación en cuanto a las políticas, pero cada entidad es autónoma”.

Sanatorio Junín
“El recurso humano va a ser un problema acá y en todos lados. Lo que estamos haciendo es capacitar a las distintas especialidades para el caso en que esto se sobrepase –esperemos que no suceda– para que todos puedan colaborar en distintos roles en la atención”, explica el presidente del Directorio del Sanatorio Junín, Marcelo Torres Luqui. Es por ello que la institución convocó a todos sus médicos menores de 50 años para que se capaciten en el manejo de esta patología, a partir de los distintos grados de atención que requiera.
“Tenemos terapistas, pediatras intensivos y anestesiólogos que están capacitados para manejar respiradores. En total son entre diez y doce profesionales”, detalla Torres Luqui.
Quien también advierte que no se trata de una cuestión solo de Junín: “La preocupación es un tema mundial, por eso, llegado el momento, la predisposición de la gente es tan buena que eso hace que uno se sienta un poco más protegido para estas cosas”.

Clínica Centro
La Clínica Centro dispuso que haya un equipo específico de diferentes especialidades para atender solamente a pacientes con Covid-19, con profesionales que no rotarán por otros sectores ni verán a quienes padezcan otras patologías. “Por eso es muy complejo manejar ese espacio y los recursos del área”, señala el doctor Normando Córdoba, director médico de la entidad.
Respecto de la zona crítica, en la Terapia de la Clínica Centro hay unos diez médicos, más los anestesistas. También están los cardiólogos y médicos clínicos, que están en una segunda línea para actuar en caso de que sea necesario.
“La estrategia diseñada por la clínica fue la de determinar un equipo compuesto por médicos, enfermeros, kinesiólogos, mucamas, que van a atender a los pacientes con Covid-19, mientras que el resto del personal no va a verlos. Es una forma de cuidar el recurso humano de la clínica”, afirma Córdoba, que también indica que cuando empiecen a llegar pacientes con coronavirus empezarán ocupando un sector de la clínica reservado para esto, “con enfermeras que no van a ir rotando, y el plan también contempla otra área ante la eventualidad de que ese sector se ocupe totalmente”.

IMEC
Con siete médicos terapistas y trece enfermeras especializadas, la clínica IMEC prepara su sala de Terapia Intensiva. Así lo confirma el supervisor general de la institución, Maximiliano Fabrizzi.
Se trata de un sector “que tiene distintos tipos de abordaje, desde neurológico o traumatológico, hasta cardiológico y respiratorio, por eso se necesita un entrenamiento específico”, según su definición.
Asimismo, Fabrizzi comenta que, frente a este caso de pandemia, se trabajó para reorganizar las funciones: “Al personal de mayor antigüedad, que tiene mejor adiestramiento para el paciente crítico y que domina todas las técnicas, le asignaremos el paciente que esté en aislamiento. Y dependiendo la demanda de la sala, hay uno o dos médicos por turno para atender a los pacientes aislados”.
Fabrizzi ve que, el panorama general ante la pandemia “es de incertidumbre en cuanto a cómo nos va a manejar la agenda el coronavirus y qué nivel de trabajo nos va a requerir, porque no hay antecedentes para esto”.
Ante eso, lo que se busca es capacitar a otros médicos y enfermeros, y acomodar las instalaciones: “Por ejemplo, en Imec, a todo el personal de Cuidados Generales les añadimos los cinco instrumentadores quirúrgicos –porque no tengo cirugías programadas– con los que hicimos un plan de adiestramiento para que aprendan a hacer electros y otras técnicas para que estén disponibles para colaborar en caso de ser necesario”.