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Los barrios Belgrano y El Picaflor con las luces led.
CONSECUENCIAS DE LA CONTAMINACIÓN LUMÍNICA

Por las luces Led, algunas aves en Junín "adelantan" su canto en la madrugada

Muchos ornitólogos y vecinos notan que el trinar de ciertos pájaros, como el zorzal, arranca mucho más temprano que lo habitual, algo que se estaría produciendo por la nueva iluminación creciente de las calles.

En su libro El capitalismo tardío y el fin del sueño, el prestigioso ensayista Jonathan Crary contaba que el Departamento de Defensa de Estados Unidos comenzó a analizar a principios de este siglo a una especie de pájaro puntual: el gorrión de corona blanca, un ave cuya principal característica era que podía soportar casi una semana sin dormir durante su migración. 
Entusiasmados con la idea de estudiar la actividad cerebral de este pájaro y su resistencia al sueño, descubrieron cómo los extensos trayectos migratorios que emprendía a lo largo de la costa oeste de América del Norte le generaron su llamativa capacidad de permanecer despierto por varios días. 
Lejos de aquellos vuelos insomnes, y aún más lejos de sus paisajes de cielo norteamericano, los pájaros de Junín hace tiempo que vienen siendo estudiados por un detalle al que muchos consideran también una rareza: su canto cada vez más temprano, algo que, al decir de los expertos, se estaría produciendo en nuestro cielo nocturno por la creciente presencia de luces en la calle.
Lo que notan los especialistas lo confirma cualquier vecino de la zona de la Plaza de Villa y el barrio El Picaflor al que el trino de zorzales y chingolos lo haya despertado poco después de la medianoche. 
“A la una arrancan y no paran. Hace años que vivo en el barrio y siempre se los escuchó a la mañana. En verano, por lo general, empiezan poco antes del amanecer, pero esto de escucharlos cantar a las doce y media de la noche nunca lo había sentido. Y no paran. Son las tres de la mañana y se escuchan los pájaros como si fuese de día”, contó una vecina.


Esto lo confirma Diego Montalti, jefe de la sección de ornitología del Museo de Ciencias Naturales de La Plata. “Es un evento que estaría ocurriendo también en otras ciudades importantes del mundo -asegura-. Históricamente, los zorzales colorados, que son los que escuchamos en nuestra región, empezaban con su trino en las primeras horas de la mañana o poco antes del amanecer. Nunca de noche. Pero este cambio se produce por el fenómeno de la contaminación lumínica. En La Plata, todo haría indicar que las luces Led del casco urbano motivaron a que el canto de esas aves arranquen mucho más temprano que de costumbre”.
Nada distinto es lo que apuntan desde el Club de Observadores de Aves de esa ciudad, donde algunos de sus integrantes también vienen notando que a las dos de la madrugada se oye en las calles del centro el trinar de zorzales, algo que, aseguran sus especialistas, no es para nada normal.
“Es un fenómeno exclusivo de las calles con luces Led -asegura Montalti-, porque en la periferia no se escuchan trinos en horarios tan tempranos”. 
De acuerdo a lo que apuntan quienes avistan pájaros en la Región, la contaminación lumínica impacta de manera directa en las aves migratorias, dado que son especies que se guían por las estrellas y, al recibir el impacto de la luz en horas de la noche, se desorientan con suma facilidad.
Como bien se sabe, inconvenientes para dormir y la dificultad de contemplar un cielo estrellado, forman parte del impacto principal que puede generar la contaminación lumínica, un problema global que “brilla” en las ciudades de todo el globo.
Más allá de eso, los especialistas suelen ser cautos y algunos prefieren no echarle toda la culpa a las luces nuevas. Julio Milat, por caso, director del Museo Ornitológico de Berisso, está al tanto de este canto prematuro de los zorzales, pero prefiere quitarle responsabilidad a las luminarias y sumar otro factor como posible causa del fenómeno: el de la contaminación sonora.
“En San Pablo notaron que los zorzales también cantaban más temprano y descubrieron que se debía al impacto del ruido”, detalla Milat, quien precisa que ese estudio realizado en la región paulista “determinó que estas aves iniciaban su trinar hasta cuatro horas antes que los pájaros que se encontraban en las afueras de la ciudad. Según quienes llevaron adelante este estudio, el aumento del parque automotor de las ciudades tuvo un impacto directo en el horario del canto de pájaros como el zorzal”.

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