En la ciudad hay cada vez más aves rapaces, que llegaron para quedarse. Si bien no existen censos que cuantifiquen las poblaciones con exactitud, los cambios son advertidos por registros de los observadores de pájaros.
No resulta extraño observar una gran ave de presa devorándose una paloma sobre un tanque de agua o en alguna plaza. Y los vecinos también notan, a simple vista, el frecuente paso de caranchos y gavilanes por los cielos juninenses.
O verlos sobrevolando con sus alas extendidas sobre grupos de palomas o entre edificios, y por supuesto en grandes espacios verdes de la ciudad, como las plazas, el predio de la Fiscalía o el Parque Borchex a orillas del Salado.
“Lo que se está viendo es el chimango, carancho, halcón colorado y plomizo; el gavilán taguató común y mixto que es muy nuevo en la Región que se utiliza para cazar desde la época del Medioevo”, explicó a Democracia Bernie Bojko, un experto del avistaje cuyas fotos publica en el Facebook “Aves de Junín y del Noroeste de la provincia de Buenos Aires”.
Y explicó que en la zona rural se pueden observar el gavilán caracolero, gavilán planeador, milano blanco y otros tipos de lechuzas como el lechuzón orejudo. “También, se ven las lechuzas de campanarios en la Ciudad”, confirmó.
La urbanización, la presencia de especies vegetales y animales de las que se alimentan, así como otros cambios en el hábitat, figuran entre las causas que promueven la declinación o el crecimiento de las especies.
La proliferación de palomas, también, trajo aparejada la abundancia de rapaces, que son sus "controladores biológicos". “Además son muy urbanas por el tema de la basura y desechos de los humanos. A su vez mantienen el equilibro de carroña, lauchas, ratones y otros animales”, expresó Bojko.
De todos modos, por causas naturales, más rapaces llegaron a Junín para instalarse, en la medida en que su hábitat y sus sitios de nidificación no son amenazados por la actividad del hombre.
En las redes sociales, los usurarios comparten, extrañados, fotos de ejemplares detenidos momentáneamente en antenas y árboles.
Otras especies
Variedades de loros, originarios del nordeste y noroeste del país, también aumentaron su presencia. Por ejemplo, el ñanday, la catita chirirí y el loro hablador. Cualquier vecino puede verlos convivir con las palomas en espacios verdes arbolados.
“Después hay especies nuevas en la Región, entre las que se encuentran cardenales, naranjeros, corta ramas, boyerito, chotoy, y el cedral, que avanzan desde la fauna rioplatense que migran”, explicó el guía de avistajes, consultado por este diario.
El estornino pinto -una especie exótica invasora, que compite por el alimento y los sitios de nidificación- también es más visible en la zona. En otros países, se convirtió en un flagelo, destructor de cultivos y expulsor de aves autóctonas.
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