Rodrigo Esponda, delegado provincial de Renatre.

La Región, con bemoles

Cuando se habla del impacto de la sequía en la región, las miradas y los números se fijan directamente en la agricultura, pero sin dudas la ganadería sufre y paga las consecuencias en cómodas cuotas.
Rodrigo Esponda, delegado provincial de Renatre destacó que “al hablar de sequía hablamos de los cultivos de soja y maíz porque es lo más visible y lo que más se exporta, es lo más rápido porque sembrás, a los seis meses cosechás y terminó el ciclo. Entonces rápidamente se ve la diferencia si anduvo mejor o peor”.
Esponda explicó que “la ganadería se compone de ciclos más largos y sin dudas está seca va a afectar mucho a la ganadería, y en varios sentidos”.
Uno de ellos, según el delegado “es que el pasto que hay es muy pobre y se han podido sembrar muy pocas reservas forrajeras, muchas de ellas se habían pensado para el invierno y se han consumido en el verano porque no hubo pasto. Y esto afecta directamente al engorde y a las vacas de cría”.
Otro sector afectado será el de lechería, especialmente por sus costos “porque la seca reduce la cantidad de maíz por lo que se produce un  aumento en  el maíz,  el insumo principal del tambo que es la comida se vuelve más cara y eso termina afectando también a la ganadería”.
Pero como los ciclos son más largos, es menos medible el impacto en el corto plazo. Aún así, Esponda asegura que “el que está todo el día en el campo y anda tras de la vaca sabe que la seca le afecta tanto o más que la agricultura”.
Para el delegado provincial del Renatre, “decir que la seca no afecta a la ganadería sería un error o desconocimiento. Cuando se habla de las generales o del total país de la situación es confuso porque no todas las zonas se ven afectadas del mismo modo. En el ámbito regional donde se sufre la sequía, sufre también la ganadería y lo hace con un impacto importante”.