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Personal del CIBA de Unnoba.
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NOROESTE DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Desde el CIBA, confían en el avance de la investigación científica sobre el cáncer

Han conformado una red con investigadores propios, del país y del exterior. También estudian la enfermedad junto con médicos oncólogos, cirujanos, bioquímicos y patólogos locales.

El Centro de Investigaciones Básicas y Aplicadas (CIBA) es la base de operaciones de la investigación científica en Biomedicina que lleva adelante la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires (Unnoba).
La doctora Carolina Cristina, consultada por Democracia, es la investigadora a cargo del centro. Ella es bioquímica, doctora en neuroendocrinología, investigadora adjunta del Conicet y profesora adjunta de la Unnoba (en la materia Química Biológica), en las carreras de Alimentos, Agronomía y Licenciatura en Genética.
En diálogo con este medio, explicó la actividad que se realiza en este centro dedicado a la investigación científica en ciencias biomédicas, siempre con el apoyo de la Unnoba bajo la premisa que “sin investigación no hay desarrollo en la universidad ni en el país”.

Qué se investiga
Desde uno de los laboratorios del CIBA explica que se trabaja básicamente en patologías humanas, no solo con muestras de pacientes sino también con modelos experimentales: los ratones y las líneas celulares. “Con ellos modelizamos la patología para probar tratamientos y ver cómo reacciona la célula tumoral o el ratón frente a la droga que estamos estudiando”, explicó.
El CIBA está formado por cuatro laboratorios, cada uno a cargo de una investigadora: tres juninenses y una chivilcoyana. “Todas fuimos formadas e hicimos nuestros doctorados en otras universidades. Trajimos líneas de trabajo y metodología de investigación. Seguimos en contacto con quienes fueron nuestras guías y a su vez con referentes de los temas que investigamos”, afirmó. 

“Estamos al tanto de cómo se hace y qué hay de nuevo en la investigación, cómo viene nuestro trabajo y cómo orientarlo (todo esto se adquiere en los cursos, los congresos y las publicaciones científicas). Colaboramos con investigadores de Argentina y del exterior. Y, esto último, es muy importante –destacó la profesional- porque de esas colaboraciones surgen proyectos más grandes y uno puede hacer intercambio de becarios y avanzar con nuevas tecnologías. Nuestros becarios viajan al exterior a realizar pasantías y otros vienen del extranjero a entrenarse en el CIBA. Esta es una forma de crecer en la ciencia, porque vas intercambiando conocimiento”.
Señaló también la importancia de las colaboraciones internas, es decir, dentro de la misma Universidad, y la asistencia que puede lograrse para hacer mediciones, para aplicar técnicas, entre otras cuestiones. “Todo esto fortalece las publicaciones posteriores: el producto final”, afirmó.

La pregunta
Ante la investigación sobre cáncer, cabe la pregunta de por qué aún no se ha logrado la cura o la vacuna contra tremenda enfermedad que sigue afectando a millones de personas en el mundo
A esta incógnita, Cristina explicó: “se ha avanzado muchísimo, pero es cierto que hay muchísimos mecanismos de escape en las células tumorales y en el microambiente del tumor que hacen que pueda resistir a las terapias. O incluso, primero responder y luego hacerse resistente, y es porque la misma célula tumoral y su entorno van cambiando, se van adaptando a las nuevas condiciones”.

“En nuestro laboratorio probamos tratamientos dirigidos contra los vasos sanguíneos que genera el tumor para crecer, se intenta bloquear el crecimiento para que no le llegue sangre ni nutrientes al tumor”

“Hay tratamientos dirigidos para el cáncer de mama, que tomado a tiempo es posible controlarlo. Lo mismo en tratamientos de cáncer de próstata. En nuestro laboratorio, por ejemplo, probamos tratamientos dirigidos contra los vasos sanguíneos que genera el tumor para crecer, se intenta bloquear el crecimiento de esos vasos para que no le llegue sangre ni nutrientes al tumor. Hay muchos tratamientos asociados al sistema inmune referente al tumor”, agregó. 
“Se puede atacar a las células tumorales, a su entorno o a ambos. Y esto muchas veces depende del caso particular (medicina personalizada)”, apuntó.
La doctora afirmó que si bien hay avances es cierto que es una patología muy compleja y que, son muchos los mecanismos que se activan dentro del tumor. “Uno va atacando de manera dirigida y/o más generalizada algo pero se disparan otras señales que le permiten seguir creciendo y escapar – dijo-. Por eso todo avance es valioso, más conozcamos los mecanismos que hacen que el tumor crezca de manera descontrolada o resista a los tratamientos, más nos acercamos a la cura; más lo cercamos”.
Para la doctora Cristina este es un trabajo minucioso, de precisión. “De allí se desprende que la necesidad de contar con apoyo es fundamental”, destacó.

En Junín
Respecto a la investigación clínica que podía hacerse sobre cáncer, la doctora Carolina Cristina dijo que también podía realizarse en Junín. “Ya tenemos varios cirujanos y oncólogas trabajando con nosotros, que han hecho investigación clínica en centros de Buenos Aires y entonces se acercan, participan de los proyectos, evaluamos juntos qué drogas probar en los ratones. Nos sugieren qué evaluar en las muestras de los pacientes, por ejemplo”, describió.
“Apuntamos a una colaboración fuerte entre los médicos y los investigadores, porque nosotros podemos buscar el mecanismo molecular pero ellos son quienes conocen el paciente, su patología, entonces ninguno de los dos podemos trabajar en forma aislada. Podemos ver que, en lugares centrales del mundo, los hospitales están dentro de las universidades o dentro de los centros de investigación. Ahí hay un intercambio constante. Nosotros acá estamos muy cerca del Hospital y de las clínicas también. Trabajamos con los bioquímicos del hospital, con los médicos especialistas y, ahora, con los patólogos. Sirve este trabajo, nosotros aprendemos mucho de ellos y ellos se interesan por el avance de nuestras investigaciones”, apuntó.

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