Debido a la dificultad del ascenso, la montañista realizó encordados para lograr la cima.
SIGUE CONQUISTANDO HORIZONTES

La juninense Belén Pedernera hizo cumbre en el cerro Pequeño Alpamayo

Es un cerro de 5.370 metros de altura que se encuentra ubicado en Bolivia, en la Cordillera de Los Andes que apenas se divisa desde el campo base del valle de Condoriri-Tuni y detrás del Tarija. “Nos hicieron evaluaciones en el glaciar y rescate en grietas”, indicó la montañista.

La montañista de nuestra ciudad, Belén Pedernera sigue conquistando horizontes, y por primera vez en su carrera se animó a salir de Argentina para enfrentar un nuevo desafío en la Cordillera de Los Andes, en picos bolivianos.
Se trata del cerro Pequeño Alpamayo, llamado así por su semejanza a la cara menos conocida del Alpamayo peruano. Es una hermosa cumbre que apenas se divisa desde el campo base del valle de Condoriri-Tuni y detrás del Tarija, que se debe atravesar en el ascenso a la cima del principal objetivo.
En diálogo con Democracia, Pedernera brindó detalles de esta nueva travesía: “Fuimos a La Paz y desde ahí a la zona que se llama Condoriri para luego ir al cerro. Viajamos con el instituto Centro Andino Buenos Aires donde estoy estudiando la carrera de guía de montaña.  Fue la última salida evaluativa y éramos 15 en total”.
“Estuvimos una semana, sábado y domingos en La Paz, y el lunes emprendimos la subida y bajamos el sábado siguiente. Salimos en un vehículo desde la Capital que nos llevó hasta Condoriri. Llegamos a una base, comenzamos a caminar y llegamos al campamento principal ubicado a 4.600 metros, bastante alto”, explicó.
“Desde ahí hicimos la cumbre del cerro que tiene 5.370 metros de altura. Fueron varios días que nos hicieron evaluaciones en el glaciar, rescate en grietas y de orientación. Además subimos a un cerro de similares características llamado Pico Austria”, indicó.
“El viernes a la madrugada, cerca de las 3, salimos para el Pequeño Alpamayo que era nuestro objetivo principal y regresamos a las 17. Todos los días anteriores fueron usados como aclimatación y entrenamiento previo”, remarcó.  Y agregó: “Siempre dormíamos en la base de los 4600 metros que era donde teníamos el campamento y desde ahí realizábamos las pruebas de cada día”. 
“Si bien el cerro no es tan alto tiene más dificultades técnicas de los que venía haciendo. Hubo mucho tránsito en glaciar donde hay que realizar encordados, ya que hay grietas y el día del ataque a la cumbre debimos utilizar distintas técnicas de escalada con hielo y rocas”, subrayó. 
“Es la primera vez que escalo fuera del país y es muy lindo el paisaje de Bolivia. Estoy pensando volver a ese país o a Perú”, concluyó.