RECONOCIDO MÚSICO DE NUESTRO MEDIO

Fernando Piedrabuena: “Con Los Chicos Piratas nos debemos a la gente”

Hace más de dos décadas que armó la banda cuartetera que, más allá de los cambios que atravesó, supo ganarse un lugar en la escena tropical. Afirma que en estos años el grupo se ganó “un lugar de respeto muy grande”.

Los Chicos Piratas es una banda que nació cuando un grupo de jóvenes decidieron tocar cuarteto. Y su nombre surgió porque hicieron su primera presentación con apenas un par de horas de ensayo. “Somos los piratas porque vamos a robar”, decían entonces risueños. Hoy ya no son más ni chicos ni piratas, porque forjaron una carrera que, a base de trabajo y profesionalismo, los colocó en un lugar destacado en la escena de la música tropical.
Fernando Piedrabuena es el fundador y alma máter de este proyecto que lleva más de dos décadas haciendo bailar y divertir a públicos y generaciones de los más diversos.

“Nosotros nos ganamos un lugar de respeto muy grande”.

Primeros años
Piedrabuena se crió en Agustina. Hizo la primaria en la Escuela N°15 del pueblo y enseguida empezó a trabajar: se desempeñó en la apicultura, juntó leña para un aserradero, pasó por el campo, y siempre la música estuvo allí.
Había empezado a estudiar guitarra a sus seis años y a los trece se recibió de profesor. Para ese entonces ya componía, hacía música y le interesaban los instrumentos, como la batería y los teclados. “En ese momento estaba a full con la música”, recuerda. Y todo era posible, desde tocar en la iglesia o en un conjunto folclórico, hasta escuchar bandas como Creedence Clearwater Revival o AC/DC.
Tocó con algunas bandas y cuando cumplió quince ingresó al grupo de Mary “La Dulce”, con quien estuvo nueve años como bajista. “Así fue como me arriesgué a salir del pueblo –cuenta–; Mary me apoyó bastante, porque no tenía mucha experiencia y era chico. Ella es una de las mejores voces, me atrevo a decir, del país, que excede a la música tropical”.

“Busco trabajar y reinventar, hacia adelante viene lo nuevo”.

Pirata
Después de varios años decidió seguir su propio camino, y lo hizo con algunos compañeros de la banda de entonces: “Fuimos a tocar con Mary a Lincoln y les falló la banda que venía de Buenos Aires, entonces con el Loco Grillo y otros músicos aceptamos presentarnos para reemplazarla, y decidimos hacer cuarteto. Y como decíamos que íbamos ‘a robar’, nos pusimos Los Piratas. Nos fue muy bien, la gente nos pedía otra y otra, y así arrancamos”.
Tocaron durante un año, hasta que los llamaron de la compañía EMI de Buenos Aires y en quince días pasaron a presentarse en los mejores lugares de la música tropical de Capital. “Al poco tiempo ya estábamos con toda la difusión, tocando para cinco o seis mil personas por presentación”, comenta Piedrabuena.
El ascenso fue muy rápido, bastante vertiginoso. “Nos sacaba la policía de los lugares”, evoca el bajista. Fueron cuatro o cinco años de un éxito rotundo, en los que tocaron con continuidad en todo el circuito tropical de Capital y Gran Buenos Aires.
En ese entonces Fernando dejó su trabajo de albañil y se dedicó de lleno a la música: “Te empieza a llevar mucho tiempo, teníamos un micro, equipamiento, utileros. Grabábamos un disco por año”.

Cambios
En el año 2000 Fernando decidió dar un golpe de timón a la banda: varios miembros se fueron, firmaron contrato con otra compañía, Procom, y estableció un nuevo rumbo: “Nos plantamos en el noroeste de la provincia de Buenos Aires y puse en mi casa la única oficina de venta de Los Chicos Piratas”.
A partir de ahí no fueron más a Buenos Aires. Como dejaron de llamarlos en la gran ciudad, resolvieron apostar a la amplia zona de influencia de nuestra ciudad. “Empezamos a manejar nuestra propia carrera, nos reinventamos”, resume.
Visto a la distancia, el cambio para la banda fue muy bueno: “Es mucho lo que se gasta en difusión y logística, porque no es lo mismo cuando uno está en Buenos Aires, por eso es difícil cuando uno no está en Capital. Pero, al mismo tiempo, hicimos las cosas bien y no le fallamos a nadie, por eso los proveedores de insumos y servicios nos tienen confianza. Y sigue así hasta hoy”.
En esta etapa de reinvención, también hay que repensar en nuevas formas de difusión: el disco compacto es un elemento en extinción, entonces, el trabajo se hace a través de las plataformas virtuales y las redes sociales. Y así lo entienden Los Chicos Piratas.
“Ahora le dedico menos tiempo a Los Chicos Piratas –admite Piedrabuena– pero eso también es bueno, está bien perderse, como hacía Sandro, que ‘se guardaba’ y al tiempo volvía. Ahora en Junín hacemos casi todos eventos solidarios y a beneficio, preferimos hacerlo así”.

“No estamos de moda, pero la nuestra es una banda de éxitos, que es mucho más importante, porque la moda se pasa, pero los éxitos permanecen”.

Balance
Al momento de hacer un repaso de estos más de veinte años con su banda, Piedrabuena se muestra muy conforme. “Nosotros nos ganamos un lugar de respeto muy grande –asegura–, y nos lo ganamos por la idea: hoy con Los Chicos Piratas tenemos una causa y nos debemos a la gente, es algo que lo tenemos claro. Por otro lado, no estamos de moda, pero la nuestra es una banda de éxitos, que es mucho más importante, porque la moda se pasa, pero los éxitos permanecen”.
Y pensando en lo que viene, la apuesta sigue siendo por hacer cosas distintas: “Para mí el futuro está claro. Siempre busco trabajar y reinventar, así que hacia adelante viene lo nuevo. Hay que renovarse todas las veces que sea necesario”.

COMENTARIOS