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«DEMOCRACIA» HABLO CON ADOLFO PEREZ ESQUIVEL

«Dos días después que me anunciaron que había ganado el Nobel quisieron asesinarme»

El Premio Nobel de la Paz inauguró ayer una cátedra sobre derechos humanos y memoria en la UNNOBA./Fue distinguido como Profesor Honorario.

Antes de presentarse ayer en la UNNOBA, a las 19.30, para brindar una conferencia inaugural de la Cátedra Libre Derechos Humanos y Memoria, y recibir una distinción como Profesor Honorario de la Universidad, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, dialogó el día anterior con varios medios de difusión.

El distinguido visitante respondió a diversos inquietudes de los periodistas presentes en la rueda de prensa.

La primera pregunta de Democracia al Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, fue si es cierto que «el pueblo nunca se equivoca», a partir de los gobiernos desastrosos que suelen surgir de las urnas.

«Sí, a veces los pueblos se equivocan», coincidió el Premio Nobel. «A veces son inducidos a los equívocos, a través de la propaganda, de las promesas (que después no se cumplen). Creo que eso es lo que hay que modificar a través de la conciencia crítica, de los valores, de la educación».

Incertidumbre

Este Diario le preguntó entonces cómo se hace para incentivar esa conciencia crítica, porque en el momento de las elecciones, mucha gente dice «no sé a quién votar».

«Creo -respondió el Premio Nobel- que hay que arrancar de las propuestas y de los candidatos, aquellos que son coherentes entre lo que dicen y lo que hacen.

La otra cosa a tener en cuenta es que las democracias están conformadas de tal manera para dominar, y no para liberar».

«Son democracias dele-gativas, no participativas», definió.

«Creo que hay que cambiar los objetivos de esas democracias; las estructuras. Para eso es importante la participación del pueblo».

¿Los piquetes, los cace-rolazos, son formas de par-ticipación popular?, se le inquirió

Respondió que sí. «Pero son de reclamos frente a situaciones no resueltas. Reclaman cambios pero no hacen propuestas. No reclaman cuando hay propuestas para lograr los cambios sociales, educativos, culturales, políticos, sino por un hecho que los afectan».

«Por ejemplo, en los cacerolazos no salieron solamente los pobres para reclamar. A fines del 2001 salieron (a la calle) los sectores económicos fuertes o la clase media, porque nos tocaron el bolsillo. Fue un momento puntual de reclamo frente a una situación de crisis».

«Pero pasada esa etapa, desaparecieron», dijo. «¿Quiénes quedaron? Aquellos que siguen en el reclamo porque son los más excluidos o pobres».

Nacen los piqueteros

«¿Quiénes son los pique-teros?», se preguntó Pérez Esquivel.

«Yo estuve en General Mosconi», se respondió. «Ahí comenzaron los pique-teros. Ese episodio «ni siquiera tenía que ver con la situación del país, eran trabajadores de YPF. Cuando privatizan la empresa, lo primero que hace Repsol -pensando en las ganancias y no en las necesidades de la gente- los echa». «Todos a la calle. Entonces ellos empiezan a reclamar, es su derecho al trabajo».

«¿Cuál fue la respuesta del Gobierno de Salta?: La represión, la tortura, y las sanciones jurídicas aplicadas por el juez Angel Cornejo, de Salta».

«Yo he visto gente torturada», aseveró. Fuimos un grupo muy grande para hablar con el juez y denunciar la fuerte represión que hubo allí. Allí surgieron los piqueteros:, definió.

Y a continuación recordó que «en este momento están los indígenas en el Chaco, haciendo una huelga de hambre en la Gobernación. Antes de venir a Junín envié cartas y estuve hablando con la Gobernación para que traten de acercarse para dialogar con los indígenas. Les quitan las tierras, las venden a empresas transna-cionales, desforestan los montes, los marginan. ¡Y encima los meten presos! Pero decimos que vivimos en democracia...», ironizó.

Se le preguntó entonces al Premio Nobel de la Paz cómo se hace para cambiar esta democracia delegativa en una democracia partici-pativa.

«Es a través de la toma de conciencia -respondió- y ver los cambios que deben darse en una sociedad. Ninguna sociedad es estática. Está sujeta a cambios. Esto depende de có-mo el pueblo va a reclamar y lo va a concretar».

Cómo hacerlo

¿Pero se puede hacer a través de los partidos políticos o debe hacerse a través de otro tipo de participación?, se lo interrogó.

Para Pérez Esquivel «tal como están estructurados hoy, los partidos políticos tienen que cambiar. No pueden seguir así. ¿Recuerdan el que ’se vayan todos’? Se quedaron todos. Hay que buscar mecanismos nuevos, porque estos ya sabemos adónde nos llevan».

Propugnó luego que «tiene que haber una reacción del pueblo y tratar de generar otros espacios de participación política. Yo no tengo las respuestas. pero sé lo que está pasando. Es necesario que el pueblo comience a cambiar esta situación», reiteró.

«Este no es un país federal -dijo, sinó un país feudal. Algunos gobernadores, y algunos intendentes, hacen lo que quieren y no lo que deben», fustigó.

Feudos

En otro tramo, el visitante opinó que «este gobierno avanzó en otras cosas que otros gobiernos no quisieron avanzar. Eso hay que aplaudirlo.

Me parece positivo.

Pero en otros temas, ¿cuál es la situación real del país? Hay gobernaciones feudales y cuando el gobierno nacional quiere intervenir, se dice que éste se mete en los problemas de las provincias. Esta situación debe abrirse a un debate del pueblo», expresó.

Fuerzas armadas

«Otro tema que no se trata, es el de las fuerzas armadas», dijo luego. «Se trata sobre lo que pasó durante la dictadura, pero ¿qué pasa hoy con las fuerzas armadas? ¿Hacia dónde van hoy en la construcción democrática del estado de derecho?», interrogó «Hace menos de una semana -se autorrespondió-hicimos una jornada de dos días con la Marina. Hablamos de las políticas de los derechos humanos y el rol que tienen las fuerzas armadas. Fundamentalmente en la Marina, después de lo que pasó. Y cuál es la orientación de las nuevas generaciones dentro de las fuerzas armadas,; también de la policía. Si no reformamos las instituciones, no tenemos cambios».

Los miedos

Democracia preguntó: ¿Usted percibe que aprendieron algo?

«Sí, creo que sí», respondió el ilustre visitante.

Fundamentalmente las nuevas generaciones. Y los nuevos mandos».

«Si no cambiamos ésto, no cambia el país. No debemos volver a los mecanismos de sometimiento. Un país que se apoya en el miedo, está perdido», definió.

Justamente, ¿usted sintió miedo cuando le anunciaron que era Premio Nobel de la Paz?, quiso saber este Diario.

Reveló entonces que «a los dos días que me anunciaron que había ganado el Premio Nobel intentaron asesinarme».

¿Cómo fue?, repreguntó este medio.

«Yo iba con mi hijo mayor en el coche. Llegamos a nuesta sede del Serpaj, en la calle Bolívar y México. Y aparecieron dos personas corriendo con pistolas en la mano para matarnos. Le dije a mi hijo ’¡acelerá, porque sinó nos matan!’ Aceleró y entonces se metió en el medio un taxi.

Y por eso no nos pudieron disparar, sinó nos mataban ahí mismo». «El problema es que todos tenemos miedo, sinó seríamos inconcientes. El miedo paraliza.

Y del miedo a la cobardía, hay un solo paso. Si nos dejamos dominar por la cobardía, perdemos lo más esencial del ser humano: el sentido y la razón de ser persona», concluyó Adolfo Pérez Esquivel.

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