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Dra. Vanesa Materazzo, oftalmóloga especializada en niños.
SALUD VISUAL

La importancia de los controles oftalmológicos en niños y la precaución en el uso de las pantallas

Democracia dialogó con la oftalmóloga infantil Vanesa Materazzo, quien brindó recomendaciones al respecto. Además destacó la importancia de los chequeos necesarios según las edades y que van desde su nacimiento hasta los cinco años.

Estamos acostumbrados a ver niños de todas las edades manipulando distintos artefactos tecnológicos y nos asombramos por la velocidad con la que aprenden, pero no parece preocuparnos demasiado cuán rápido esa exposición a la pantalla les afectará la vista. 
Democracia dialogó con la oftalmóloga infantil Vanesa Materazzo, especializada en oftalmología pediátrica, del Instituto de Ojos  quien se refirió a la precaución en el uso de las tecnologías en niños y destacó la importancia de los controles y exámenes de acuerdo a las edades y que van desde su nacimiento hasta los cinco años. 

Mayor incidencia de enfermedades oculares
El uso y abuso de la tecnología, primero el televisor y luego la computadora, ahora las tablets y celulares son clave en la preocupación de los profesionales, especialmente en el caso de los niños.
“Las razones para limitar el uso de pantallas es que debido al abuso de las mismas ha aumentado la incidencia de diferentes enfermedades oculares, entre las cuales las más frecuentes son miopía, ojo rojo, fatiga visual y sequedad ocular”, explicó la Dra. Vanesa Materazzo.
“La sequedad ocular se produce debido a que normalmente debemos parpadear en torno a 15 veces por minuto pero  delante de la pantalla este movimiento se reduce entre 7 y 10 veces”, advirtió.
La aparición de miopía, según la profesional “se produce debido al excesivo trabajo de cerca y se encuentra directamente relacionado al tiempo de exposición frente a las pantallas. Un informe elaborado por el Instituto Nacional de Salud y Seguridad laboral de los Estados Unidos alerta acerca de que las personas que usan dispositivos digitales más de tres horas por día desarrollarán fatiga visual y se estima que en el 2020 más del 30% de los niños y adolescentes presentarán miopía como consecuencia del uso excesivo de estas tecnologías”, explicó y agregó que “por este motivo, la Academia Americana de Pediatría recomienda que niños de entre 0 y 2 años no estén expuestos a las pantallas; los niños de entre 3 y 5 años, solo una hora al día y los niños de entre 6 y 12 años, hasta dos horas al día”.

Controles oftalmológicos
Desde la Sociedad Argentina de Oftalmología infantil recomiendan realizar controles oftalmológicos en el recién nacido, a los 12 meses, a los tres años y a los cinco años.
Según destacó Materazzo, “los primeros años de vida representan el periodo crítico de desarrollo visual, de tal forma que una imagen deficiente unilateral o bilateral durante este período, producirá una ambliopía (ojo vago) que será irreversible”.
En niños recién nacidos sin factores de riesgo se realiza el fondo de ojos entre el nacimiento y el tercer mes de vida. 
“El fondo de ojos es fundamental para descartar patología congénita que impida el desarrollo normal de la visión y permitir tratar a tiempo para un mejor pronóstico visual”, explica.
En recién nacidos prematuros con edad gestacional menor a 32 semanas y/o menos de 2500 kilogramos de peso al nacer, que hayan requerido oxígeno o presenten algún factor de riesgo el fondo de ojos se debe realizar entre el nacimiento y su egreso hospitalario. 
A los 12 meses, según la profesional, “es fundamental descartar patología prevalente como estrabismo y ambliopía entre otros”. 
La ambliopía u ojo perezoso es la mala visión de uno o ambos ojos, debido a una falla en el desarrollo visual en los primeros años de vida. 
“Ello amerita una terapia de estimulación y solo puede ser corregida antes de los siete años de edad. Si no se trata a tiempo suele ser irreversible y es la causa más común de discapacidad visual en la niñez: la padecen entre 2 y 3 de cada 100 niños”.
Las causas de ambliopía son los vicios de refracción (miopía, hipermetropía, astigmatismo), el estrabismo (ojos desviados), y la opacidad de los medios transparentes del ojo (catarata congénita, opacidades de la córnea).

A los tres y a los cinco
En el examen, los problemas oculares más frecuentes son: miopía, la dificultad para ver de lejos (en general  el niño tiende a acercar los objetos y arrugar los ojos para ver); hipermetropía, puede producir dolor de cabeza y agotamiento con las actividades escolares. También puede producir estrabismo y ambliopía; y astigmatismo, producido por una irregularidad en la forma de la córnea, que en grados altos produce disminución de la visión lejana y cercana.
Según indica Materazzo “a los cinco años, el examen ocular y la detección precoz de alteraciones visuales son cruciales para que los niños tengan un mejor desempeño escolar y puedan desenvolverse socialmente en forma adecuada”.
Un examen completo incluye la determinación de la agudeza visual cercana y lejana, tanto de cada ojo por separado como binocularmente, visión de colores, alineación ocular, movimientos oculares. 
En caso de detectarse alguna alteración en estas evaluaciones, podría ser necesaria la realización de estudios específicos de alta complejidad.

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