El bailarín juninense Juan Pablo Bulich se presentó varias veces en el Mundial de Tango y siempre llegó a la ronda final.
BAILARÍN DE RECONOCIDA TRAYECTORIA

Juan Pablo Bulich: “Bailo porque es lo que me moviliza a estar feliz”

A pesar de su juventud, se ganó un espacio dentro del circuito tanguero porteño. Fue bailarín del Café de los Angelitos, Complejo Tango y Tango Porteño. Estuvo en compañías importantes y hoy es miembro de Tango Lovers.

A Juan Pablo Bulich el tango le gusta desde muy chico. “Lo escuchaba y sentía que me corría la sangre por las venas, sentía una gran atracción y una pasión”, dice, recordando su niñez.
Entonces, a sus nueve años, fue a aprender tango. Ahí inició un camino que, aún csiendo muy joven, ya lo llevó a formar parte de importantes compañías, bailar en grandes escenarios del mundo y participar de varias ediciones del Mundial de Tango, llegando siempre a la ronda final.

“El mío es un estilo teatral, cuando bailamos contamos una historia”.

Primeros años
Bulich dio sus primeros pasos en el baile con la profesora Vilma Portela. Estuvo en su instituto varios años y con el grupo tuvo numerosas presentaciones en distintos eventos, muchos de ellos en los pueblos de la zona.
Cuando terminó el secundario se fue a Buenos Aires: “Estudié organización de eventos porque era muy difícil que alguien pensara que podía vivir del tango –recuerda– pero yo sabía que venía a bailar. Busqué un lugar donde formarme y terminé en la escuela de Carlos Copello”.
Allí también se incorporó al grupo que tenía el hijo de Copello y empezó a tener sus primeras presentaciones en lugares importantes. Fue en ese momento cuando conoció a Rocío García Liendo quien, desde entonces, es su compañera de baile.

“Si miro lo que hice debo decir que tengo una carrera muy hermosa”.

Su carrera
Después de ensayar, buscar lugares y presentarse a castings y audiciones, fueron contratados por el tradicional Café de los Angelitos. “Fue nuestro primer trabajo profesional”, comenta Juan Pablo.
Ahí estuvieron dos años, hasta que cerró. Luego bailaron durante dos meses en Complejo Tango hasta que ingresaron a Tango Porteño: “Estar ahí era nuestro sueño y después de lucharla mucho y audicionar, ingresamos”. Allí permanecieron ocho años.
Al mismo tiempo, pasaron por diferentes compañías. La primera fue Tango Desire, con la que viajaron a China en varias oportunidades. Luego ingresaron a Tango Legends, que los llevó a Turquía, Tailandia y otros países. Y en la actualidad están en Tango Lovers, con la que bailaron en Estados Unidos y antes de fin de año regresarán a Norteamérica, más Estambul y China.
También tuvo oportunidad de bailar en España, Alemania, Italia, Corea, México, Chile y Uruguay, entre otros países.

Mundiales
Más allá de los trabajos fijos que ya tenían, en el año 2009 la pareja decidió inscribirse en el Mundial de Tango. “Era nuestra primera presentación y nosotros éramos muy jóvenes –señala Bulich– así y todo, llegamos a la final, quedando en el séptimo lugar”.
Se volvieron a presentar en 2013, ya con una idea distinta, porque la anterior había sido una actuación típica de casa de tango tradicional: “Ese año armamos ‘La última curda’ con una propuesta más artística, con un baile que contaba una historia e incluía una suerte de striptease, algo que era jugado y, por suerte, a la gente le gustó mucho y llegamos otra vez a la final, donde terminamos en el tercer puesto”.
A partir de ahí decidieron seguir por ese camino en el que cuentan una historia a través del baile, “que tienen un fundamento, que son muy expresivas, que emocionan mucho y que llegan al público desde otro lugar”.
Volvieron en 2014 y salieron subcampeones: “Hicimos una coreografía que incluía una valija, para el tango ‘Gricel’, y eso también tuvo mucha repercución, tanto que después de eso nos reconocen en distintos lugares del mundo como ‘los chicos de la valija’”.
Finalmente, hace una semana participaron nuevamente del Mundial de Tango y obtuvieron el cuarto puesto. “Nos presentamos en la categoría escenario –explica Bulich–, en la que cada pareja baila sola y presenta una coreografía, después está el tango pista hay rondas de varias parejas bailando juntas, como una milonga, ahí se improvisa el jurado evalúa. Nosotros tenemos nuestra coreografía”.

“Estuvimos en los mejores lugares de Buenos Aires, viajamos por el mundo, integramos compañías muy importantes, aunque siempre queremos más”.

Actualidad
Juan Pablo tiene claro cuáles son sus características como bailarín: “El mío es un estilo teatral, cuando bailamos contamos una historia, incluye la expresión, tiene mucha conexión, llega mucho al público y siempre tratamos de incorporar algún elemento. Es como una pequeña obra de arte”.
En tanto, además de dar clases ocasionalmente, junto con su compañera de baile tienen un emprendimiento de ropa para baile y tango. Y en lo artístico, están preparando la gira de octubre, noviembre y diciembre con Tango Lovers.
Pero por sobre todo, Bulich es un enamorado de su trabajo: “Bailo porque es mi pasión, es lo que me moviliza a estar feliz, quiero seguir creciendo y superarme día a día. Somos agradecidos porque hemos cumplido muchas cosas, estuvimos en los mejores lugares de Buenos Aires, viajamos por el mundo, integramos compañías muy importantes, aunque siempre queremos más. No obstante, si miro lo que hice debo decir que tengo una carrera muy hermosa y ser reconocido por el público es muy importante. Bailo para seguir apostando que nuestro producto se conozca en todo el mundo y que se valore el hecho artístico, más allá del baile y la destreza”.