RESULTADOS DE LAS PRUEBAS APRENDER 2017 EN JUNÍN

En nuestra ciudad, el 50% de los alumnos del Secundario desaprobó matemáticas

Si bien autoridades y especialistas reconocen que las cifras son preocupantes, llamaron a no descontextualizar los datos y tener en cuenta los múltiples factores que operan en los procesos de enseñanza, especialmente en las escuelas públicas.

Democracia tuvo acceso a los resultados del distrito de Junín en las últimas evaluaciones en Ciencias Naturales y Ciencias Sociales a los alumnos de sexto grado del nivel primario y de Lengua y Matemática a los de quinto año del secundario de establecimientos de gestiones pública y privada, y las cifras que arrojaron encendieron luces de alarma. 
En efecto, trazando un promedio de las gestiones pública y privada, solo la mitad de los estudiantes secundarios de nuestra ciudad (el 49,25%) aprobó matemática, y en lengua hubo un avance, ya que siete de cada diez (el 77,75%) alcanzaron los objetivos. 
Pero además preocupa, sin embargo, la brecha que se extiende cada vez más entre ambos sistemas, ya que mientras que el 69,2% de los alumnos de las secundarias privadas aprobó matemática (número 8 del ránking bonaerense), en las públicas ese número solo alcanzó al 29,3 por ciento (número 43). 
Y algo similar ocurre en lengua, asignatura en la que si bien hubo avances, la aprobación en los privados es del 89,6% (número 14 del listado provincial) y en los públicos, 65,9% (número 24). 
En las primarias, en tanto, el 56,7% de los chicos de escuelas públicas aprobó Ciencias Sociales (número 84 del ránking provincial), y en las privadas alcanzó el 90,3% (número 24), lo que arroja que aprobó el 73,5%, pero también hay una separación importante entre ambas gestiones. 
En Ciencias Naturales aprobó el 62,7% de los alumnos de escuelas públicas (número 72) y el 91,5% de las privadas (número 14), arrojando que superó la evaluación el 77,1%. 
En diálogo con Democracia, la jefa regional de Educación, Emilse Marini, afirmó: “El Operativo Aprender resulta un insumo valiosísimo para pensar las prácticas docentes en el interior de las escuelas, cómo estamos enseñando y cómo nuestros estudiantes aprenden, nos permite pensar desde dónde partimos y hacia dónde queremos orientar la educación para nuestros niños y jóvenes”.

“Múltiples variables”
Y agregó: “En realidad Aprender es una fuente de insumos para cada escuela, porque le permite conocer cómo están enseñando los docentes y cómo aprenden los alumnos, permite repensar la enseñanza y generar acciones de reflexión y de mejora hacia el interior de cada institución. Los resultados de la gestión pública están atravesados por variables sociales, vulnerabilidad educativa, trayectorias discontinuas, diversidad de alumnos que están incluidos hoy en la escuela, por esto es sumamente importante analizar el dato estadístico a la luz de las múltiples variables. Los números descontextualizados no tienen valor de interpretación”.  
“Por ejemplo Aprender aporta datos  muy interesantes en torno al valor o no de la repitencia, como estrategia para generar mejores aprendizajes, ya que nos interpela como sistema sobre por qué los alumnos con repitencia reiterada no lograron mejorar sus aprendizajes .Por lo que me parece sumamente importante considerar, y no perder de vista, otros datos como tipos de trayectorias escolares, ausentismo de alumnos, de docentes, y otras variables que inciden en los procesos de enseñanza-aprendizaje”, afirmó.
Por su parte, el licenciado Gustavo Iaies afirmó a este diario que “Aprender es un buen intento, es una prueba más seria pero técnicamente quizás yo le pondría algunos reactivos más, más preguntas para que cada escuela pueda tener claro dónde están los problemas de sus alumnos. El problema más serio es ver cómo les devolvés resultados a las escuelas para que trabajen en la mejora”.
Para Iaies, la cuestión de Lengua, “hay que seguirla, es muy rara la mejora porque la verdad es que no ha habido un trabajo tan fuerte en todo el país como para entender por qué mejoraron”. Por otro lado, indicó que “lo de matemática, en el mundo en general explica más la acción de la escuela, lo de lengua explica mucho más la familia y el contexto. Respecto a lo de matemática tiene que ver con lo que la escuela ha hecho con los chicos y ahí estamos embromados. Está claro que hay que encarar un trabajo de matemática mucho más fuerte, porque ahí están las competencias básicas de la escuela”.
Pero para profundizar el concepto Iaies agregó: “Hoy ser docente o director de una escuela es mucho más difícil que antes. Antes todo el mundo entendía que la línea y el orden venían de arriba y lo de arriba se cumplía, para bien o para mal. Hace 30 años una profesora te dejaba de plantón en el patio 40 minutos, lo cual es una barbaridad y nadie lo discutía. En general los padres bancaban a rajatabla cualquier cosa que venía”.
Pero claro que hoy la realidad es otra y según el licenciado en educación, “hoy para todo el mundo es mucho más difícil, todo el mundo se cree en condiciones de discutir y de opinar y para un maestro o un director es mucho más difícil hacer un planteo claro en una institución”.
La ausencia de los padres “es un tema muy importante”, según el licenciado Iaies. “Se ha perdido la referencia adulta de trabajo, mucho más en los sectores más bajos donde la familia ha entrado en una descomposición fuerte y la verdad es que un adolescente necesita que alguien lo marque, le ayude, le muestre el camino”. 

Articulación
“Los resultados de Aprender fueron insumos que orientaron todo el trabajo pedagógico del distrito Junín y de la Región a partir de la segunda mitad del ciclo lectivo 2017. El análisis y posterior trabajo de los datos estadísticos nos permitió reforzar el trabajo articulado entre diversas instituciones formadoras como el CIE, Unnoba, ISFDYT 20, para generar  acciones de mejora de las prácticas de enseñanza fundamentalmente en Matemáticas, donde nos encontramos con mayores dificultades en el nivel Secundario”, señaló Marini. 
“Sabemos que estos resultados interpelan las prácticas de enseñanza y debemos crear dispositivos de formación y actualización docente permanente para producir el impacto de más y mejor calidad educativa para los estudiantes”, añadió.

“La experiencia escolar tiene que ser enriquecedora”
Para la magíster en Análisis del Discurso Florencia Baez Damiano, “la escuela tiene que prever que el estudiante tenga éxito en alguna instancia, porque es muy frustrante no alcanzar ninguna de las metas previstas en la enseñanza. Y no tiene que ver necesariamente con la nota, sino con la resolución de una propuesta educativa que los convoque y motive para poder realizarla”.
“La evaluación Aprender no permite determinar la calidad de la enseñanza o la formación de los estudiantes, porque hay que analizar qué parámetros y qué propuesta se les presentaron a los estudiantes, qué concepciones de lectura promueven estas pruebas y cómo se llega a sostener que esos estudiantes tienen ‘dificultades’ de comprensión. Si entendemos que la lectura es una experiencia que el alumno realiza durante su recorrido escolar y que, en consecuencia, no se aprende una vez y para siempre sino que es necesario generar prácticas reflexivas, no se puede determinar con una evaluación esa ‘calidad’”.
Y ahondó: “Esta evaluación atenta contra las prácticas que se promueven para lograr que el alumno se sienta incluido y convocado por las actividades, pone el énfasis en el resultado cuando lo importante es la construcción que se realiza durante el proceso, dado que la motivación no tiene por qué ser la nota, sino la tarea en sí misma”. 
“Además, el diagnóstico tiene que partir de los conocimientos que tienen los docentes sobre sus estudiantes, quienes conviven con ellos en el aula y pueden observar sus avances y progresos”, sostuvo. 
“Si es posible sostener que estos resultados aportan algún dato interesante (aunque es algo sabido, no hace falta hacer una evaluación para constatarlo) es pensar que los estudiantes no leen ni escriben como el Gobierno o los adultos espera que lean y escriban, lo cual muestra un quiebre con las culturas hegemónicas. Por otra parte, esta evaluación no aporta ninguna solución ni propuestas para llevar al aula, es decir, mantiene el estado de cosas”, cuestionó. 
“Los estudiantes tienen que encontrarle sentido a la escuela, la experiencia escolar tiene que ser enriquecedora y proponer actividades que los convoque, que ayuden a cambiar el sinsentido que experimentan los alumnos en su paso en la escuela”, cerró.