Silvia Rocha.
MES DE LA SENSIBILIZACIÓN SOBRE LA ENFERMEDAD

Cáncer de mama: el tiempo ganado, el mejor aliado para el tratamiento

Dos mujeres que recibieron tal vez el peor diagnóstico pero que atravesaron estoicamente el tratamiento que les permitió salir adelante.

Desde hace algunos años, octubre se convirtió en el mes de la sensibilización sobre el Cáncer de Mama, hecho que se da a lo largo y ancho de todo el mundo y que según la Organización Mundial de la Salud contribuye a aumentar la atención y el apoyo prestados a la sensibilización, la detección precoz, el tratamiento y los cuidados paliativos de la enfermedad.
Silvia y Julieta son dos mujeres que recibieron tal vez el peor diagnóstico pero que atravesaron estoicamente el tratamiento que les permitió salir adelante y contarlo.
Como ellas hay miles de mujeres, quienes lo lograron y quienes no, pero a todas las une un denominador común: la lucha diaria y constante en el camino para recuperarse.
  
“La voy a luchar”
Tal y como afirma la OMS, los conocimientos actuales sobre las causas del cáncer de mama son insuficientes, por lo que la detección precoz sigue siendo la piedra angular de la lucha contra esta enfermedad. 
Cuando se detecta precozmente, puede darse un diagnóstico adecuado y se dispone de tratamiento, donde las posibilidades de curación son elevadas. 
Silvia Rocha tiene 53 años y le fue diagnosticado un cáncer de mama en el 2009. Aunque fueron momentos duros para ella y su familia la decisión fue clara: no bajar los brazos.
“Hace 9 años exactamente me diagnosticaron. Yo siempre me hacía controles y me noté un bultito en la mama izquierda así que cuando vi a mi médico me ordenó estudios”, cuenta Silvia.
La directiva del médico fue clara “me dijo  que me tenía que operar ya”, cuenta Silvia que a su vez asegura que no tomó conciencia de lo que le estaba pasando hasta que visitó al oncólogo.
“Entre quimioterapia y rayos estuve un año con tratamiento. Luego cinco años con una medicación. Hoy hay personas que están más tiempo con esa medicación, algunos diez años. Entre la quimio y la medicación tuve seis años de tratamiento”, cuenta con la tranquilidad de haber superado esa etapa pero remarcando la necesidad de continuar con sus controles.
En el momento de su diagnóstico, Silvia tenía dos hijas adolescentes y un hijo más pequeño con solo 10 años. 
“En ese momento me dije: no me quiero morir; tengo que hacer todo lo que esté a mi alcance. Yo tenía la idea de que el cáncer era igual a la muerte pero luego de esto aprendí que se puede curar. El oncólogo me dijo que tenía el 99,9% de posibilidades de vivir entonces dije ‘la voy a luchar’ y así fue”.

Superar los miedos
A sus 43 años, Julieta Chiaro acaba de terminar su tratamiento esta semana. Un tratamiento por cáncer de mama que duró un año y medio. 
“Lo descubrí mientras me bañaba, me encontré algo diferente y saqué turno con mi ginecólogo que me dio los estudios necesarios y ahí salió algo dudoso por lo que me hicieron una biopsia”.
Fueron momentos difíciles también para Julieta, especialmente la espera de los resultados luego de la intervención.
“Me costó mucho la espera de los resultados, eso me angustió. Pero una vez que me informaron que tenía que hacer quimioterapia, si bien fui con miedo, cuando entré a la sala pensé, ‘es esto lo que hay que hacer’, y lo hice”.
“Son situaciones que tocan vivir y uno las atraviesa de la forma que puede”.

Escuchar al cuerpo
Silvia destacó la importancia de la prevención, y remarcó que las mujeres jóvenes deben estar atentas.
“Digo sobre todo a las chicas jóvenes porque es el mayor peligro. Hay que hacerse los estudios.
La sexualidad hoy es mucho más temprana así que tanto mujeres como varones tienen que ir al médico, controlarse, ver si no tienen nada distinto en su cuerpo al hacerse el autoexamen. Todos conocemos nuestro cuerpo. Es importantísimo descubrirlo a tiempo porque se puede salvar. La prevención es lo único a favor. Cuando sos más joven la batalla es otra, es más difícil”.
Si tuviera que dar un consejo a las mujeres, Julieta, por su parte asegura que sería el de respetar, escuchar el cuerpo.
“Respeten su cuerpo y tomen su tiempo para escucharlo, que se realicen los controles. Es importante respetar los tiempos de cada mujer, porque se puede salir adelante, se puede llevar adelante un tratamiento de forma normal y no tan agresivo. Hoy hay avances. No tengan miedo y sobre todo,  acompañen el tratamiento con alguna actividad que les guste y las haga sentir bien”.