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Manuel Moretti lleva más de 20 años al frente de Estelares y ahora editó su primer libro: Demasiadas pocas cosas.
CANTAUTOR DE RECONOCIDA TRAYECTORIA

Manuel Moretti: “La manifestación de la canción en mí fue un ejercicio desesperado”

El frontman de Estelares asegura que fueron la composición y la música las que lo “salvaron” en los momentos difíciles. Hoy, maduro y en pleno éxito de la banda, acaba de publicar su primer libro: “Demasiadas pocas cosas”.

No hay una única razón que explique la inclinación de Manuel Moretti por el arte. Se puede pensar en la relación de su madre –docente– con el conocimiento, las palabras y hasta su habilidad con la caligrafía y el dibujo. Tal vez en las jornadas en las que acompañaba a su padre –camionero– y juntos escuchaban tangos. O las tardes y noches enteras pasando un disco tras otro con sus compañeros del Marianista.
En definitiva, fueron varias las situaciones que, a un niño y adolescente “intimista, algo solitario y muy de observar”, como él mismo se define ahora, le moldearon una personalidad ligada al arte como necesidad de expresión.
Y es en ese camino cuando aparecieron las canciones que están grabadas en los discos de Estelares, que se corean y emocionan al público en los shows de la banda y que quedaron plasmadas en el libro “Demasiadas pocas cosas” que Moretti acaba de publicar.

“Cuando tuve problemas lo único que me sostenía eran las canciones”.

Primeras bandas
A mediados de los 80, en una etapa “bastante conflictiva” según su recuerdo, Manuel se fue a Buenos Aires. Ingresó en la carrera de medicina, donde solo estuvo unos meses. Más tarde pasaría por filosofía, un taller de teatro y la facultad de Bellas Artes.
En 1987 ya estaba viviendo en La Plata con Fernando “Chirola” Migliorini, con quien armó su primera banda: Licuados Corazones. 
“La manifestación de la canción en mí fue como un ejercicio desesperado –cuenta Moretti–, apareció como una respuesta expresiva. Después se me convirtió en profesión, por un lado, porque lo defendí, pero, además, porque era uno de los únicos lugares en donde yo podía resguardarme de las dificultades que tenía para relacionarme con el mundo”.
Terminado Licuados, se juntó con el guitarrista Víctor Bertamoni, que había tocado en La Academia de la Intuición y en El Cuerpo Limitado –entre otras bandas–, y junto a Luciano y Federico Mutinelli, formaron Peregrinos, banda que tuvo poco recorrido, pero que en menos de un año de carrera se ganó el respeto del público platense.
“Así comenzó y fue una dinámica de trabajo con Víctor que ya tiene más de 25 años”, señala Moretti.

Estelares
En la época de Peregrinos Manuel estudió música y armonía, lo que hizo que se alejara un poco del formato canción, al que volvió de lleno con Estelares.
La banda inició su recorrido hace más de veinte años y, mirando en retrospectiva, Moretti considera que fueron –otra vez– las canciones lo más relevante: “Fui entendiendo que cada cosa se da como se tiene que dar. Es increíble, pero es así. Yo podría haber sido ‘boleta’, pero no lo fui. Lo que es cierto es que hemos defendido mucho esta profesión. Tengo una valija con más de 60 casetes, y eso tiene que ver con la cantidad de años de autoexigirme, componer y jugar. Durante mucho tiempo no tuve vacaciones, literalmente, del cuelgue lunático que tenía. Lo bueno es que, de ese lunatismo –que tiene que ver con un deseo y dedicarle mucho tiempo a algo que te gusta mucho– le dimos tanto que terminó devolviéndonos”.
El camino fue, también, un proceso. Siete discos grabados, producción de Juanchi Baleirón en cuatro de ellos, una gran cantidad de hits, premio Carlos Gardel 2017 por “Las antenas” como Mejor Álbum Grupo Pop. “Todo eso fue aprendizaje –asegura– y por eso hicimos escalón tras escalón. Y ahora mismo no te creés nada, estuvo bueno el disco anterior, ganamos el Gardel, pero hay que seguir. Haciendo los demos, ya se ve que el compositor se desarrolló, que la banda está alucinante y creció un montón, y que todos tenemos en claro que es esta nuestra profesión y somos responsables con esto de ser músicos de una banda cancionera”.

“Lo que es cierto es que hemos defendido mucho esta profesión”.

El libro
Estimulado por el escritor –y su amigo– Juan José Becerra, Moretti editó “Demasiadas pocas cosas”, que esta semana llegó a las librerías. En él están todas sus canciones que fueron grabadas, algunas otras inéditas, narraciones breves y dibujos, todos de su autoría. Allí también cuenta las historias de diez de sus canciones emblemáticas.
Moretti lo resume como un registro poético de diferentes épocas: “El libro abre el panorama, no solo del escritor de canciones, sino del curioso sensible que hay en mí, es una fotografía un poco más amplia del cantante y compositor de Estelares”.

“Las canciones me dieron la posibilidad de entrar en órbita, me permitieron no quedarme solo y extraviado, y exorcizar los demonios y las miserias”.

Las canciones
Alguna vez Moretti le dijo al escritor Fabián Casas que, para él, “eran las canciones o el horno”. ¿Por qué?: “Cuando tuve problemas lo único que me sostenía eran las canciones. Siempre fue una cuestión de urgencia. Hasta que apareció el reconocimiento y, con otra dinámica y con la vida un poco más acomodada, nos dieron de comer”.
Fue también su soporte cuando vivió tres años en Buenos Aires “gracias a las amabilidades de los amigos”, sin tener siquiera para comer. Es por eso que puede ver algo de sí mismo en ellas, hasta en las más antiguas: “Soy amigo del que fui, si bien no tengo nada que ver. Me han pasado cosas impresionantes, sé las cosas que viví, las palizas que me comí, cómo me castigué, y a veces me veo y puedo decir ‘¡mirá lo que hiciste!’ Porque las canciones me dieron la posibilidad de entrar en órbita, me permitieron no quedarme solo y extraviado, y me ayudaron a exorcizar los demonios y las miserias. Y eso permitió que algunas palizas no vuelvan a ocurrir nunca más”.

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