Los riesgos de los enganchados

Las conexiones clandestinas no solo constituyen un delito penado por la ley, sino que también representan un riesgo para la vida de los vecinos, ya que no se realizan con los materiales y las condiciones de seguridad que garanticen ausencia de fallas y accidentes. 
Riesgo en viviendas: una conexión irregular, al entrar en contacto con estructuras como rejas, portones, alambrados o protecciones puede hacer que estas queden energizadas, generando un riesgo para la seguridad de la familia y los vecinos.
Electrocución: un enlace irregular al servicio, sumado a instalaciones interiores deficientes, puede generar que los artefactos del hogar se dañen o queden electrificados y, al entrar en contacto con las personas, provoquen accidentes que podrían llegar a ser fatales.
Incendios: cuando el cableado que suministra la electricidad a las viviendas se encuentra fuera de norma, puede generar cortocircuitos o recalentamientos por sobrecargo de consumo, provocando incendios.
Sobrecarga de transformadores, que muchas veces originan que se quemen, e incendios en salidas de cables preensamblados; corte de línea convencional de baja tensión, originada por la misma gente que se engancha. Afectan además la calidad del servicio.
La baja tensión ocurre producto de que las instalaciones no están preparadas para sostener a usuarios que están en regla y clandestinos, dado que los registrados muchas veces corresponden al 30% del total que usan la red en la que el 70% tienen el medidor adulterado o una conexión directa.

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