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La avenida San Martín, teñida de amarillo.
LA EXPERIENCIA DE LOS AROMAS NATURALES

Como cada primavera, el perfume de los tilos ya invade las calles juninenses

Se podría definir como un aroma nostálgico que nos recuerda a la casa de los abuelos, infancia, el barrio, al club y además anuncia la llegada del calor y de fin de año. Se trata de un bello árbol de gran porte, de tronco oscuro, copa cónica y hoja caduca, que también aporta sombra.

La naturaleza también nos habla a través de sus aromas ¿quién no experimentó alguna vez un grato recuerdo del pasado, a través del perfume de una flor?
En esta época, la fragante floración de los tilos (Tilia) en Junín impulsó a mucha gente a cortar y cosechar sus flores con gran entusiasmo. 
Quizás se podría definir como un aroma nostálgico que nos recuerda a la casa de los abuelos, infancia, el barrio, al club y además anuncia la llegada de fin de año con las fiestas del 24 y 31 de diciembre.
En el barrio Belgrano, los vecinos no podrán dejar de recordar aquellos años de niñez en la heladería con la familia, al kiosco de Blanca, la pizzería, los juegos de la plaza y el final de clases en la Escuela 18.
Avenida San Martín es otra zona de la ciudad donde los juninenses sienten el olor de punta a punta, que recorre desde las escuelas Normal y Nacional hasta pasada la rotonda de avenida Primera Junta. 
En la Plaza 25 de Mayo, si bien hace varios años que las plantas de tilos fueron reemplazadas por otras de la misma especie, este año se pueden apreciar algunas flores que empezaron a brotar con timidez.  

Se trata de un bello árbol de gran porte, que puede llegar a los 20 metros, de tronco oscuro, copa cónica y hoja caduca, que además aporta la fresca sombra en verano. Las lluvias y la intensa luminosidad ambiental de esta temporada han estimulado la formación de un follaje denso y vigoroso.
Las flores, abundantes, muy perfumadas, son amarillentas y se agrupan en inflorescencias sobre largas brácteas membranosas.
La Tilia europaea o vulgaris, y la Tilia platyphyllos o tilo de Holanda, tienen flores medicinales, que figuran en la mayoría de las farmacopeas, es decir, que su eficacia está probada. Los compuestos de las inflorescencias han demostrado sus condiciones de ansiolítico, sedante y con acción levemente diurética y antifúngica.
Pero las investigaciones no se detienen en las flores. Según el Tratado de fitomedicina, del doctor Jorge Alonso, también incluyen la albura: la parte del leño que está debajo de la corteza está considerada como reductor de la viscosidad sanguínea y también calmante de espasmos intestinales y hepáticos.

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