Después de años de espera, el regreso del transporte público a nuestra ciudad tiene fecha confirmada. Será el 1° de abril el día en que, finalmente, los colectivos estén circulando por las calles de la ciudad, de acuerdo a lo que anunció el intendente, Pablo Petrecca, el martes pasado en la apertura del período de sesiones ordinarias del Concejo deliberante.
Serán tres líneas de colectivos que circularán por diferentes barrios de la ciudad, lo que dará una nueva fisonomía a la circulación vehicular. Los funcionarios no se cansan de repetir que habrá un “nuevo actor” en el tránsito –es decir, los micros– al que habrá que acostumbrarse.
Se sabe que la enorme densidad vehicular, principalmente en cuanto a la cantidad de motos (6 ciclomotores cada 10 habitantes, según el municipio) es el argumento más contundente a la hora de justificar la necesidad del regreso de los colectivos. De hecho, hace años que el municipio justifica cierta laxitud en los controles, por la ausencia de transporte público. Por eso no se infracciona a las llamadas moto-colectivo, es decir, cuando van tres o más personas circulando en una unidad.
Sin embargo, a partir del 1° de abril esto va a cambiar. Y la actitud de los inspectores de tránsito en nuestra ciudad será más activa.
Más controles
Desde el municipio confirmaron a Democracia que, a partir de la entrada en vigencia del transporte público en Junín, se va a poner el ojo en las moto-colectivo. “Ahora no habrá más excusas para llevar tres o cuatro chicos, como se hace, por ejemplo, cuando van a la escuela”, señala el subsecretario de Control Ciudadano comunal, Mario Olmedo.
Para ello, “se van a intensificar los controles, para que no vayan tres o cuatro personas en una moto”, al tiempo que se continuará con las inspecciones sobre el uso del casco y la portación de la documentación.
Otro aspecto que será eje de control es el de las paradas de los micros, según explica Olmedo: “También se van a tener que respetar las dársenas que están demarcadas para el estacionamiento de los colectivos. Antes vamos a hacer una campaña anoticiando a la gente para que sepan que no se van a poder ocupar las dársenas, y cuando el sistema entre en vigencia, en caso de que alguna esté ocupada, se hará la infracción correspondiente y, si no está el dueño, el vehículo será removido por la grúa”.
Finalmente, Olmedo confirma que la Agencia de Seguridad Vial también será la responsable de observar que los colectivos cumplan las leyes de tránsito. “El transporte de pasajeros también va a tener que cumplir con la normativa y si hay una falta, se le hará una infracción. Eso también lo vamos a controlar”, concluye.
Cómo será el transporte público
El municipio dio a conocer algunas particularidades del funcionamiento del transporte público en la ciudad. Serán tres líneas: la verde, la roja y la azul. Los colectivos están pintados igual, pero en el frente tendrán la demarcación que indique a qué línea pertenecen.
Se espera que esto genere alrededor de 35 puestos de trabajo en la empresa que estará a cargo del servicio.
Los doce colectivos que llegaron hace algunos días a la ciudad serán utilizados para las tres líneas. La directora de Movilidad, Natalia Troncoso, señala a Democracia que “en caso de que se rompa uno, la empresa tiene unidades de reemplazo”.
Cada unidad tiene capacidad para transportar entre 21 y 24 personas sentadas y todas tienen la rampa piso bajo para facilitar el acceso a las personas con discapacidad.
La línea verde recorre 10,8 kilómetros, entre ida y vuelta, con 29 paradas, más otras cuatro que se incorporarán más adelante. La línea roja cubre 20,8 kilómetros, entre ida y vuelta, con 51 paradas, más otras cuatro adicionales. Y la línea azul tiene 21 kilómetros, entre ida y vuelta, con 52 paradas, más otras dos que se sumarán en la etapa dos.
“Cubrimos el 70% de la ciudad, pero la idea es ir extendiendo estas líneas o incorporando otras para hacer una red más completa”, comenta Troncoso. Esto significa que, dentro de ese 70 por ciento, una persona no debe caminar más de cuatro cuadras hasta llegar a un lugar donde pase una línea de colectivos.
La distancia entre las paradas es de entre dos y tres cuadras, en promedio. “Obviamente, no son todas iguales –aclara Troncoso– porque dependíamos de los garajes y otras cuestiones que nos obligó a ir acomodándolo de la mejor manera”.
Los colectivos circularán por la ciudad todos los días, de 5:30 a 22:30. La frecuencia será de entre 15 y 20 minutos de lunes a viernes, y de 30 minutos los sábados, domingos y feriados.
La línea verde tarda entre 20 y 25 minutos en hacer su recorrido de ida y otro tanto de vuelta. La azul y la roja demoran unos 40 minutos de ida y algo similar en la vuelta. “En todas se nos da la situación del ferrocarril, entonces, dependiendo si pasa o no pasa el tren, es que pueden variar algunos tiempos”, advierte Troncoso.
Para verificar que la empresa cumpla con todos estos requisitos, dentro de la Dirección de Movilidad se va a abrir un área que será de Transporte, en la que habrá una persona encargada del control. Pero, adicionalmente, el SUBE (Sistema Único de Boleto Electrónico), además de facilitar la recaudación por el valor del boleto, permite tener en tiempo real las estadísticas necesarias para saber si está funcionando correctamente.
SUBE
La única forma para pagar el boleto, que costará 20 pesos, será a través de la tarjeta SUBE.
“Con SUBE estamos en la parte final, que implica que en la próxima semana vienen a instalar el sistema a los comercios adheridos”, asevera Troncoso quien sostiene que todavía no está confirmada la cantidad de locales que tendrán este servicio.
Además, la tarjeta va a costar $90. Si alguien la tiene porque viajó en transporte público de otra ciudad, ese plástico servirá para usarla en Junín. Del mismo modo, la que se adquiere aquí se puede utilizar en otras localidades del país.
La carga se podrá hacer en los comercios adheridos o con carga virtual con tarjeta, por la página o la app de SUBE. El municipio sumará cuatro puntos de compra y recarga de tarjetas: en Rivadavia 80, oficina de Licencia de Conducir, CITE y delegación de barrio Belgrano.
Más allá del valor del boleto, hay tres grupos de beneficiarios con descuentos o exenciones para el pago del mismo.
El primero de ellos corresponde a usuarios de Anses, que tendrán un 55 por ciento de descuento, con 200 viajes mensuales como máximo. Ellos son: jubilados y pensionados, beneficiarios de Asignación Universal por Hijo, de Asignación por Embarazo, de Jefes de Hogar, del plan Progresar, de Ingreso Social con Trabajo, de pensiones no contributivas, de Redles (Registro Nacional de Efectores de Desarrollo Local y Economía Social), trabajadores domésticos y veteranos de Malvinas.
Estas personas podrán hacer el trámite vía web y, finalmente, para terminar el proceso deben ir a uno de los TAS (Terminales Automáticas SUBE) que habrá en la ciudad, para convalidarlo. La otra forma es hacerlo en algunos de los tres lugares que va a tener el municipio para estos casos –uno en el palacio municipal, otro en el CITE y un tercero en el CIC– donde habrá personal capacitado para asistir al usuario que tenga que hacer el trámite.
Los otros grupos de beneficiarios, que tendrán viajes gratuitos, son las personas con discapacidad, y los estudiantes –desde nivel inicial hasta universitarios–, y estos tienen que ir sí o sí a los lugares asignados para hacer el trámite, ya que deben presentar los certificados que los acrediten como estudiantes o discapacitados.
Los alumnos podrán hacer un máximo de cuatro viajes por día, de lunes a viernes. Los universitarios también los tendrán habilitados los sábados hasta las 14.
En total, serán unas 40 mil personas las beneficiarias de estos descuentos o exenciones.
Expectativas
Nadie sabe, a ciencia cierta, cómo va a funcionar el transporte público y qué recepción va a tener.
“La gente tendrá que adaptarse –opina Olmedo–, es algo que estamos tratando en el Foro de Movilidad, y lo que buscamos es que se usen menos las motocicletas y más los colectivos, para poder evitar las consecuencias que tenemos hoy en día, que son los accidentes, algunos de ellos graves, por el mal uso de la moto”.
Por su parte, Troncoso enfatiza que “el fomento del uso del transporte público va directamente relacionado con desalentar el uso de vehículos, sobre todo motos y, principalmente, en relación a los nenes que van al colegio, por eso es que van a tener estos beneficios”.
Para la directora de Movilidad “al principio va a haber un período de acomodamiento, pero la idea es que haya un cambio en la forma de trasladarnos”.
Y sobre sus expectativas respecto de este nuevo servicio, afirma: “Queremos ser muy cautelosos. Sabemos que hay una demanda, los jubilados son los que más lo han pedido, porque por ahí no pueden pagar el remís o el taxi, no pueden manejar, y lo necesitan. Las expectativas son muy altas pero vamos paso a paso. Para eso nos van a servir las estadísticas, como también el trabajo que hagamos para estimular su uso, y el usuario, que pueda comparar el costo de pagar un estacionamiento con el de un boleto. Se trata de cambiar la forma de pensar y de moverse, y saber que hay una ciudad que no es el Junín de hace veinte años, tenemos casi seis motos cada diez personas, y 5,5 autos cada diez personas, lo que es muy difícil de manejar en las mismas calles y la misma infraestructura. Y esta es una ciudad que recibe mucha gente de otros lugares por cuestiones médicas, jurídicas, comerciales, y son más vehículos que se suman cada día a nuestras calles. La gente está acostumbrada a moverse por su cuenta, pero esperamos que se utilice el transporte público”.
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