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Eduardo “Lalo” Maneses lleva unos sesenta años con la música y más de treinta al frente de su Grupo Replay.
QUERIDO Y RECONOCIDO MÚSICO LOCAL

Lalo Maneses: “Estar arriba del escenario te cambia la vida”

Pasó por diferentes bandas y estilos. Desde hace más de 30 años es el líder de Grupo Replay. También es un referente de la gastronomía. En el último año abrió “El Rincón de Lalo”, un espacio en el que conjuga sus dos pasiones.

Lalo Maneses se abrió paso en la vida con humildad. De a poco fue construyendo una carrera vinculada a la música que lo mantuvo vigente por casi sesenta años en los escenarios.
Pasó por diferentes situaciones y en el último tiempo pudo concretar un sueño por el que trabajó toda su vida: la apertura de El Rincón de Lalo, su propio espacio para eventos y presentaciones musicales. Un lugar destinado para su gente, para los de su generación; un proyecto que lo hace feliz y que comparte con su familia y seres queridos.

“La música es parte de la vida, de la mía y la de todos”.

De todo un poco
Eduardo Maneses nació en el barrio San Martín, de Junín. Es el sexto de siete hermanos. Hizo la primaria en la Escuela N°19 y luego no continuó con el secundario porque debió salir a trabajar.
Empezó a sus diez años en el cementerio, llevando flores y agua y manteniendo limpias las sepulturas. Después trabajó en un almacén, en una sodería y en otros lugares.
Siendo muy joven hizo una temporada en Mar del Plata, donde pasó por la gastronomía, y a su vuelta tuvo una bicicletería, después otra y también un autoservicio.
Hace unos 25 años abrió el restaurante El Rincón de Lalo, en Rivadavia 224: “Ariel De Siervo me propuso que me quedara con ese lugar que tenía al lado de su casa, y lo tuve hasta hace poco. Pero siempre le dediqué tiempo a la música”.

La música
Su padre y sus hermanos tocaban la guitarra y Lalo siguió el mismo camino. Fueron ellos quienes le enseñaron el instrumento y juntos tocaban en fiestas familiares y las navidades.
Siempre le gustó mucho el folclore, y formó parte de un grupo denominado Las Voces del Totoral. En una oportunidad, iba caminando por la calle y un grupo de adolescentes lo reconocieron y lo invitaron a formar parte de un grupo de rock. Por ese entonces ya habían aparecido los Beatles y los Rolling Stones, y Lalo empezaba a quedar impactado con esa música. Así se sumó a The Crazy Cats. “Entraron a vendernos por acá y por la zona, tocamos bastante”, recuerda.
A los 18 se fue a Mar del Plata y de ahí a Buenos Aires, a probar fortuna con la música. “Hubo que pelearla, en esa época allá también estaban Ruben Aguilera, Armando Álvarez, Héctor Rubén, Tatín Morán, y con ellos tenía mucho contacto”, cuenta.
Allí estuvo un año y después le tocó el servicio militar en Zapala. En el medio, en una salida, durante los carnavales, vino a Junín y tocó junto a Los Guajiranos, grupo del que después formó parte, cuando terminó la conscripción.
“El grupo hacía rock, pero tirando a melódico –explica–, y a mí me parecía que no funcionaba en los bailes. Por eso propuse cambiar de nombre y de estilo: empezamos de nuevo como Constelación Cero y con otra propuesta”.
Constelación Cero fue una banda muy reconocida de aquel tiempo, que durante cinco o seis años marcó una época, tanto en Junín como en la región.
Después Lalo se casó y decidió dejar la música para dedicarse a su familia. Sin embargo, su esposa se dio cuenta de que él sufría sin tocar, por lo que lo impulsó a regresar a los escenarios.
Así arrancó con su proyecto, el Grupo Replay, que aún hoy –30 años después– permanece vigente: “Hacíamos rock, ahí pude hacer algunos temas míos que están asentados en Sadaic. Además de hacer temas de Litto Nebbia, de Los Iracundos, de La Joven Guardia, cada tanto mechábamos algunos de Palito Ortega, que siempre gustaron mucho”.

“Siempre quise tener un lugar como ‘El Rincón de Lalo’”.

El Rincón de Lalo
Durante años Lalo soñó con tener su propio espacio para hacer espectáculos. Estuvo a punto de abrir El Fortín de Lalo, en un terreno en la calle Italia, después de la Ruta 188. Empezó a sacar del terreno las 118 plantas y con esa madera pensaba hacer la construcción. En esa época sucedió el incendio de República Cromañón, y la municipalidad ya no permitió hacer construcciones de madera.
“Me quedó esa espina”, dice. Sin embargo, buscó otro lugar hasta que encontró uno en Belgrano y Carlos Gardel, donde abrió El Rincón de Lalo. 
“Siempre quise tener un lugar como este –relata–, principalmente para las personas de mi generación, porque la gente grande tiene muy pocos lugares de recreación en donde poder ‘sacarse el óxido’, como suelo decir yo. Este es un lugar pura y exclusivamente para gente mayor”.

“Estar arriba del escenario te cambia la vida. Como cuando le regalás una pelota a un chico que no tiene, lo hace el chico más feliz del mundo. A mí me ocurre lo mismo”.

Balance
Maneses es un agradecido a la vida. “La música es parte de la vida, de la mía y la de todos”, asevera, para luego profundizar: “A mí me dio muchas cosas lindas, una buena familia, tengo hijos músicos, y estar arriba del escenario te cambia la vida. Es como cuando le regalás una pelota de cuero a un chico que juega con una pelota de trapo, eso lo hace el chico más feliz del mundo. Y a mí me ocurre lo mismo”.
Y al momento de hacer un balance, concluye: “Es bueno, porque todas las familias tenemos que luchar y yo lo he hecho codo a codo con mi mujer, y aquí estamos, con casi cincuenta años de casados. Estamos trabajando felices porque la peleamos juntos. Hace un año que vengo padeciendo algunos problemas de salud y ellos siempre están a mi lado. Tengo una familia que me cuida y eso es bueno”.

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