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Juan Sasturain, anteayer, en la Feria del Libro de Junín.
FERIA DEL LIBRO

“Uno escribe para enterarse, es mejor no saber”, afirmó Sasturain en Junín

El destacado escritor e historietista se refirió a su método de escritura, y si bien aclaró que trabaja con mucho rigor, prefiere no saber adónde ir porque “es muy saludable”. Presentó su libro “El último Hammett”, a sala llena, en el MUMA.

El reconocido escritor e historietista Juan Sasturain inauguró el lunes pasado una nueva edición de la Feria del Libro de Junín, con una charla en el microcine del MUMA, a sala llena, donde presentó su reciente libro “El último Hammett” (Alfaguara, 2018) y realizó un recorrido por el género de la literatura policial y los escritores populares. 
Tras la presentación oficial, el escritor, que se desempeñó como periodista cultural en el diario Página 12 desde 1997 a 2016, cuando se jubiló, aclaró que no es periodista –“no tengo ese perfil de investigador o de trabajar sobre la noticia”, explicó- y que ya no tiene sus programas en televisión (condujo el exitoso ciclo “Ver para leer” en Telefé) por “cambios en las directivas el canal”. 
Al hacer un racconto de su trayectoria profesional, contó que egresó de la carrera de Letras en la UBA: “Uno va a estudiar Letras, pero no se recibe de escritor, es más, dejé de escribir, porque a uno le parece que todo ya fue escrito por otros de una mejor manera que la de uno, pero pasado ese cimbronazo por ahí, con el tiempo, puede ponerse a escribir, y eso es lo que me pasó a mí”. 
“Los que pudimos elegir –la mayoría de las personas no pueden elegir nada- sabemos lo que cuesta vivir de lo que nos gusta, y yo traté de vivir de lo que escribía. Un escritor cobra, cuando se lo pagan, el 10 por ciento de los ejemplares vendidos, de ‘El último Hammett’ se imprimieron 3 mil ejemplares, con suerte podrán venderse 1500, porque tiene más de 700 páginas y sale ¡750 pesos!, así que saquen cuentas. La profesión de escritor no existe como tal, no es algo con lo que uno se salva, lo hace por vocación”, afirmó el historietista, que en 1981 conoció al dibujante Alberto Breccia  y juntos elaboraron la historieta “Perramus”, la cual ganó gran prestigio en el país y en el exterior, donde llegó a ser premiada por Amnesty International (Amnistía Internacional, el organismo de derechos humanos Premio Nobel de la Paz 1977).

Cultura popular
Como docente de Letras, Sasturain bregó por la “reivindicación de la cultura popular, que no entra por los canales reconocidos, introduciendo en la Universidad literatura policial que muchas veces era dejada de lado”, por ser considerada un género menor. Sin embargo, aclaró que “la cultura argentina no ha producido algo tan hermoso y de altísima calidad como el tango, que un arte proveniente de las orillas de la respetabilidad”. 
“Lo primero que escribí fue una novela policial que se llama ‘Manual de perdedores’, donde el protagonista es un jubilado que se llama Etchenique, pero le gustan que lo llamen Echenaik, porque suena más sajón, más creíble”, bromeó. 
Y agregó: “He tenido muertos que no sabía quién los había matado, soy un escritor riguroso, pero el hecho de no saber adónde voy es muy saludable, porque uno escribe para enterarse; es mucho mejor no saber, porque si no son esas novelas a las cuales se les ven las costuras”. 
Sobre Hammett, dijo que es una historia que arrastra desde hace mucho tiempo, desde los años 80. “Es un extraordinario narrador, y hay un antes y un después de Hammett en la literatura policial. El trabajo de la escritura en los autores populares es una forma de ganarse la vida, por eso escribían en revistas llamadas Pulp, como Máscara Negra. En el artículo ‘El simple arte de matar”, Raymond Chandler describe a Hammett como alguien que describía escenas de crímenes habituales como nunca se habían escrito antes. Es la novela realista, una forma estilizada de realismo crítico, donde se entrelazan el poder, la violencia y el dinero, factores que emanan de la misma sociedad”.  
“Mi novela transcurre en tres meses de 1953 y surge como la continuación de ‘Tulip’, novela inconclusa de Hammett, que tiene sesenta páginas y es distinta a todo lo escrito por él anteriormente. Cuando leí ‘Tulip’ dije la quiero agarrar yo y completarla. Hammett tiene obras maestras, como El Halcón Maltés o La llave de cristal, con frases que resumen su estilo, como cuando Sam Spade suelta ‘Desapareció como desaparece un puño cuando se abre la mano’. Me imaginé un lector que llega al capítulo final y dice este es mi viejo, o sea, es el hijo de un personaje de novela, se toma un buque y va en busca de su padre, lo va a buscar a Hammett para que le explique, y hasta ahí llego, no cuento más”, señaló. 
Sobre el final, adelantó que tienen un proyecto de reeditar el material de la serie “Rastros”, donde hay grandes escritores de novelas policiales. “Dentro de todo género hay buenos y malos escritores, lo único que vale es el texto”, cerró.

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