None
Entre treinta y cuarenta chicos asisten cada día al comedor.
INSTITUCIÓN SOLIDARIA

Comedor Tía Marta: Ayudar a mejorar la realidad de los demás

En su casa, Marta García le da de comer a casi 40 chicos cada día en el barrio Los Almendros y busca donaciones por sus propios medios para cumplir su tarea día a día. “Ellos vienen siempre y compartimos lo que hay”, dice.

En 2017, pidiendo ollas prestadas a los vecinos y cubiertos y recolectando donaciones gracias al boca en boca Marta García abrió el comedor que lleva su nombre en su propia casa, en Avellaneda 1.888 del barrio Los Almendros.
Asegura que hoy continúan de la misma manera, aunque cuentan con una dirección de facebook, buscando dar a conocer lo que necesitan para poder preparar las comidas para los 34 chicos que asisten.

Brindo mi casa, sé que no es lo mejor pero es lo que tengo. Es mi lugar, donde yo vivo. Las cosas están muy difíciles y me pone mal que a veces no nos den una mano. Marta García. Comedor Tía Marta

A pesar de un impedimento físico, ya que a causa de un accidente lleva una prótesis, trabaja sin descanso para atender a los chicos.
“Mi esposo trabaja cuidando autos y también me ayuda a cocinar y darles de comer a los nenes. Les damos el desayuno, el almuerzo. Ellos vienen siempre y compartimos lo que hay”

Ayuda
“Hoy todo está muy difícil y nos gustaría recibir más ayuda. Nos gustaría poder funcionar como corresponde, con papeles, porque mucha gente no nos puede ayudar por esa razón. Eso a veces me enoja hasta las lágrimas, que se necesite un papel para darme leche”, cuenta Marta.
El gas para poder cocinar a diario, el menú para los chicos, lo pagan de su bolsillo.
“Nosotros tenemos dos cocinas. A veces, cuando no hay donaciones, los gastos corren por nuestra cuenta exclusivamente. Las cosas están muy difíciles y me pone mal que a veces no nos den una mano. Yo no pido nada para mí”, cuenta y asegura “y teniendo mi hombro y mi clavícula 100% perdidos no cobro pensión ni subsidio”.

Hoy todo está muy difícil y nos gustaría recibir más ayuda. Nos gustaría poder funcionar como corresponde, con papeles, porque mucha gente no nos puede ayudar por esa razón. Eso a veces me enoja hasta las lágrimas.

Solidaridad
Cada día, a las 8 de la mañana,  Marta arranca su día, pensando en los chicos y en lo que necesita para preparar la comida
“Estoy muy agradecida con la gente que colabora con el comedor. A veces se hace difícil esto, pero hay que ponerle ganas y salir adelante”.
Marta asegura que brinda su casa, más allá de todo, para poder darles una comida a los chicos, tal vez la única del día para muchos de ellos.
“Brindo mi casa, sé que no es lo mejor pero es lo que tengo. Es mi lugar, donde yo vivo”, cuenta Marta con humildad, como si eso fuera poco. Como si su tarea no fuera ya inmensa. 

Colecta solidaria
Más allá de las necesidades de alimentos cotidianas, el Comedor Tía Marta se encuentra realizando una campaña para recolectar útiles escolares y guardapolvos para que los chicos puedan contar con todos los elementos para el comienzo de las clases.
Los interesados se pueden  contactar a través de facebook, al perfil de Comedor Tía Marta.

COMENTARIOS