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La senadora del FpV mostró cómo quedó su propiedad de Calafate tras los allanamientos

“Hola, estoy en mi casa de Calafate. Llegué anoche procedente de Capital Federal, y bueno… Esta casa hace tres semanas fue, más que allanada, literalmente tomada por la gente que Bonadio envió acá”, así comenzó la senadora Cristina Kirchner un video de más de 17 minutos de duración que fue difundido en sus redes sociales y en el que exhibe diferentes partes de su casa en El Calafate que semanas atrás fue objeto de pesquisas por parte del juez Claudio Bonadio en busca de pruebas en el marco de la causa iniciada por los cuadernos de la corrupción K.
Según la ex mandataria, sin embargo, el allanamiento “no fue para recabar información en la investigación de la causa que tiene a su cargo, sino simplemente como un paso más, como un capítulo más, de humillación y de persecución fundamentalmente”.
Kirchner, quien está señalada como cabeza de una asociación ilícita en la causa iniciada por los cuadernos en los que el chofer Oscar Centeno detalló pagos ilegales al ex subsecretario Roberto Baratta, explicó que realizó el video porque “se dijo de todo durante tres días, que subsuelos, que cosas…”, y luego hablando a la cámara hizo una invitación: “Mirá: yo quiero que me acompañes porque te quiero mostrar lo que pasó realmente. Pasó lo que dije que iba a pasar. ¿Vos te acordás que cuando se discutió esto en el Senado yo había pedido que por favor se establecieran las condiciones para que no se rompiera nada y para que no fuera sustraído nada que fuera del ajuar de la casa y que no tuviera que ver absolutamente nada con la investigación? Bueno, todas mis peores prevenciones o mis peores predicciones desgraciadamente se cumplieron”.
En primer término, la senadora intentó aclarar que en la casa “no hay subsuelos”: “Adelante, vení. Esta es la entrada a la planta baja de mi casa. Mi casa tiene planta baja, nivel intermedio y piso superior; estamos entrando a la planta baja”.
Luego, mostró “lo que pomposamente algunos medios de comunicación hegemónicos llamaban el gimnasio de mi casa” y se preguntó: “¿Qué gimnasio?”. Entre ironías -”no me rompas nada, nene, por favor, que ya bastante me rompió Bonadio” y “me voy a sacar la campera porque acá adentro hace calor, no para estar en patas y remeras, pero sí para estar con un suéter y abrigada”, dijo-, la ex presidenta enumeró las máquinas del gimnasio que posee: “Una cinta, una bicicleta, un no sé cómo se llama esto y otro aparato. Esto es lo que se llamó pomposamente ‘el gimnasio que está en la planta baja de mi casa’”.

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