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Raul, Guillermo y Pablo Paulucci y Felipe Bojórquez en el estudio de grabación donde registran las melodías.
UNIDOS POR ACORDES Y MELODÍAS

Los Paulucci, una familia juninense que lleva la música como legado

Se trata de Raúl (bajista), sus hijos Pablo (guitarrista), Guillermo (pianista) y Gabriela (cantante) quienes mantienen vivo los géneros rock, jazz, tango y folclore en los escenarios locales y nacionales. Actualmente tienen un estudio de grabación donde se expresan distintos artistas.

Raúl Paulucci es el responsable de que sus hijos hoy continúen con el legado familiar ligado a la expresión musical dentro de distintos géneros nacionales e internacionales. Su fuerte es el bajo y el contrabajo, instrumentos que aprendió a tocar en el Conservatorio de Junín donde continúa estudiando el profesorado.
Su hijo mayor, Guillermo es un músico que se abocó de lleno al piano a los 18 años y estudió en Buenos Aires, ciudad en la cual continúa viviendo donde compone y hace arreglos de distintos géneros.
Gabriela es su hija quien se dedica al canto, cuya pareja, Felipe Bojórquez, es flautista que se ha acoplado a los Paulucci en el camino de la música.
Por otro lado se encuentra Pablo, un excelentísimo guitarrista y profesor que, tras estudiar en Capital Federal, se encuentra radicado en nuestra ciudad donde enseña teoría y práctica de ese instrumento en clases particulares.

“Estamos todos en la misma”
“Siempre me gustó la música y comencé a tocar la guitarra a los 13 años de oído escuchando discos y con un profesor. Luego me regalaron una guitarra eléctrica y con unos amigos de la escuela armamos una banda de rock”, explicó Raúl (padre) en diálogo con Democracia.
“Ahí me relacioné con Gambarte y armamos una banda, una de las primeras de rock en Junín y había un circuito de laburo. Salíamos a tocar en los bailes y componíamos canciones. Después me dediqué a otras cosas, estudié agronomía y siempre seguí con la música”, indicó.
“Cuando lo fui a anotar a Guillermo al conservatorio en piano, me dijeron por qué no me anotaba yo también en los cursos de adultos, ya que yo tenía 35 años. Ahí empecé a estudiar música más seriamente, guitarra y piano, mientras que paralelamente hacía otras cosas. Por ahí me invitaba gente como Raúl Saldías a tocar folclore, siempre aprendiendo y luego arranqué a tocar el bajo”, afirmó.
“Tuve muchos proyectos de música, después armamos un grupo de folclore con mi hijo, hicimos tango y jazz. La idea siempre fue continuar aprendiendo de todo”, agregó.
“En el conservatorio terminé con la tecnicatura de guitarra con la formación musical igual a la carrera de profesor, pero no tenés la parte pedagógica.  Después  de unos años de esa etapa, se abrió la carrera de contrabajo y ahí comencé de nuevo. Ahora continúo con ese instrumento y con bajo eléctrico, con el mismo profesor que viene desde Buenos Aires cada 15 días a Junín”, expresó.
“No había profesor ni forma de aprender hasta que llegó  ahora esta persona y fue el momento para inscribirse sabiendo que era un esfuerzo volver a cursar algunas materias, ya que tengo varias aprobadas de cuando estudié guitarra que son comunes”, aseguró. Y continuó: “Después tuve que comprar el contrabajo es un instrumento caro, pero pude hacerlo. Ya voy por el primer año de la tecnicatura, de tres años y agarré viaje”.
“Ahora participo en la orquesta sinfónica del conservatorio que son proyectos que hay. Ahora se está armando otra orquesta con violines, saxo, flautas y violonchelos, y además hay un grupo de tango”, subrayó.

El estudio de grabación
Continuando con la entrevista, Raúl comentó sobre los comienzos con el estudio de grabación junto a su hijo Guillermo. “Teníamos un grupo de tango y un día habíamos comprado una computadora en 1990 y le enchufamos el piano. Empezamos a probar con midi y mi hijo aprendió a manejar el programa de grabación”, informó Raúl.
“Queríamos grabar un disco. Vino un amigo y nos dijo que nos iba a armar un estudio en el garaje de mi casa donde comenzamos a grabar también a músicos de Junín. Después, cuando Guillermo se fue a Buenos Aires a estudiar piano, los músicos querían seguir grabando así que aprendí a manejarlo yo”, indicó. 
“Como yo hago sonido, las bandas me conocían y querían venir a grabar. Las bandas de rock son más difíciles de grabar porque demandan de más espacio y tuve que armar bien el garaje”, explicó.
“Con este laburo de la música comencé hace 10 años, ya que hacía otras cosas porque como soy ingeniero agrónomo trabajé en el campo, en la fábrica Lestar Química donde era laboratorista y hacía el control de calidad”, aclaró.
“Después fui docente y daba clases en las escuelas secundarias de química y ciencias naturales. Pero siempre me gustó la música y hasta ahora continúo con eso y estoy muy contento”, expresó.
“Por ahí hay momentos que no hay mucho laburo, pero es un lindo trabajo. Estoy tocando, estudio y la idea es seguir ya que recién estoy empezando el profesorado en contrabajo que son 4 años más de estudio”, concluyó.
"Siempre en relación con mis hijos porque estamos todos en la misma y siempre hay algún proyecto juntos para tocar o grabar. Además Pablo me ayuda con el sonido y es algo bastante familiar", subrayó.

“Siempre fue familia de músicos”
“En casa siempre fue familia de músicos, con mi viejo y mi hermano que ya de chico tocaba el piano. Yo de chico agarré una guitarra que había dando vueltas y empecé a tocar un poco por intuición o porque me iba ayudando mi viejo”, explicó Pablo por su parte.
“Años más tarde me anoté en el Conservatorio de Junín, hice unos años y a los 13 años me puse por mi cuenta armando bandas, a los 16 años volví a estudiar en el Conservatorio a completar el FOBA que te prepara para después hacer la carrera”, comentó.
“A los 18 me fui a estudiar al Sadem  (Sindicatos de Músicos) en Buenos Aires que tiene dos escuelas. Una de ellas es la Escuela Popular de Música (EPM) donde estudié la carrera de Músico Intérprete  para tocar tango, folclore, jazz y rock”, informó. Y agregó: “Yo apunté más a la línea de los estilos nacionales, pero yo vengo del palo del rock porque toda mi vida he tenido bandas en Junín”.
“Al ser una familia de músicos, permanentemente estás escuchando música y cada uno con sus estilos por lo que era bastante variado. Lo bueno es que cada uno tiene un estilo más marcado: yo soy rockero, mi hermano más jazzero y mi viejo ahora está mucho más con el tango y lo clásico”, dijo el guitarrista.
“Si bien uno está con el gusto propio, te vienen llegando desde afuera otros estilos y siempre estamos en contacto con la música”, agregó. Y continuó: “Por ejemplo con todos los proyectos que había, siempre se ensayaba en casa, había muchos músicos que entraban y salían con formaciones de tango, rock y folclore. Yo tenía 10 años y desde esa edad ya veía un desfile de músicos”.
“Siempre hubo una guitarra arriba de la mesa y teníamos un piano acústico en el living que siempre alguien se ponía a tocar. El hecho de escuchar muchas canciones algo siempre te quedaba, ya que comenzabas a aprender y te quedaban marcadas ciertas tendencias de acuerdo de cada persona que te iba ayudando”, afirmó.
“Lo que sí he tocado durante mucho tiempo es el bajo que me ha permitido trabajar más en forma profesional a la par de la guitarra. Trabajé unos años como bajista en grupos que me llamaban para tocar, igualmente no me considero un bajista profesional, pero mi viejo me ha ayudado bastante en ese instrumento”, aseguró.
“Ahora estoy viviendo en Junín desde hace algunos años y me dedico a dar clases de guitarra. Si bien uno toca, acompaña gente o grabamos, el fuerte mío es la formación de músicos de la manera en que me formaron a mí, tratando de que a mis alumnos les llegue la música”, indicó.
“A medida que te vas formando vas conociendo distintos estilos y trato de que el instrumento te genere placer a la hora de sentarse a tocar y estudiar, ya que cuando lo tomás de otra manera, en un punto te limita”, concluyó.

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