“LOCOS POR LA BIRRA”

En Junín ya hay más de 20 cervecerías artesanales: una tendencia que crece

La movida cervecera no pasa de moda y ya llegó a lugares impensados. En los últimos seis años se abrieron unos 21 locales gastronómicos y puestos de recarga. Por su parte, los productores locales son más de diez, ya sea para el consumo propio o la comercialización.

Una de las esquinas de Paso y Carlos Pellegrini fue durante años una casa más de un barrio tranquilo en el que conviven las familias juninenses rodeadas de pintorescas calles y veredas angostitas.
Tiempo atrás, nadie hubiera imaginado que ese lugar, alejado de cualquier circuito gastronómico y del centro de Junín, iba a cambiar su fisonomía con la llegada de la cervecería La Taberna, como también ocurre con Beer Land, ubicada en Avellaneda y Comandante Cuitiño. 
La apuesta de abrir un puesto de recarga en esa esquina es apenas un ejemplo del boom de las cervecerías artesanales en la Ciudad que prácticamente, casi todos los días, están atestadas de gente degustando de sabores que no se encuentran en la góndola de un supermercado.
Ya no se puede hablar de moda o fenómeno pasajero. El crecimiento en los últimos años no se detuvo y la expansión de los locales llegó a lugares impensados. En nuestra ciudad ya se abrieron más de 15, entre bares de marca (venden su propia cerveza), multimarca (expenden variedad de marcas) y puestos de recarga.
Entre ellos, se encuentran La Birrería, Malabar, Malabar Costero, Ghins Restó, Darwin, Berbek, Chic, Ronnie Wood, La Estación, Barrio, La Taberna, La Taberna Centro, Beer Land, La Logia, Feeling, Vinilo Bar, Tancredo Luna, La Esquina, Tercer Tiempo, El Gran Dauphine y Gluck, estación de recarga.
Hoy en día, Junín posee una amplia variedad de propuestas a la hora de querer disfrutar una rica cerveza acompañada por una gastronomía diferente a la que se acostumbra a pedir con un vino, entre sándwiches y papas rústicas con condimentos, una costumbre que llegó para quedarse desde Europa.

“El consumidor se va formando”
Desde Malabar, Federico Villafañe explicó a Democracia: “Creo que el mercado todavía no tiene un techo. Yo creo que hay muchas variantes por seguir incursionando por lo menos en nuestra Región, donde hoy por hoy se puede decir que se está empezando a consolidar la fidelidad de la gente con todas las cervecerías”.
“El fenómeno cervecero creo que pasa más que nada por la alquimia de lo que significa hacer cerveza artesanal y todo el proceso, que la gente quiere apreciar”, afirmó.
“Empezamos a salir del instintivo de la rubia, roja y negra, ya que ahora se habla por estilos como Ipa o Golden. El consumidor se va formando y eso es muy importante para nuestro sector. Creo que ese es el desafío de las cervecerías o bares cerveceros”, indicó.
“Hay que seguir haciendo huellas, probando con otras variedades y profesionalizar el sector para que la industria crezca y podamos sacar productos de calidad del noroeste de la provincia de Buenos Aires, para no perder el entusiasmo de seguir aprendiendo e investigando”, aseguró.
“El negocio de alguna manera se expande, pero aquellos que no hagan las cosas correctas como por ejemplo en cuanto a controles de calidad quedarán en el camino”, subrayó.

Productores
Además de la constante expansión de locales cerveceros, la elaboración de cerveza artesanal es una actividad productiva que en Junín crece y encuentra un mercado deseoso por descubrir nuevos sabores.
La fórmula “mágica” malta, agua, levadura y lúpulo está haciendo estragos en la Ciudad y se perfecciona día a día en gustos y aromas a pedido del público que cada vez se pone más exigente y conocedor del tema.
Entre los fabricantes con planta a gran escala se encuentran Lagoon, Subumbra (Malabar), Dinant (La Birrería), Quilantú, mientras que para consumo personal y alguna venta se encuentra Fausto, una cerveza elaborada en el garaje de una casa, Amelí y Stone Way.

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