None
El recorte de gastos impacta también en el consumo que desde hace meses se encuentra amesetado.
LLEGAR A FIN DE MES

El 90% de los juninenses admite que recorta gastos en la economía familiar

Lo aseguraron tras un sondeo callejero realizado por Democracia. Si bien se buscan segundas marcas en alimentos, muchos dilatan la compra de ropa y recorren en búsqueda de mejores precios. Las salidas de fin de semana son cada vez más esporádicas.

La inflación y la suba de precios vienen impactando en las economías familiares al punto de que muchos hombres y mujeres de distintas edades deben recortar gastos y consumos que tal vez antes realizaban con asiduidad solo para intentar mantener a salvo o en muchos casos intentar estirar el sueldo para llegar a fin de mes.
Así lo reconocieron a Democracia en un sondeo realizado ayer por las calles de esta ciudad, donde de 20 personas consultadas, el 90% aseguró que de una u otra forma redujo consumos, cambió hábitos y mira con mayor detenimiento los precios, elije más ofertas y segundas marcas.
Las salidas de fin de semana se volvieron tan esporádicas que para muchos ya son casi una utopía, incluso hay quienes se encuentran aguardando el aguinaldo para poder salir con la pareja a cenar afuera. 
En consecuencia desde hace varios meses el panorama para el consumo se presenta complicado con una importante baja, visible en las calles y en  la voz de los comerciantes. Del mismo modo, la falta de dinero en el bolsillo se suma a la suba de los impuestos que alientan un panorama complejo y que no avisora una mejora en lo inmediato. 

Lo indispensable
La mayoría  de los encuestados afirmó a Democracia que los gastos que más recorta tienen que ver con alimentos, en la búsqueda de segundas marcas y ofertas, así como también en la compra de ropa.
Muchos padres de familia priorizan las necesidades de sus hijos en cuanto a la vestimenta pero siempre buscando precios y marcas más económicas.
Daniel y Fernanda son marido y mujer y aseguran: “Buscamos precios en los alimentos y achicamos las salidas. Recortamos gastos también en la compra de ropa, cuidamos más lo que tenemos”
Darío tiene 63 años y es jubilado. Trata de mantenerse él y su esposa, ambos con una jubilación  mínima.
“Me cuesta llegar a fin de mes”, asegura. “Hay que hacer malabares y tuvimos que achicar en todo, salvo en medicamentos porque no podemos”.
“Salir a comer es cada dos meses, con suerte”, asegura Matías (28). “Ahora uno busca precios en todos lados. En alimentos, pañales para mi nena, en todo. En la comida bajamos a otra calidad de alimentos por los precios. Tratamos siempre de pilotearla para aguantar y llegar a fin de mes”.
El encuentro con los amigos, si bien se mantiene, varía el menú: “Lo que era asado ahora es cerdo, si llegamos. Y si no hamburguesas, chorizos, algo. Le buscás la vuelta”, aseguró.
Romina, otra de las entrevistadas, asegura que tuvo que ajustar mucho la economía en la casa.
“Achiqué gastos en ropa, comida. Antes hacíamos muchas cosas ahora ya no. Las salidas ahora no son lo mismo,  no podemos comprar las mismas cosas que antes”, destacó. “Compro las ofertas, lo más económico. Carne, verdura, fideos, pañales, lo básico. Dulces, yogurt y cosas así ya no compramos más”.
Por su parte Silvia, tiene una tarea complicada a la hora de bajar gastos ya que su esposo es diabético y requiere una alimentación especial.
“Ahora las verduras no se las puedo comprar todas, solo algunas, las más económicas. Tuve que cambiar la comida que come, ya no le compro queso untable, desayuna masitas o pan solo. Antes se llevaba una manzana o un cereal al trabajo y ahora ya no”, asegura.
“Le preparo cena a él y a mi hijo, pero mi hija y yo tomamos una taza de té con masitas. Es un sacrificio”, aseguró.

Todo más caro
Otra joven entrevistada, Gabriela, contrario a la mayoría aseguró: “En Junín a pesar de la situación económica,  veo que se abusan demasiado de los precios.  En precios de ropa, cosas para chicos, te diría que se asemeja a Pinamar, Cariló. Hay precios para todos pero para la clase media es difícil elegir: es lo peor o lo mejor y no hay nada en el medio”.
Destacó que busca promociones de ropa y compra menos juguetes para su hijo.
Por su parte Raúl, que cuenta con una “buena jubilación”, aseguró: No vivo ni mal ni bien. Eso sí, una mínima debería estar en $20.000, no menos de eso”, aseguró.
“Dejé de comprar ropa, salvo para los chicos”, asegura Natalia. “Trato de gastar menos”. Su amiga Mariana coincide plenamente y agrega que “antes uno pedía en el súper pero ahora se achicó mucho y se compra al día. Antes se salía un poco más pero bueno, te das cuenta. El aumento en el super se nota mucho, es impresionante”. 
Muchos de los encuestados coinciden en la búsqueda de segundas marcas, tal es el caso de Beatriz: “Ahora trato de achicar buscando segundas marcas, más baratas. Miro el precio de la ropa, consulto precios y el gasto es más medido porque también hay que cuidarse con los servicios”. 
Por su parte, asegura: “Estoy esperando el aguinaldo porque con mi esposo dijimos que vamos a ir a comer”, una de las salidas que muchos recortaron hace tiempo para ahorrar gastos y que ya se volvieron pequeños lujos.

COMENTARIOS