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SONDEO EN LA CALLE

Costo de vida: la gran mayoría de los juninenses admitió que hizo “recortes” en su economía

Este diario realizó una encuesta en la Ciudad que confirmó el recorte generalizado en servicios, alimentos y combustibles por los últimos aumentos registrados. Los juninenses opinan que la situación es mala y tampoco tienen esperanzas de que pueda mejorar en un futuro cercano.

Democracia realizó ayer un sondeo callejero y recabó que la gran mayoría de los consultados admitió que realizó recortes en su economía familiar o doméstica, como consecuencia del encarecimiento del costo de vida y la depreciación de los salarios. 
En efecto, ante la pregunta “¿realizó recortes en su economía?”, el mayor porcentaje respondió afirmativamente, y solo una minoría contestó negativamente. 
De esta manera se midió el ánimo de la gente en medio de un año con una corrida cambiaria, la alta inflación que se estima de un 40%, los tarifazos en servicios y nafta; la caída de la producción, del trabajo y el aumento de la pobreza.
Tal es así que la mayoría de los participantes cree que la situación para el año que viene no mejorará, y que cada vez será más difícil para que los argentinos puedan salir adelante. 
Entre los gastos más frecuentes que los juninenses recortan aparecen las compras de “segundas” marcas, carne de pollo, frutas y verduras de estación, y la limitación en el uso de los automóviles por los incrementos de la nafta.
De esta manera, Facundo Martínez, de 26 años, kiosquero, explicó: “Por suerte el laburo lo sigo manteniendo, vivo con mi vieja, pero está aumentando todo. Por ejemplo, la nafta es un problema, ya que hace tres meses atrás cargabas un tanque con 1.100 pesos y ahora con $ 2.500, es una locura. Al ser soltero, no me afecta comprar primeras marcas de comida. Por ejemplo ahora salgo dos veces por mes al boliche y listo. No alquilo, de gas me vino 2 mil pesos en la última factura y vivo con mí vieja si no, no me alcanza el sueldo. Ojalá que el año que viene cambie la situación y por lo que demostró este gobierno, no le tengo mucha confianza. Si bien llego a fin de mes, ahora no me doy gustos como andar en el auto, ya que ahora equilibro con la bicicleta”.
En la misma línea, Silvia Lázaro, de 49 años, desocupada, de Saforcada, exclamó: “Estamos mal, y a la gente no le alcanza. El auto lo usamos menos porque no alcanza la nafta y nos movemos en colectivo. Ahora tomo el micro que me deja sobre la ruta en la entrada ($ 17), porque el que ingresa a Saforcada me sale más caro ($ 30). Vengo a Junín a hacer las compras  de mercadería porque es más barato y me vuelvo. Allá al tener el peladero, me compro el pollo y yo lo hago milanesa. Vivo con mis dos hijos y mi marido que hace poco se quedó sin trabajo acá en Junín donde trabajaba en mantenimiento cortando el pasto y no lo llamaron más. Ahora estamos viviendo con mí pensión. El sábado es mi cumpleaños de 50 y alguna torta vamos a tratar de hacer. Con Cristina estaba mejor y ahora se arruinó todo”.
Estela Delgado, de 62 años, jubilada indicó: “En casa somos dos y trabaja mi marido. Yo trato de buscar la comida más económica, no tanta carne vacuna y más pollo. Cocino en casa y no compramos hecho. Si el tomate está caro, compro sólo lechuga o rallo zanahoria. Cuesta más llegar y notamos hace dos meses que ahora no sobra dinero y no se puede ahorrar, ya que los 27 de cada mes ya estamos al límite. A mi vecina por ejemplo le vino 4.800 pesos de gas, 2 mil más que el mismo período del año pasado, consumiendo lo mismo”.


En este sentido, Francisco Olavarriaga (19 años), de Vedia y estudiante en la Unnoba advirtió que no tiene el servicio de cable para el televisor, pero “llego a fin de mes y no creo que esto mejore hasta las elecciones del próximo año”.
En la misma vereda, Julián Sabio, oriundo de Bahía blanca, soldador en la Cooperativa de Talleres Ferroviarios de Junín explicó que “se recorta en todo. La gente no llega a fin de mes, no se pueden pagar los gastos que antes sí se podían como la luz, el gas y el agua”.
Sobre este clima, y recorriendo las calles de Junín, los vecinos ratificaron el descontento generalizado en relación a las medidas políticas y económicas del Gobierno, ya que tienen que recortar en “todo” y achicarse hasta en los combustibles para poder llegar a fin de mes. 
“Cacho”, jubilado de 77 años, del centro de la Ciudad, remarcó: “Recorto en todo. Antes salía a cenar los sábados a la noche y ahora me quedo en casa. Cuido todo, y antes me alcanzaba mucho más el dinero”.
En concordancia, Elsa Botanelli, jubilada de 80 años, cobra la jubilación mínima y llega a pagar todo, pero explicó que busca los mejores precios y hace compras en común con los vecinos. Después de mucho tiempo logró acceder a la tarifa social del gas pero que con el cable de tv no tiene manera de bajar los costos.
Gastón Viola, de 50 años, del barrio Villa Talleres, explicó que le bajó un 70% la venta de libros. “Creo que en la lectura no hay que recortar. El gas siempre lo cuidé, prendo el calefón sólo para bañarme (no lo deja en piloto) y después lo apago. Me manejo en bicicleta y creo que no va a cambiar nada si se cierran las industrias que son la principal fuente de trabajo”, afirmó.
En la vereda de enfrente, Susana Font, kiosquera, del barrio Capilla de Loreto, destacó: “Ahorro, me administro bien y cocino yo. Sé ahorrar, guardo y luego me doy los gustos. En el súper siempre elijo los mejores precios, que son los productos mal llamados segundas marcas”.
Germán Reichenshammer, comerciante, dijo: “En casi tres años de este gobierno, el recorte en general fue en todos los aspecto desde los útiles escolares y más que nada en los combustibles y los servicios. De factura de gas estoy pagando tres veces más de lo que me venía y cuando hace frío no podés apagar el calefactor y además hay que bañarse”. 
Antonela Martínez, estudiante de 22 años, alquila, dijo: “Vivo con mi mamá, recortamos en gas y lo pagamos en cuotas ajustando en todo. No siempre se llega a fin de mes. Si se cambia al presidente, quizás se pueda cambiar la situación.

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