La escritora juninense Sylvia Iparraguirre, autora de las novelas “La tierra del fuego” y “Munch”, entre otras, dio una charla el miércoles último, en el Museo Ángel María de Rosa (MUMA) de esta ciudad, sobre “Mujeres y escritura”, en el contexto de las actividades organizadas por la municipalidad de Junín en el contexto del Mes de la Mujer.
Declaraciones de Sylvia Iparraguirre
A sala llena, Sylvia Iparraguirre afirmó que “la escritura tiene poder y por ello fue para la mujer una conquista. La pregunta es cómo hizo la mujer para apoderarse de la escritura, por qué la escritura fue un bien masculino y qué usos le dio la mujer”.
Y agregó: “Se pueden mencionar tres saltos cualitativos que marcaron la historia y el acceso de la mujer a la escritura: la invención del lenguaje; la invención de la escritura; y la invención de la imprenta. Sin estos tres hechos estaríamos en la caverna, en la ciénaga”.
“Todos los seres vivos tienen sistemas de comunicación, pero su sistema se reproduce. Como, por ejemplo, la abeja que hace miles de años que se comunica para dar a conocer dónde se encuentra el alimento. El hombre puede hacer combinaciones con ese sistema y ampliarlo. Así, en el año 3000 AC aparecen las primeras escrituras y en el siglo IV comienzan a escribirse la Ilíada y la Odisea, después de muchos años de oralidad”, señaló.
“En 1440, con la invención de la imprenta comienza la democratización del saber. La imprenta no solo es escribir en serie, sino que aparece también la idea de autor, con quien se podía disentir. Anteriormente la iglesia producía los textos y tenían el valor de la palabra de Dios, por ello eran indiscutibles. Durante toda la Edad Media este bien les es negado a las mujeres. La iglesia se apodera de la escritura y solo se la enseña a los creyentes”, mencionó Sylvia Iparraguirre.
La historia de la mujer es la historia de la imposición - declara Sylvia Iparraguirre.
“Las mujeres que comienzan a tener acceso a la escritura eran de familias que estaban vinculadas al poder, por ejemplo, hijas de reyes. Va a tener que pasar mucho tiempo para que las campesinas tengan acceso. Uno de los registros más antiguos de escritura de una mujer es el libro ‘La ciudad de las damas’, de la poeta francesa Christine de Pizan, producido en 1405”, dijo.
“Las mujeres usaron la escritura en dos sentidos: para expresar el mundo femenino, su propia subjetividad; y para crear otros tipos de textos en los que se dan reivindicaciones. Además, el género al que accedieron primeramente las mujeres fue la poesía y los hombres continuaron por muchos años teniendo el predominio sobre el ensayo y la ciencia”, afirmó.
“En el siglo XX se destacaron dos mujeres escritoras que reivindicaron la lucha por la igualdad y por la reivindicación de la condición de las mujeres: Simone de Beauvoir y Virginia Woolf. Los textos que ellas escribieron cuestionan el rol de la mujer y la construcción de la mujer en condición de inferioridad al hombre. Las dos obras fundamentales de estas escritoras son ‘El segundo sexo’ (1949) y ‘Un cuarto propio’ (1929)”, señaló.
“La historia de la mujer es la historia de la imposición, incluso hasta la elección del casamiento. Por ello, es fundamental que todas las mujeres tengan un proyecto propio, para no quedar -como decía Beauvoir- en la inmanencia”, cerró.
Tres etapas del feminismo
Iparraguirre distinguió en la charla tres momentos bien diferenciados de las luchas feministas. “El feminismo sufragista, que surge para reclamar el derecho a votar de la mujer y la patria potestad de los hijos. En ese entonces se las juzgaba de ridículas, grotescas”, afirmó.
“En 1960, la biología se libera de lo sexual y da paso a que en 1970 comience la segunda ola del feminismo, de la que forman parte Virginia Woolf y Simone de Beauvoir. Simone lucha por la igualdad entre el hombre y la mujer y Woolf sostiene que la mujer es distinta al hombre y debe luchar por su condición, en solidaridad con las otras mujeres”, señaló.
La tercera ola es la actual. En esta línea, Iparraguirre sostuvo: "En los últimos 15 años, los alcances del feminismo y los derechos conquistados son irreversibles. Es imparable. Aunque todavía falta mucho por conquistar".
Y mencionó la frase que circula en esta última ola: "El miedo cambió de lado".
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